“El balance del tejido empresarial en Bogotá para este año es muy favorable”, de esta manera calificó el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Nicolás Uribe, el 2021 para los empresarios de la capital del país.
Uribe argumentó que a pesar de las dificultades que se vivieron a principio de año producto de los cierres por la pandemia de la covid-19 y los bloqueos y manifestaciones en el marco del paro nacional, el sector empresarial de la ciudad se logró recuperar de estas adversidades, logrando generar 82.000 nuevas empresas este año, lo que permitiría que Bogotá cierre el 2021 con más de 480.000 empresas activas, es decir, un 6 % más que las reportadas hace un año.
Aunque reconoció que ese número de empresas estaría aun por debajo del nivel logrado en 2019, subrayó como loable este comportamiento del sector empresarial después de las incertidumbres que han acompañado este 2021, no solo por la pandemia y el paro, sino también por la falta de estabilidad a largo plazo.
En ese sentido, en entrevista con SEMANA, Nicolás Uribe no solo dio un balance del sector empresarial a lo largo de estos meses, sino que indicó además que el principal reto para 2022 es el de política pública, para dar señales de estabilidad en el largo plazo, esto desde el punto de vista político y desde el escenario electoral, es decir, desde los mismos candidatos que hoy aspiran a la Presidencia de la República.
SEMANA ya había revelado algunos apartes de la entrevista con el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, pero a continuación hace entrega de la entrevista completa:
SEMANA: ¿Cómo califica el 2021 para el tejido empresarial de Bogotá?
Nicolás Uribe (N.U.): Este año termina siendo inesperado en términos de resultados cuando en los primeros casi seis meses de 2021 las cosas estuvieron muy complicadas, arrancamos con cuatro días de cierre y tres de apertura por el segundo y tercer pico de la pandemia. Después se juntó la pandemia con el paro y estuvimos en junio enredados en un esquema donde no se podía operar, donde habíamos recogido la debacle de 2020 y en donde apenas en el mes de junio se pudo recuperar la posibilidad de que las empresas trabajaran y gastaran.
Desde esa perspectiva, 2021 es un año extraordinario, crecer casi con un indicador del 10 %, permitir la recuperación casi del 90 % de los empleos que teníamos antes y haber avanzado en un ejercicio de creación de empresa, en donde fueron 82.000 empresas en Bogotá, sin contar las de diciembre, eso se traduce en un año importante desde el punto de vista de resultados.
Pero 2021 también fue un año de transformación, en donde las empresas mejoraron la productividad, apropiaron la dimensión tecnológica como parte fundamental de su desarrollo y todo esto nos va permitir crecer más aceleradamente en el 2022.
SEMANA: Cuando menciona las 82.000 empresas, ¿son las nuevas que se crearon este año?
N.U.: Sí. Nosotros al 30 de noviembre teníamos 462.000 empresas activas, esto quiere decir un 6% más que el año 2020, pero todavía un 7% por debajo de 2019 cuando estábamos llegando cerca de 495.000 y terminamos el año con cerca de 505.000. Este año vamos a terminar con cerca de 480.000 empresas, es decir que estamos en la mitad de la recuperación del camino andado entre 2019 y 2021.
El año pasado fue muy grave, se perdieron cerca de 55.000 empresas y se crearon 60.000, este año, a noviembre, vamos con 82.000 empresas creadas, seguro habrá un poco más en diciembre, versus 89.000 que se crearon en 2019, es decir este año hay 7.000 menos, luego vamos acercándonos a las cifras prepandemia.
Si uno mira las cifras sin perspectiva pueden parecer muy bajitas, pero que alguien se siente en mayo a ver cómo estaba la cosa y cuántas empresas era que iba a crear cuando por ejemplo en Bogotá había imposibilidad de llegar al trabajo todos los días. Entonces esto francamente es una revolución en términos del esfuerzo de los empresarios que gracias a políticas del Gobierno nacional en términos de Paef, aplazamiento de impuestos, de aperturas progresivas, se pudieron recuperar muy rápido para hoy en día estar entregando estos resultados.
SEMANA: Como usted bien lo menciona, todavía hay un 7% menos de empresas frente al nivel prepandemia, ¿qué hace falta en Bogotá para poder recuperar ese nivel de empresas que se tenía en 2019?
N.U.: La verdad es que los negocios no funcionan como acordeones que se cierran y se abren, sino son decisiones razonables a partir de expectativas de futuro, de estabilidad en las reglas de juego, de condiciones de entorno. Hoy en día, por ejemplo, las dificultades más grandes que ven las empresas es el tema de la seguridad. Nosotros vemos en todas nuestras mediciones y así lo confirma el Dane también, que el tema del entorno en materia de seguridad complica la posibilidad de que las empresas se desarrollen.
