Desde este viernes, 12 de agosto, en el Congreso de la República se quitaron, por solicitud del presidente del Senado, Roy Barreras, las vallas de metal que separaban el edificio donde trabajan los legisladores con la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, por cuestiones de seguridad.

De acuerdo con el senador de la República, la decisión se tomó puesto que “el Congreso es la casa de todos y todas”, por lo que “ha estado cerrado con vallas, separado, teniéndole miedo al pueblo colombiano”.

En ese sentido, Barreras manifestó que “este es el Congreso del cambio, está listo a conversar y dialogar con la ciudadanía”.

De igual manera, en su cuenta de Twitter, el congresista envió un agradecimiento a David Racero, presidente de la Cámara de Representantes, y a la senadora María José Pizarro, pues fueron “las primeras personas que desde antes de iniciar el nuevo Congreso sugirieron quitar las vallas del Capitolio”.

Vale la pena recordar que este jueves, en un anuncio del mandatario en Twitter, aseguró que ahora los jardines y demás zonas aledañas a la Casa de Nariño tendrán libre acceso para quienes caminan por el sector.

Precisamente, una imagen que publicó el mismo presidente en su cuenta de Twitter muestra que ya varios ciudadanos pasan por el lugar e incluso se toman fotos en los jardines.

“Abierta al público y a su libre tránsito, la Plazoleta Núñez y el parque entre la carrera séptima y octava. Este paseo peatonal será un hermoso recorrido. El espacio público siempre es un espacio democrático y aumenta la calidad de vida”, escribió el presidente Gustavo Petro en la foto en la que se observa a ciudadanos tener un recuerdo del lugar que por mucho tiempo estuvo cerrado al público.

Por este motivo, varios ciudadanos festejaron la medida y con registros en sus redes sociales se mostraron conformes.

“Casi nueve años en Bogotá y nunca había podido entrar a la plaza de armas de la Casa de Nariño. Ahora se puede entrar sin restricciones”, escribió Germán Mesías Gámez en Twitter.

“Los jardines de la Casa de Nariño abiertos a la ciudad”, opinó María Martínez en la misma red social. Y así varios habitantes de Bogotá festejaron poder conocer este nuevo rincón de la capital.

Curiosidades de la Casa de Nariño

Desde 1908, en las postrimerías del gobierno del general Rafael Reyes, la Casa de Nariño se convirtió en la sede presidencial de Colombia, la cual estaba ubicada anteriormente en el Palacio de San Carlos.

En 1972, bajo la administración de Misael Pastrana Borrero, se amplió la construcción, dejando el cuerpo frontal sobre la carrera Séptima, que conserva su anterior fisonomía, y donde está el Salón Amarillo. La obra fue adelantada en casi su totalidad durante el gobierno de Alfonso López Michelsen y terminada bajo el mandato de Julio César Turbay Ayala.

A un lado de la Casa de Nariño, sobre la carrera Octava, se yergue solitaria la torre del Observatorio Astronómico, construido por el sabio José Celestino Mutis entre mayo de 1802 y agosto de 1803. Al frente, presidiendo el conjunto, la estatua de bronce de Antonio Nariño, que vino en peregrinaje de la Plazuela de San Victorino, donde se erigió en 1910.

De acuerdo con Roberto Velandia, de la Academia Colombiana de Historia, este monumental edificio de líneas grecorromanas está revestido de piedra tallada y labrada, así como semeja una fortaleza simbólica de gobierno, fuerza y poder.

La obra fue dirigida por el arquitecto Fernando Alsina como interventor del Ministerio de Obras Públicas, con la colaboración de ingenieros y arquitectos del mismo. Recién se ingresa a la Casa de Nariño, se pueden observar las banderas de Cartagena, Cundinamarca, España, la Gran Colombia, Nueva Granada y Bogotá, acompañadas de las banderas de la Fuerza Aérea, el Ejército, la Armada, la Policía Nacional y las Fuerzas Militares.