La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) confirmó que la adjudicación del proyecto de la APP del río Magdalena fue declarada desierta porque ninguna de las empresas que estaban interesadas en invertir se presentó a la diligencia que se llevaría a cabo en las instalaciones de la entidad.
En la audiencia pública, los funcionarios revelaron que no se recibieron propuestas formales, a pesar de que eran 40 firmas las que habían manifestado su interés.
La falta de ofertas, según la ANI, estaría relacionada con varios factores como el panorama económico mundial.
“En este resultado adverso pesó sin duda la creciente crisis de la economía mundial, particularmente por la volatilidad de los precios de los combustibles, cuya variación debía ser asumida por el futuro concesionario, pese a que el proyecto tiene como principal componente actividades de dragado. Asimismo, las dificultades en el mercado que advirtieron en su momento algunos interesados, relacionadas con el incremento en la percepción de riesgo por parte de compañías aseguradoras, sin duda se convirtieron en factores que pudieran afectar el proceso”, indicó la Agencia Nacional de Infraestructura.
Sin embargo, para Clemente Fajardo, vicepresidente del grupo horizontal Petromag, las empresas no presentaron sus propuestas porque evidenciaron algunas falencias en el proyecto, lo que representaría, según él, más problemas y menos beneficios.
“Hubo un proyecto con retrasos, mal estructurado, mal diseñado. Lo habíamos advertido. Hicimos 43 observaciones al proceso y ninguna de las 43 observaciones la resolvieron”, dijo Fajardo en diálogo con SEMANA.
Adicionalmente, aseguró que varios “expertos habían advertido que era un proyecto nefasto para la navegabilidad del río Magdalena”.
Lucas Ariza, director ejecutivo de la Asociación de Puertos del Atlántico (Asoportuaria), también lamentó lo sucedido. “Esta estructuración, que llevamos pidiéndola durante tanto tiempo, hoy demuestra que fue un fracaso, que estuvo mal hecha”, le dijo Ariza a SEMANA.
“Hubiese quedado bien hecha teniendo en cuenta las necesidades del sector, y teniendo en cuenta también las realidades del dragado y otros tipos de obras fluviales”, añadió.
Desde que se abrió el proceso licitatorio, Ariza, al igual que varios integrantes de otros gremios, advirtieron sobre las condiciones en las que se estaba diseñando el proyecto y preveían lo que actualmente se está presentando. “Para nosotros la finalidad no es tener una APP, para nosotros la finalidad es tener una zona portuaria estable, sostenible, competitiva, un río Magdalena que conecte con el centro del país. Y pues no fue a través de una APP, hay qué buscar otro tipo de iniciativas”, sostuvo.
Según la ANI, “desde la Agencia Nacional de Infraestructura se efectuaron grandes cambios en la estructuración técnica, financiera y jurídica del proyecto respecto a la estructuración inicial que se tenía del año 2014, lo que permitió robustecer el proyecto basado en los más altos estándares técnicos, científicos, financieros, ambientales, sociales y jurídicos que pudieran responder a las necesidades de la navegabilidad del río Magdalena”, aseguró la entidad.
Por medio de sus redes sociales, el senador César Lorduy dejó en firme su optimismo en el proyecto. “Cuatro empresas que estaban listas para participar no lo hicieron. Ellas y solo ellas deberían explicar el por qué decidieron no participar. Siempre optimista, creo que esto puede ser una gran oportunidad para Barranquilla”.
Con una inversión de 1,53 billones de pesos, la APP del río Magdalena busca recuperar la navegabilidad de este importante afluente con la intervención de 668 kilómetros de vía fluvial, que comprende desde Bocas de Cenizas, en Barranquilla, hasta el Magdalena Medio, en Barrancabermeja (Santander). La adjudicación había quedado fijada para el 29 de julio de 2022, tras más de 18 meses de aplazamiento.