Por supuesto también está el tema de los costos asociados a tener una empresa, no es lo mismo ser informal a tener una empresa, ahí siempre hay una carga importante alrededor del tema. Otro tema es la demanda, cuando usted tiene gente gastando, tendrá gente que pueda vender, pero cuando las personas están contenidas, tampoco se va poder vender, entonces se necesita seguir recuperando la confianza del consumidor y del empresario para que las decisiones de inversión se tomen.
También se necesita estabilidad en las reglas de juego y aquí puedo poner un ejemplo, el tema de la construcción en nuestro país va un 26% por debajo de lo que era 2019. En el caso de Bogotá, que tiene una participación importante, es claro tener reglas en materia de POT, porque el POT es el que dice qué puede construir y en dónde, entonces ahí en ese entorno y desde el punto de vista regulatorio, las reglas de juego son clave.
Así mismo el tema tributario es fundamental, entonces yo creo que aquí nos hace falta añadirle a la reactivación, certidumbres en cosas que están bajo control para minimizar el efecto de las que no tenemos bajo control como el tema electoral, que por supuesto genera una incertidumbre en el resultado y que como ya se vio en otras latitudes, dependiendo de los resultados, la gente toma decisiones en uno u otro sentido.
SEMANA: ¿Cómo están categorizadas estás 462.000 empresas en Bogotá?
N.U.: Este tema es importante porque la gente no acaba de entender cómo se configura el sector empresarial y cuando le hablan de empresas cree que le estamos hablando de un magnate en edificio que tiene helipuerto y eso es una incomprensión real que después deriva en unas consecuencias muy complicadas, entonces cuando la gente dice súbale los impuestos a las empresas, está pensando en el magnate del helipuerto, pero no se da cuenta que la gran mayoría, casi el 99%, son empresas micro y pequeñas.
Es decir, la gente desarrolla política pública pensando en grandes empresas, diciendo claven a las empresas que ellas tienen con qué pagar, pero la verdad es que el porcentaje hoy en Bogotá es verdaderamente abrumador en donde el 98,3% son micros y pequeñas empresas, es decir 457.000 de las 462.000 que hay hoy en día en la ciudad.
Exactamente hoy de las 462.000 empresas que existen en el total de la jurisdicción de la Cámara de Comercio, 435.000 son microempresas, 19.000 son pequeñas, medianas son 5.200 y grandes 2.400.
Básicamente la mayoría de estas empresas se dedica a tres sectores: servicios, donde hay cerca de 280.000 empresas; comercio, con 150.000, y el resto industria, donde hay otras 70.000 empresas. Los otros sectores tienen una participación mucho más limitada.
SEMANA: ¿Cómo recibieron los empresarios de Bogotá la reciente reforma tributaria que aprobó el Gobierno nacional?
N. U.: La reforma tributaria lo que tenía era una progresiva reducción de impuestos corporativos que era muy importante para seguir haciendo más competitivo el tejido empresarial. Sin embargo, yo coincido en que el futuro de las oportunidades de nuestro país reside en el desarrollo del sector empresarial y era evidente que con las circunstancias que se presentaron, los empresarios tenían que aplazar ese tipo de norma para reducir el impuesto corporativo a pesar de que ya es bastante grande. Desde esa perspectiva hubiese sido mejor la reducción del mismo.
Pero de todas maneras hay un incentivo muy importante que es el referente al impuesto simple, que es un impuesto que agrupa no solamente a varios impuestos en una sola declaración, sino que reduce la tarifa, y eso es muy importante porque esta misma reflexión del tamaño de las empresas impacta en su nivel de desarrollo. Entonces la gente que cree que todas las empresas son de helipuerto, desconoce la realidad porque la mayoría de las empresas no son de helipuerto, sino de libreta y lápiz en la oreja, es decir, tienen muy poco desarrollo contable y les cuesta mucho trabajo hacer una declaración de impuestos.
Muchas veces la informalidad no tiene que ver con la idea de que los empresarios quieran ser informales, sino que el nivel de desarrollo no les da. ¿De dónde van a sacar para hacer una declaración de IVA, de impuestos distritales? Les da miedo porque no tienen la capacidad para hacerlo.
Entonces ahí hay oportunidades para estos microempresarios, facilitando, simplificando y reduciendo tarifas, pero claramente una reducción de costos desde el punto de vista tributario es, sin duda, una posibilidad mayor de desarrollo y es ahí donde tenemos que trabajar para entender precisamente quién es el sector empresarial para poder elaborar políticas públicas destinadas a esas empresas.
