Lo que ocurra en julio definirá el futuro de Arturo Char, el congresista de Cambio Radical perteneciente a una de las familias de mayor peso político y económico del país. A comienzos de año su partido postuló su nombre para ocupar la presidencia del Senado desde el 20 de julio. Pero nada está escrito en piedra y su elección es una fina jugada de ajedrez político que no estará exenta de polémica. En esta oportunidad la votación no será un simple trámite para cumplir los acuerdos partidistas y escoger a las nuevas mesas directivas del Congreso. En enero, cuando su bancada propuso unánimemente el nombre de Arturo Char, pocos ponían en duda su aspiración. En ese momento, de hecho, su candidatura se interpretó como la cuota inicial de la incursión de los Char en las ligas de la política nacional tras dominar el panorama de Barranquilla y la Costa.
Pero en febrero el libreto cambió y todo quedó en suspenso por las declaraciones de la excongresista Aida Merlano, presa en Venezuela. Ella señaló a Arturo Char de haber contribuido a su fuga en octubre pasado y de participar en presuntos hechos de corrupción en las elecciones al Congreso en marzo de 2018. Hoy, a un mes de que este senador entre a reemplazar al liberal Lidio García, la Corte Suprema de Justicia lo citó a una versión libre el próximo 7 de julio. En medio de una indagación preliminar de la sala de instrucción, y por videoconferencia, Char deberá responder interrogantes sobre la fuga de Merlano y la presunta compra de votos. En calidad de testigos, citaron a Fuad para el 2 de julio y a Alejandro Char el 9 de julio.
Por acuerdos políticos, la próxima presidencia del Senado le corresponde a Cambio Radical. Por ahora las sesiones se mantienen de manera virtual y aún no es claro cuándo volverían los congresistas al Capitolio. Del 21 de julio en adelante la Corte también recibirá las versiones de otros testigos citados por petición de la defensa de Char. Entre ellos están el presidente Iván Duque, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras y el exfiscal general Néstor Humberto Martínez. Estas citaciones en medio de la elección del nuevo presidente del Congreso han generado varias lecturas. Una de ellas es que la aspiración de Char siga adelante y se vea como un desafío a la Corte por cuenta de un proceso que apenas empieza y que sin duda tendrá varios capítulos.
Una persona es inocente hasta que se le demuestre lo contrario. Pero la presidencia al Senado de Arturo Char tendrá la espada de Damocles de una eventual decisión de la Corte Suprema. Por eso, algunos congresistas que encabezan la oposición al presidente Duque, como el senador Jorge Enrique Robledo, han pedido que Char decline a su candidatura mientras concluyen las investigaciones. Sin embargo, hasta el momento no hay cambio de planes y esta semana Cambio Radical cerró filas nuevamente en torno a su candidato. El presidente de esa colectividad, Germán Córdoba, sostuvo que Char “no ha sido juzgado ni sindicado”, por lo que seguirá contando con el 100 por ciento del apoyo del partido. En las cuentas, el político barranquillero tiene el respaldo de los conservadores, del Centro Democrático y de un sector mayoritario de La U, que cumplirán el acuerdo pactado para que Cambio Radical presida el Senado.
Vargas Lleras, quien desde enero se convirtió en el principal impulsor de Char, ha dicho durante los últimos días que el nombre del político barranquillero es “el plan A, el plan B y el plan C”. De esta manera, el exvicepresidente ha dejado claro que no está pensando apoyar una eventual aspiración del senador Germán Varón Cotrino, pues el objetivo es ir hasta el 20 de julio con el nombre ya seleccionado por consenso. En este ajedrez político sobresalen las responsabilidades que tendrá el próximo presidente del Senado en el corto plazo. Por la plenaria pasará la elección del próximo procurador general de la nación, teniendo en cuenta que el periodo de Fernando Carrillo finaliza en diciembre. Dicho organismo de control es uno de los cargos más poderosos del país y en la puja por ese puesto medirán fuerzas el Gobierno, los congresistas, las cortes y hasta los expresidentes, que ya empezaron a hacer campaña por sus candidatos.
Además, en el segundo semestre el Gobierno presentará su agenda para mitigar los efectos de la profunda crisis económica y social que ha dejado la pandemia. En ese contexto, el nombre de Arturo Char cae bien en la Casa de Nariño, ya que él podría ayudar a que los proyectos presidenciales surtan un trámite armonioso y sería una prenda de garantía para que funcione la coalición pactada con Cambio Radical y Vargas Lleras, hoy más cercano a Duque que en el pasado. Arturo Char, dependiendo de su situación judicial y su desempeño en el Senado, también podría ser el telonero de la eventual candidatura presidencial de su hermano Alejandro, exalcalde de Barranquilla. Desde que salió de la Alcaldía, con una aprobación del 95 por ciento, Alejandro ha pensado en medirse en las presidenciales de 2022. Él y el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez son dos pesos pesados de la política regional con ganas de llegar a la Casa de Nariño.
El presidente Iván Duque y Germán Vargas Lleras son hoy aliados políticos. El exvicepresidente es el principal impulsor de la aspiración de Arturo Char a la presidencia del Senado. Pero además la próxima legislatura coincidirá con la mitad del periodo del presidente Duque. Su manejo del Congreso marca un saldo en rojo en ese corte de cuentas, ya que el Gobierno no ha podido tener allí victorias significativas. En el primer año, por su política de cero mermelada, Duque les cerró las puertas a los partidos y no hizo pactos para que tuvieran representación en el gabinete, como era habitual en el pasado. El diálogo de los congresistas con la entonces ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez no rindió frutos y hubo varias derrotas. En ese contexto, el nombre de Arturo Char cae bien en la Casa de Nariño, ya que él podría ayudar a que los proyectos presidenciales surtan un trámite armonioso Su reemplazo, Alicia Arango, se alistaba para debutar en marzo bajo unas nuevas reglas de juego y un panorama que prometía ser distinto, luego del ingreso formal de Cambio Radical al gabinete por intermedio del ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez. Las expectativas eran altas, se hablaba de una reforma laboral, pensional, a la salud, a la justicia, entre otras, pero llegó el coronavirus. A raíz de la pandemia, los congresistas han sesionado de manera virtual y han tratado de cumplir con los debates y la aprobación de proyectos.
El próximo presidente del Senado será vital para Duque, a punto de comenzar el tercer año de su mandato. Ese tramo es el más importante porque el cuarto año está atado al vaivén de la campaña presidencial que arranca de manera prematura. Lo que el presidente no concrete en el tercer año, difícilmente lo logrará en los últimos meses. Como la idea es contar con un aliado en el Congreso, el guiño lo tiene Arturo Char. Pero él, sin duda, tiene por delante un camino lleno de espinas por recorrer.