“No vamos, óigase bien, que esto quede muy claro, no vamos a sentarnos a negociar nada en medio de un paro”. De esa manera sentó categóricamente su posición el presidente Juan Manuel Santos, días antes del comienzo del paro nacional este 19 de agosto.  Aunque a lo largo de este año su gobierno ha tenido que enfrentar los paros de gremios, como los camioneros, los caficultores o los mineros, esta vez el problema a resolver es mucho más grande. Se trata del cese de actividades de todos estos sectores a un mismo tiempo, a lo que se suma el sector salud y varias organizaciones agrícolas.  En un intento para detener las manifestaciones, el gobierno se reunió con cada uno de las agremiaciones inconformes pero todo, al parecer, fue infructuoso. Ahora, se viene el paro de gran parte de la producción agrícola del país y, además, del grueso del sector del transporte pesado por carretera.  La exigencia común de este grupo variopinto de organizaciones es la falta de cumplimiento de las promesas gubernamentales (ya sean de esta administración o las pasadas), casi todas referentes al apoyo económico y a la defensa de intereses sectoriales. Otros asuntos en disputa tienen que ver con el alto costo de los insumos, al crecimiento de las importaciones, al aumento del contrabando de alimentos y a la inconformidad con los cada vez más elevados precios de los combustibles. Sí al paro, no a los bloqueos Una de las principales preocupaciones del gobierno, y así lo ha expresado, es el bloqueo de vías. Desde la Casa de Nariño de ha dicho claramente que se respetará la protesta pacífica pero no se permitirá que se incomunique al país por vía terrestre. Si las organizaciones señalaron que marcharán pacíficamente, son pocas las que han asegurado que prescindirán de las talanqueras. La orden presidencial es mantener el orden en las carreteras del país y, una vez comience el paro, se cortarán las negociaciones con los sectores, tal y como lo expresó el ministro del Interior, Fernando Carrillo, a BluRadio: “Si podemos entrar en una mesa de diálogo hoy, ¿por qué debemos esperar el paro? Tenemos toda la voluntad para seguir adelante con el diálogo pero cuando venga el bloqueo, eso no será posible”.  Al de por sí complicado panorama hay un ingrediente que sigue generando fuertes roces entre las partes, los señalamientos que se han hecho desde diferentes instancias del Ejecutivo, desde el presidente hasta los alcaldes, sobre las infiltraciones en las protestas.  El ejemplo de las manifestaciones los campesinos en el Catatumbo, cuando se acusó que las FARC estaban detrás de los bloqueos en las vías y frente a la movilización de los camioneros, se dio a entender que las Bacrim estaban involucradas en las manifestaciones de Caucasia (Antioquia), y se señaló al senador del Polo Jorge Robledo de ser uno de los instigadores del paro de los caficultores y de las protestas del 19 de agosto.  Más allá de los señalamientos, cada sector tiene sus propias razones para cesar sus actividades. El siguiente es un panorama de las exigencias y los descontentos de cada gremio que apoya el paro nacional: