En octubre de 2019, cuando fue elegida alcaldesa de Bogotá, Claudia López gozaba de una buena imagen ante la ciudadanía, pero el idilio duró poco. A finales de enero de 2020, y con tan solo un mes de haberse posesionado, su aprobación se desplomó diez puntos porcentuales.
Llegó la pandemia del covid-19, y la alcaldesa inició una estrategia que al final le salió mal: se dedicó a pelear con el presidente Iván Duque y el Gobierno Nacional y no trabajó en equipo.
Llegó 2021 y los efectos de la pandemia quedaron en evidencia: fueron devastadores. El desempleo y la pobreza en la ciudad se dispararon. Mientras tanto, la alcaldesa optó por tomarse unas vacaciones en Costa Rica, y aunque cualquier persona y funcionario público tienen derecho a descansar, la ciudadanía le pasó factura y su aprobación se fue a pique. Para febrero de este año, la aprobación estaba en 52%, 37 puntos porcentuales menos frente al máximo que llegó a marcar en abril de 2020 al inicio de la pandemia.
La gente no aguantó más los estragos del covid-19, no solo en Bogotá, sino en gran parte del país, y miles de jóvenes se volcaron a las calles a reclamar y exigirle al Gobierno Nacional mejores condiciones de educación, salud, trabajo y demás. Y aunque el detonante del paro nacional no tuvo nada que ver con la alcaldesa Claudia López, el manejo que la mandataria hizo del mismo, en especial en el portal de Las Américas, donde jóvenes de la llamada ‘primera línea’ se tomaron las instalaciones, además de los innumerables bloqueos viales y saqueos, terminaron por deteriorar la relación entre la alcaldesa y los ciudadanos. Aún hoy la alcaldesa no ha recuperado el control de la zona de las Américas.
En octubre de este año la aprobación de la alcaldesa Claudia López, segú Invamer, cayó a mínimos históricos de 37% y el nivel de desaprobación aumentó a 60%. Y en diciembre, según la encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, quedó en evidencia que apenas el 5% de las personas cree que el manejo de la seguridad va por buen camino y apenas el 24% considera que las cosas en Bogotá van por buen camino (el indicador más bajo en las principales ciudades del país).
“Ha sido una administración aparatosa, no tiene clara cuáles son sus prioridades y no tiene un proyecto claro de ciudad después de dos años”, aseguró Martín Rivera, concejal de la Alianza Verde. Mientras que, para Lucía Bastidas, también de la misma colectividad, con Claudia López la ciudad retrocedió 20 años y está convertida en un “basurero y una bodega de reciclaje a cielo abierto”.
Jorge Colmenares, concejal del Centro Democrático, coincide con ellos dos e indicó que en la administración de la alcaldesa “no se han visto resultados contundentes a todos los votos de confianza que le ha entregado el Concejo”.
Por su parte, el concejal Rubén Darío Torrado, del Partido de la U, señaló que tratar de hacer un balance es algo complicado porque la alcaldesa Claudia López no estaba preparada para una pandemia de esta magnitud e indicó que “su verdadera administración como alcaldesa hasta ahora va comenzar”.
La inseguridad desbordada
La racha de inseguridad que afecta a Bogotá es sin duda el principal talón de Aquiles de la alcaldesa Claudia López.
Al analizar los datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional, mientras entre enero y noviembre de 2020 se reportaron en la ciudad 929 homicidios, en igual periodo de este 2021, fueron 940.
Panorama similar sucede con los hurtos a personas que pasaron de 74.871 casos a noviembre del año pasado, a 84.682 casos a igual mes de este 2021. Estas cifras casi que duplican a las cifras que se reportaron en Bogotá durante los dos primeros años de mandato del exalcalde Enrique Peñalosa.
“La principal falencia y lo que más está afectando actualmente es la inseguridad y aunque en esto podría tener incidencia la coyuntura de la crisis económica que está viviendo la ciudad asociada con la pandemia de covid-19, el tema es de gran preocupación”, aseguró el concejal Rivera.
