Para este viernes, 12 de noviembre, estaba programado el inicio de la discusión del POT en el Concejo de Bogotá. Los concejales fueron recusados y mientras se resuelve ese trámite la discusión se aplazó.
Aún así, existe una alerta entre algunos de los cabildantes de la Alianza Verde, quienes se han manifestado públicamente porque, según dicen, a través de la ley de bancadas sus compañeros quieren incidir para que voten positivamente el proyecto en bloque.
Diego Cancino, Martín Rivera, Lucía Bastidas y Luis Carlos Leal colgaron una pancarta en las instalaciones del Concejo de Bogotá para manifestar su inconformidad.
“Esto debe ser un POT sin censura. Por esa razón pusimos este pendón en donde salen las caras de las personas a quienes están amordazando”, aseguró Rivera. “Hemos aportado con debate técnico a este Plan de Ordenamiento Territorial. Nuestras voces no son solo nuestras, son de estos ciudadanos que se ven este pendón y que mandan un mensaje hoy al partido Alianza Verde para que no censuren nuestras voces”, agregó Leal.
La concejal Lucía Bastidas aseguró que el “simbolismo” es lo único que les queda como recurso, luego de haber expresado esta preocupación por diferentes medios. Los cuatro concejales se pusieron un tapabocas con una cruz verde para manifestar su inconformismo. “No nos van a callar. POT sin censura”, aseguró la cabildante de Alianza Verde.
“Ante la censura, innovación. Que le pongan a uno un tapabocas para cuidar la vida es entendible, pero que le pongan un tapabocas para callarnos, jamás. Por eso, la mayoría del Concejo hoy nos autorizó para poner un pendón que dice POT sin censura”, afirmó Cancino.
En redes, varios ciudadanos han expresado su solidaridad con los concejales de la capital colombiana compartiendo imágenes con una equis en sus bocas. Cancino agregó que esta ley de bancadas, que pretenden implementar los demás concejales de la Alianza Verde para que se vote el proyecto positivamente, no solo tendría ese propósito sino que también los obligaría a votar todos los 608 artículos en bloque de forma afirmativa. “Es una decisión inaudita, nos convierte en notarios que solamente debemos firmar lo que diga el Distrito”, aseveró.
Según han manifestado los cabildantes del partido, para contrarrestar el hecho ejercerán la objeción de consciencia, con el fin de poder participar de la discusión con libertad, la cual se adelantará en los próximos días en el Concejo de la capital colombiana mientras se resuelve la recusación.
Rivera, por su parte, ha cuestionado que dentro de la iniciativa se estarían repartiendo cuotas burocráticas. Pidió que se garantice una adecuada prestación de los servicios, que haya acceso a vivienda y que se evite la desigualdad en Bogotá.
Paralelamente se ha generado toda una polémica, que evidenció el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, quien le reclamó a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que con lo contemplado en su proyecto en materia de Vivienda de Interés Social, se estaría afectando a las clases menos favorecidas. Esto generó un encontronazo entre López y Malagón.
Otro punto que ha sido una criticado es la falta de socialización que tuvo el proyecto con la ciudadanía. Rivera dice que se incumplió la pedagogía con la que la iniciativa debía contar. “Hubo una baja participación y aún así salió la alcaldesa a decir que este es el POT con mayor participación en la historia de la Bogotá. Esa exageración mina la confianza; esas mentiras llevan a que haya una deslegitimación por parte de la ciudadanía. En la primera jornada de cabildo abierto hubo algo en común: la participación fue reactiva, no fue propositiva”, aseguró el concejal.
Sumado a las críticas, los cabildantes dicen que ha sido un POT más político que técnico y alertan que no se ha analizado a detalle lo que se contempla y cómo estos cambios afectarían a Bogotá. Por ahora se espera que se resuelva la recusación interpuesta por Germán David Cañón, para que formalmente pueda arrancar la discusión de lo que será la hoja de ruta de la capital de Colombia durante los próximos años.