El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Gerson Chaverra, participó en la apertura del Congreso del Instituto Colombiano de Derecho Procesal en Bucaramanga. En ese escenario, el magistrado hizo serias advertencias sobre lo que está sucediendo en el país.

Chaverra fue enfático al rechazar que existan intereses particulares en el debate legislativo que se vive hoy en el país. “Las reformas no pueden estar a merced ni a vaivén de gustos, pareceres o conveniencias particulares, sino que ellas deben ser producto de la ciencia, la lógica, la experiencia y la razón”.

Gerson Chaverra, presidente de la Corte Suprema. | Foto: COLPRENSA ©

“Las constantes reformas pueden resultar contraproducentes si no son coherentes con el desarrollo institucional, si no permiten que las instituciones maduren y si las reglas del juego varían de forma tal que afectan la seguridad jurídica y, con ello, la confianza de las personas en la tutela judicial efectiva”, agregó.

Chaverra citó al jurista italiano Luigi Ferrajoli al hablar de la visión sobre el futuro de la administración de justicia. ”Es un lugar común la aspiración de una justicia cercana, de calidad y sostenible, pero ese deseo debe aterrizarse según nuestros conflictos”, aseguró.

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El magistrado también habló de otro tema inquietante para la Rama Judicial. “Hoy, cuando pensamos en el futuro, es inevitable no referirse al impacto de la inteligencia artificial en la justicia”, aseguró.

Contó que se acaba de estrenar una película española que “plantea los dilemas y las alertas de la inteligencia artificial en la justicia”. Su director, agregó, justifica la ambientación de la película en el mundo judicial “por su carga simbólica y porque reúne dilemas éticos y políticos”.

“Ningún algoritmo puede reemplazar la decisión presencial y carga humana de los jueces y la resolución de los conflictos”, enfatizó al asegurar que la justicia debe ser “cautelosa” pues el avance tecnológico trae beneficios, pero también peligros.

El magistrado también hizo un llamado al respeto de la vida y la dignidad humana. “Esa es una realidad que desemboca en hechos cargados de injusticia que no se deciden en un estrado judicial, sino en la conciencia social... Resulta díficil administrar justicia en ciertos territorios donde el juez debe elegir entre su vida, su tranquilidad mental o el desempeño de sus funciones”, dijo. Aseguró que muchos jueces tienen una gran carga porque los problemas de las personas no se resuelven en los escenarios que deberían.

“Las personas acuden a la justicia para la transformación positiva de su realidad desde la garantía de sus derechos”, dijo. Pero es necesario también, agregó, que esto se transite en una mejoría de la justicia. “Entre mayor sea el número de conflictos sociales, mayor será la demanda de justicia”, explicó.

Para él, detrás de la trampa argumental de que la justicia esta colapsada, la respuesta no puede ser menoscabar la importancia de los jueces, sino su fortalecimiento. “La respuesta desde la institucionalidad ante el deficit de la garantía de los derechos, debe ser el fortalecimiento de la justicia”, precisió. Además, dijo que los mecanismos alternativos de resolución de conflictos no compite con la labor esencial que hacen los jueces.

“Si bien es cierto [que] es posible y necesario brindar cada vez más y mejores alternativas a los ciudadanos para resolver sus conflictos, esto no implica dejar de lado los esfuerzos necesarios para el fortalecimiento de la Rama Judicial. La intervención de los jueces seguirá siendo requerida mientras existan conflictos que los ciudadanos no puedan resolver por si mismos”, concluyó.