En audiencias preliminares de legalización de captura, imputación de cargos y solicitud de medida aseguramiento, un policía de la Metropolitana de Bogotá fue judicializado por el delito de tentativa de homicidio, violencia intrafamiliar y lesiones personales, que dejó a su hijastra, exesposa y excuñado, como víctimas de un ataque indiscriminado de este uniformado que arremetió usando un arma traumática, para exigir la devolución de una billetera.
El caso ocurrió durante el fin de semana y en el sur de Bogotá cuando el uniformado se encontraba de descanso y mientras consumía licor, que además, según las víctimas, ofreció a dos menores de edad, su hija e hijastra. Posteriormente ingresó a su vivienda en compañía de una de las menores, la mamá de la niña se preocupó porque no salían y cuando fueron a verificar, el uniformado la estaba golpeando con el bastón de mando que normalmente usaría en actos del servicio.
De inmediato le recriminaron por la agresión y según la denuncia, el policía alegaba que se le había perdido una billetera, se escucharon unos impactos de arma y de inmediato los tíos de las niñas ingresaron a verificar lo que estaba ocurriendo. El uniformado les disparó en varias oportunidades y de manera indiscriminada, el resultado fue una de las niñas heridas, el tío remitido de urgencias y la mamá con graves lesiones en una mano.
Los propios familiares llamaron a la Policía del cuadrante que intervino y capturó al uniformado para presentarlo ante un fiscal por la grave situación en la que resultó involucrado. Los hechos fueron relatados por la tía de la niña que resultó herida con los disparos del uniformado.
“Como a los cinco minutos escuchamos un disparo, no supimos de dónde salió este disparo, hubo una pausa de cinco minutos y volvimos a escuchar otro disparo, yo empecé a llamar a mi hermana gritando para que ella se asomara y volvimos a escuchar otro disparo... Entonces empujamos a este sujeto ingresamos hasta el cuarto piso cuando terminé de subir las escaleras vi a mi hermano que se abalanzó sobre John y le quitó una tolfa con la cual estaba golpeando a mi sobrina, tenía un arma de fuego en la mano derecha y vi cuando le disparó a mi hermano”, dijo una de las víctimas en las declaraciones recaudadas por la Fiscalía y que sirvieron para solicitar una medida de aseguramiento en centro carcelario.
En las diligencias preliminares ante un juez de control de garantías la Fiscalía también expuso los dictámenes de Medicina Legal que daban cuenta de las graves heridas que sufrió la niña, su madre y su tío, este último intervenido de manera urgente en un centro hospitalario producto de los disparos del arma traumática del uniformado.
Además se presentaron en las audiencias las declaraciones de las víctimas, de algunos vecinos que escucharon los disparos y de los propios policías que adelantaron el procedimiento de captura una vez llegaron al lugar de los hechos y encontraron la escena donde una menor resultó víctima de los disparos accionados por este patrullero.
Daniel Eduardo Cardona, abogado de las víctimas, aseguró que la situación fue bastante grave pues se puso en riesgo la vida de dos menores de edad y el responsable de dejarlas en esa condición, era su padre, un uniformado de la Policía que tenía en su poder el arma traumática con la que los amenazó para recuperar la billetera extraviada.
Las víctimas aseguraron que el abogado del policía incluso los culpó y señaló de responsables de lo ocurrido, tras haber ingresado a la vivienda del uniformado sin ninguna autorización. Ellos advierten que lo hicieron porque escucharon los gritos y los disparos, de antemano sabían que las dos niñas se encontraban en la casa.
Al final de las diligencias, el juez de control de garantías concluyó que los argumentos de la Fiscalía para pedir una medida aseguramiento en contra del uniformado se soportaban el material probatorio presentado tanto por las víctimas como por el ente acusador y concluyó que por seguridad de las víctimas debía permanecer recluido en un centro penitenciario para policías.