James Robinson, economista británico y uno de los más reconocidos expertos en desarrollo y gobernanza, fue galardonado este año con el Premio Nobel de Economía por su trabajo conjunto con Daron Acemoğlu, en el análisis de las instituciones y su impacto en el desarrollo económico. Entre los países que más ha estudiado se encuentra Colombia, nación que, según sus investigaciones, representa un caso de las oportunidades y desafíos de la gobernanza en América Latina.
Robinson, quien en 2013 ya había publicado un ensayo titulado ‘Otros 100 años de soledad’ —en el que compartía opiniones sobre los desafíos económicos y políticos del país— y había incluido a Colombia como uno de los ejemplos centrales de su libro más famoso Por qué fracasan las naciones, comparte en SEMANA su percepción de la economía colombiana bajo el gobierno de Gustavo Petro. En su análisis, el nobel señaló una carencia de prioridades claras y estrategias efectivas que permitan consolidar un cambio estructural.
“Hay demasiada inestabilidad y personalización en el Gobierno. La misma obsesión vieja de ‘la tierra sagrada’. La confusión de la paz total. ¿Dónde está la estrategia de crecimiento económico que es realmente necesaria para hacer frente a la pobreza? Y, peor aún, sigue existiendo la misma vieja política, clientelista y corrupta”, afirmó Robinson en entrevista con SEMANA.
Para él, el problema no radica sólo en las intenciones del Gobierno, sino en la falta de un plan coherente, estratégico y organizado que responda a las necesidades históricas del país. Robinson había hablado hace unas semanas con Noticias Caracol y había desatado una dura respuesta de Petro. “Su elección presidencial fue una de las elecciones más democráticas en la historia de Colombia. El presidente Petro ganó genuinamente un mandato popular...”.
Dijo que “el problema es que él no tiene ni idea de cómo cumplir con ese mandato, cómo lograr cosas o cómo formular políticas que realmente transformen al país. Yo creo que él tiene una agenda progresista y hay muchos, pero muchos problemas en Colombia que tienen que ser resueltos, pero creo que él no entiende cómo hacer eso. Es como cualquier otro político colombiano que no entiende la implementación y yo creo que esa es la tragedia del actual gobierno: no tienen una estrategia sobre cómo hacer las cosas”, le dijo a Noticias Caracol.
Las declaraciones de Robinson no tardaron en recibir respuesta. Gustavo Petro, a través de su cuenta en X, refutó al nobel asegurando que en su gobierno se ha avanzado en cuanto a la equidad social: “Sacamos a 1.600.000 personas de la pobreza y 1.100.000 de la pobreza extrema en 2023, además de disminuir la desigualdad sustancialmente con la reforma agraria”, escribió el mandatario.
Sin embargo, Robinson insistió en que estos avances, aunque valiosos, no necesariamente reflejan una transformación estructural.
“Que la pobreza haya bajado no significa que lo que expuse no sea cierto y tampoco hay forma de probar que esas mejoras hayan sido provocadas por las acciones del Gobierno nacional. Sin duda admiro la agenda social del presidente, pero no veo un verdadero sentido en las prioridades. Todo es una prioridad, por lo tanto, nada lo es”.
El economista añadió que, sin cambiar la forma de hacer política, Colombia no va a cambiar. “El presidente constantemente asegura que ‘nadie dijo que sería fácil’. Estoy de acuerdo con él, porque el país necesita una generación completa para comenzar el cambio. No cuatro años ni ocho. Lo que sí creo es que el presidente debe enfocarse para que, de manera honesta y estratégica, les muestre a los colombianos que un futuro diferente es realmente posible”, le dijo a SEMANA.
Colombia, un ejemplo para América Latina
En cuanto a Latinoamérica, Robinson asegura que la región atraviesa por más problemas que nunca. Además del caso venezolano, países como México, Bolivia y Colombia presentan momentos importantes de cambios democráticos. Un punto que, aunque reconoce como necesario, clasifica como un reto. “Son gobiernos demasiado personalistas y no tienen una agenda para desarrollar las instituciones necesarias. Quieren hacer todo ahora y no cuentan con una estrategia práctica para el cambio”, señaló.
No obstante a esto, el nobel asegura que no se puede seguir difundiendo la creencia de que en Colombia no hay democracia, como aseguran algunos sectores políticos. Al contrario. “Colombia tiene una de las historias democráticas más profundas de América Latina”, afirmó, destacando que el país no ha pasado por dictaduras militares, como sí ha ocurrido en otras naciones de la región.
“Las elecciones donde resultó ganador Gustavo Petro representan una de las jornadas más democráticas en la historia reciente del país”, indicó, utilizando estos comicios como ejemplo para destacar la vigencia de la democracia en Colombia. Con ello, el nobel de Economía concluyó subrayando que las problemáticas del país no se deben a falta de democracia, sino a la ausencia de instituciones inclusivas y eficientes, a la persistencia de la corrupción y a la limitada capacidad de planeación, estrategia y gestión estatal: puntos que deberían guiar los últimos dos años del Gobierno Petro, o en dado caso, adoptarse como lineamientos guía por quienes aspiren al poder en las elecciones de 2026.