SEMANA: Usted como presidente de la Cámara de Comercio, ¿cuál sería su postura frente a las propuestas que han lanzado diferentes sectores para buscar una flexibilización laboral en el país?
N.U.: En Colombia deben haber cerca de 22 millones de personas trabajando, en donde la mitad lo hace de manera informal, entonces la pregunta que yo hago es ¿qué es lo que defendemos?, ¿qué es lo que funciona tan bien que deja a la mitad de la gente ahogándose en el mundo de la informalidad?. Ahora, ¿cuál es la solución?, eso es lo que hay que conversar, pero lo que es invariablemente cierto hoy, es que Colombia, si quiere enganchar a la formalidad laboral a esos 11 millones de personas que trabajan en la informalidad, que no tienen seguridad social y no tienen pensión, necesita evolucionar hacia una reglamentación laboral que aborde eso de manera definitiva. Eso es una problemática que el país tiene que abordar ojalá en el próximo gobierno.
SEMANA: El salario mínimo para 2022 se aprobó en $1 millón, pero el costo para el trabajador pasaría a $1,6 millones, ¿cómo reciben desde el sector empresarial este aumento del salario mínimo?
N.U.: Esto obviamente es un costo adicional, pero creo que las empresas están haciendo una migración muy importante y están entendiendo que su rol en sociedad no es solamente el de generar una utilidad para repartirla entre los socios, sino que tiene que ver también con un ejercicio que hacen de su comportamiento en sociedad. Entonces si bien esto es un costo adicional importante, también es un mensaje muy relevante alrededor del tipo de empresas que estamos teniendo en nuestro país, en donde las empresas asumen que parte de su posibilidad de salir adelante, parte de las condiciones del entorno y de tener continuidad en sus equipos de trabajo, depende de la forma en la que se pague el salario.
SEMANA: ¿Cuáles son los principales resultados de la encuesta anual de clima de negocios de la Cámara de Comercio de Bogotá?
N.U.: Hay varios elementos ahí que son importantes y que vale la pena señalar. Uno, es que en Bogotá hay una buena disponibilidad de acceso a redes y tecnología, Bogotá tiene oportunidades para avanzar en materia de consecución de personal, si alguien quiere montar una empresa, no importa el sector, va encontrar la gente que necesita en la región para poder hacerlo. Bogotá entiende que tiene el mercado más importante del país, aquí está el 14% de la población, pero el 30% del PIB en la región con Cundinamarca.
También hay elementos que preocupan, como la inseguridad y la necesidad de abordar mercados internacionales. Nosotros vemos que lamentablemente la pandemia ha encerrado mucho a las empresas, y ahí hay una tarea importante, pero en términos generales el clima empresarial es muy favorable.
SEMANA: Aparte de la inseguridad, ¿cuáles serían los otros temas que les preocupan hoy en día a los empresarios?
N.U.: Hay muchos que tienen que ver con los temas de costos e impuestos, ese quizás se resume en el más importante de todos, porque ahí es donde está la mayor preocupación, porque de cada peso que haga el empresario, 30% se lo quitan en impuestos, eso es un costo muy grande y eso desmotiva la posibilidad de generar nuevas inversiones y nueva riqueza.
Exactamente los factores que tiene que ver con la afectación del clima de los negocios básicamente son los impuestos, los costos relacionados, la movilidad, la inseguridad, la infraestructura, la regulación y la falta de oportunidades para acceder a recursos de financiación y la incertidumbre que es la mayor fuente de mayor distracción para la toma de decisiones, si habrá o no una reforma tributaria, si la economía se va a reactivar, si habrá otro cierre por la pandemia, entre otras variables.
SEMANA: ¿Cuáles deberían ser entonces los retos en los que deben enfocarse el sector empresarial y la Cámara de Comercio para 2022?
N.U.: Principalmente en el tema de política pública y es que se necesita generar y dar señales de estabilidad en el largo plazo, esto es desde el punto de vista político, desde el escenario electoral, de impuestos, de POT para Bogotá y también necesitamos trabajar todos en el tema de formalización.
También hay una agenda importante que es la de recuperación total del empleo y eso solamente se hace apoyando las empresas. El crecimiento económico de 10% este año y de 4% o más para el otro año tiene que traducirse en empleo porque de lo contrario no vamos a solucionar el problema de ingreso de las familias colombianas. Eso son los ejes fundamentales para el próximo.
En cuando a la cámara de comercio, nosotros tenemos una agenda muy importante en temas de fortalecimiento empresarial, este año cerramos habiendo atendido casi 180.000 empresas, ayudamos en el proceso de digitalización, ayudamos a 4.000 a empezar a exportar gracias a nuestro programa de internacionalización, avanzamos en el tema de acceso a créditos.