El pasado miércoles 20 de abril, ladrones que se movilizaban en motos le quitaron a una mujer y a sus dos hijas un bulldog francés de tres meses en el barrio Gran Granada, localidad de Engativá, en Bogotá. Era la primera vez que la familia llevaba a Blue al veterinario y jamás pensaron que se lo robarían.El día transcurría con normalidad y la familia acababa de recibir al perro.
Algunas cuadras después, como quedó registrado en un video, un hombre en moto se subió al andén para llevárselo. La propietaria del animal fue arrastrada unos 10 metros hasta que el sujeto logró arrebatarle a la mascota. Increíblemente, en este robo participaron tres motocicletas, que les hicieron seguimiento a los dueños y actuaron en presencia de varias familias y niños. Han pasado más de diez días y nada se ha sabido de Blue.
Carlos Rodríguez contó que su esposa e hijas siguen con traumas por el impacto que les causó el robo. Asimismo, tiene que lidiar con el sufrimiento de las niñas, que a diario publican videos en redes para que les devuelvan a Blue. “Al preguntar en conjuntos cercanos, me dicen que no es el primer perro que roban de esa manera. Además, esas motos ya las habían visto y las relacionan con múltiples robos de celulares”. Aunque esperaba una llamada en la que le exigieran dinero, esto no ocurrió, por lo que este caso podría ser uno en el que se vende al perro por redes sociales o se espera su crecimiento para sacarle cría.
El 11 de marzo, el Gaula de Cundinamarca protagonizó un cinematográfico rescate de seis bulldogs franceses robados de una finca del municipio de Villeta. Los ladrones ingresaron y se llevaron a los animales para posteriormente pedir 10 millones de pesos por cada uno de ellos si querían verlos con vida. Al ser extorsionada, la familia denunció a la línea 165 y entregaron los detalles y evidencias del delito. La operación se concretó.
La familia les dijo a los delincuentes que estaba dispuesta a pagar la millonaria suma para ver de nuevo a sus mascotas. La cita era en Mosquera, Cundinamarca, pero el extorsionista no contó con que el Gaula estaba tras sus pasos, aunque ese día solo tenía en su poder a uno de los perros. El hombre fue capturado y con información recolectada se actuó rápidamente para encontrar a los otros cinco, que fueron rescatados en una finca de ese municipio. Allí habían sido abandonados seguramente después de que los cómplices se enteraran de la captura de su amigo, quien hoy es procesado por extorsión y receptación.
Aún la investigación sigue, pues la banda estaría compuesta por tres personas más que operan en el departamento.Cifras del Gaula indican que en 2021 hubo nueve robos de perros en el país, pero los datos, sin duda, son mayores. No todos los casos se denuncian o los dueños de mascotas acuden únicamente a las redes sociales para informar la pérdida y no el robo. Lo que está claro para las autoridades es que los delincuentes no actúan al azar. Hacen seguimientos, escogen a los perros y estudian rutinas para dar el golpe. También analizan la posible edad del animal y si está esterilizado.
Muchos robos ocurren por encargo, es decir, personas que quieren comprar perros y lo hacen a través de plataformas, en las que piden unos días para la entrega, tiempo que se usa para buscar al perro elegido. Hay razas preferidas como bulldog francés, golden retriever, labrador, siberiano y pastor alemán, aunque hay evidencia de que hasta los llamados criollos son usados para extorsionar a las familias.
La delincuencia está tan alborotada que a principio de año, en la localidad de Chapinero en Bogotá, una joven fue atacada con arma de fuego para que entregara a Venus, una perrita bulldog, utilizada para extorsionar a la familia. Pedían 2 millones de pesos, pero el caso se denunció a la Policía, que recomendó no hacer el pago y de inmediato inició la investigación. El animal fue rescatado por información que entregó el papá del extorsionista.
Titán, un husky siberiano, no corrió con la misma suerte. Con siete meses, fue robado por una pareja de desconocidos que lo subieron a una camioneta y no se supo más de su paradero. Su dueña lo sacaba siempre hacia las seis de la mañana en el barrio Salitre, muy cerca de la Fiscalía General, y un día sintió que una camioneta se acercó demasiado, la empujaron, le quitaron a Titán y se escaparon. En ese mismo carro se han robado otros perros de los que no se ha vuelto a tener noticia.
¿Cómo frenar los robos?
Las autoridades les recomiendan a los dueños de mascotas no crear una rutina para que no sean objeto de perfilamientos por parte de los delincuentes. Además, tener siempre al animal con implementos de identificación que le permitan a un tercero ponerse en contacto y, sobre todo, esterilizarlo a fin de evitar que sea hurtado para fines comerciales.
Más allá de estas recomendaciones, el debate gira alrededor de las medidas penales, pues no existe como tal la tipificación del delito por hurto de un perro o gato. Si una persona denuncia el robo de su mascota y no aclara qué fue lo que pasó, su caso podría tratarse exactamente igual al del robo de un celular. Con el aumento de hechos de este tipo, el debate jurídico se centra en que se regule el delito, ya que se trata de un ser vivo e integrante de una familia.
El abogado penalista Francisco Bernate explica que el acto de robarse una mascota no es un delito autónomo. Por tal razón, sí vale la pena discutir y modificar las normas actuales de maltrato animal para incluir ese capítulo del robo, pues está claro que un animal no puede ser tratado de la misma manera que si se roban un celular.
Sin duda, esto demuestra que hay una deuda de la justicia con las víctimas porque no ha definido cómo manejar este tipo de situaciones. Lo cierto es que el debate se da entre quienes consideran que el delincuente debe ser tratado como si hurtara un objeto de gran valor y quienes creen que es un grave delito por tratarse de un ser vivo.
Sobre este tema, la senadora electa Andrea Padilla promete promover un proyecto de ley después del 20 de julio para solucionar ese vacío jurídico. “Es necesario actualizar el capítulo sobre delitos contra la vida y la integridad de los animales del Código Penal para que se incluya el hurto de animales como un delito autónomo, y se le dé un tratamiento especial, además, porque el modus operandi es distinto. Lo que suelen hacer muchos ladrones es que se roban al animal, luego van a las redes sociales, ubican los letreros donde dicen me robaron a mi perrito, me robaron a mi gatico, y se contactan para extorsionar”, dijo.
Padilla cree que es hora de que en Colombia exista la esterilización obligatoria de los animales de compañía para frenar el abandono, el robo y la comercialización de razas sin control. “Es una medida que se ha adoptado en otros países. Entonces, esa es una propuesta efectiva que incluye el control de los criaderos”, afirmó.
Como en el caso de los celulares, mientras existan quienes compren equipos de origen desconocido, hay quienes buscan mascotas en plataformas, redes y tiendas sin certificaciones sanitarias ni cuidados veterinarios. Esa práctica es la que incentiva a aquellos que buscan animales para robar.
En medio de toda esta discusión, lo único que resta es andar con cuidado en las calles, pues ni los perros se están salvando de la desbordada inseguridad del país.