Para la concejal Ana Teresa Bernal, de Colombia Humana, parte de la inseguridad que hoy en día hay en Bogotá se debe a la debilidad de la política social que ha implementado la alcaldesa Claudia López y la cual no sabido contrarrestar los niveles de pobreza que se presentan en la ciudad.
“La política social nos ha llevado a una estruendosa situación de pobreza y pobreza extrema, es una situación muy crítica y las medidas de choque que desde la Alcaldía propusieron en los proyectos de reactivación económica o el cupo de endeudamiento para mejorar esta situación, no terminaron siendo ciertas porque la mayoría de recursos los destinaron fue a movilidad”, dijo la concejal Bernal.
Y como si el tema de la inseguridad fuera poco, la pérdida de gobernabilidad y las malas relaciones de la alcaldesa López y principalmente las de su secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, con el Concejo de Bogotá, tienen muy mal parada a la Administración.
“La alcaldesa aún tiene mayorías en el Concejo, pero ha perdido gobernabilidad por el maltrato que ha tenido el secretario de Gobierno con la entidad, es un hombre displicente y los equipos son imagen y semejanza de sus gobernantes”, afirmó la concejal Bastidas.
Tanto Rivera como Bastidas recodaron que mientras el Concejo operó de manera virtual, las relaciones fluyeron muy bien, a pesar de que muchas veces los funcionarios ni si quiera se conectaban a las sesiones, pero cuando el Cabildo regresó a la presencialidad e inició con los debates de control político, todo cambió
“A esta Administración no le gusta que le hagan control político”, dice Bastidas.
Baja ejecución presupuestal
A pocos días de terminar la vigencia fiscal de 2021, la baja ejecución que han hecho las entidades del Distrito al presupuesto que les fue asignado, se convierte también en un mal indicador para la Administración de Claudia López y sus secretarios.
Durante un debate en el Concejo de Bogotá, el concejal Yefer Vega dio a conocer que las entidades con el manejo presupuestal más bajo son las secretarías de Seguridad, Desarrollo Económico y Movilidad, con el 37 %, 46 % y 63%, respectivamente.
“Son terribles las cifras de ejecución presupuestal”, afirmó el concejal Colmenares.
“En los dos años, la ejecución presupuestal ha estado por debajo de 70% y ahora cuando más se necesita destinar recursos para reactivar la economía, que haya una ejecución presupuestal baja es alarmante”, dijo, por su parte, el concejal Rivera.
A pesar de que la ciudad se vio fuertemente afectada por el segundo y tercer pico de la pandemia del covid-19, lo que elevó considerablemente la ocupación de camas de Unidades de Cuidado Intensivo a principio y mediados de este año, nunca colapsó el sistema hospitalario.
Este manejo a la red hospitalaria, sumado al Plan Nacional de Vacunación, que ha permitido que a la fecha el 76.4 % de la población bogotana ya cuente con el esquema completo de vacunación y el 91.1 % con la primera dosis del biológico, hacen que la Secretaría de Salud sea la que más se destaque en estos dos años de gestión de la alcaldesa Claudia López.
“Gracias a la gestión de la Secretaría de Salud se pudo actuar en los momentos más críticos de la pandemia, cuando teníamos las UCI a full, el sistema no colapsó”, dijo el concejal Torrado. Con él coincide Bastidas, quien precisó que “lo que salva a esta administración es la Secretaría de Salud, que en coordinación con el Gobierno Nacional, avanza en el tema de vacunación”.
Los concejales concordaron que otro de los temas a destacar en la ciudad en estos dos años, es el tema de la educación a pesar de los grandes retos a los que debió enfrentarse el sector por la pandemia del covid-19.
“Tengo que felicitar a la secretaria Edna Bonilla, ella se ha desempeñado muy bien en la Secretaría de Educación, ha respetado al Concejo y siempre a buscado lo mejor para los niños. La secretaría de adecuó a esos retos que trajo la pandemia intentando llevarle la educación a los niños”, dijo Colmenares.
Al llegar a sus dos años de mandato, queda claro que la alcaldesa no ha encontrado un rumbo y sus bajos indicadores en las encuestas son apenas la muestra de que no ha logrado llenar las expectativas de la gente.