Colombia pasa actualmente por una emergencia, cercada por el fenómeno de El Niño, que tiene al país en la lucha contra numerosos incendios forestales en las diferentes zonas del país.
Es así como hasta el momento no hay un cálculo exacto de la biodiversidad perdida.
Por más de una semana, los bogotanos han visto cómo los cerros se queman ante sus ojos en una chimenea que emerge desde las montañas.
En los últimos días, la ciudad –alertó el Índice Bogotano de Calidad del Aire y Riesgo en Salud (Iboca)– vivió un riesgo “alto” en varios puntos, entre ellos la carrera Séptima.
Mientras el nivel bajo debe estar de 0-50, esta semana llegó a 150. Cantidades enormes de CO2 tienen a Bogotá con una calidad de aire mala o muy mala dependiendo del sector.
En ese sentido, el presidente de la República, Gustavo Petro, aclaró en su cuenta de X, antes Twitter, cómo funciona el sistema de emergencias en Colombia.
“Todo alcalde debe saber que el sistema de emergencias funciona así: en primer lugar actúa el municipio, si es sobrepasado actúa el departamento y si este es sobrepasado actúa la nación. Tiene una lógica este procedimiento establecido por ley: no desordenar la acción y poderla llevar a todo el país”, comenzó el jefe de Estado.
“La Nación no tiene bomberos. Actúa con fuerzas operativas como la fuerza pública, por eso es fundamental y obligatorio los convenios de municipios con los cuerpos de bomberos”, agregó.
Y enfatizó en que: “Toda la acción de la Nación se centraliza en el Puesto Unificado de Mando: PMU. Que está 24 horas, reunido y coordina todas las fuerzas operativas del gobierno en todo el territorio nacional”.
Vale la pena recordar que hasta el viernes, 10.000 hectáreas se habían quemado en la cuenca del río Bita, conocido como el río de la vida por ser alimentado durante 5.070 años. Ahí, en el Vichada, en el parque nacional El Tuparro, también ardieron 8.000 hectáreas. Así, el refugio de los jaguares, aves migratorias, delfines rosados y millones de especies comenzó a morir. La majestuosa Sierra de Nevada de Santa Marta también fue alcanzada por las llamas.
Pero lo que más alerta a los ambientalistas son las quemas de la Amazonia, que son permanentes. “Es tristísimo, es de llorar. Al sobrevolar el Amazonas uno puede ver selvas de 3.000 años convertidas en cenizas en un solo día. El fuego tiene una capacidad destructiva superlativa. Estamos perdiendo un patrimonio natural del cual dependemos todos”, sostiene la rectora de la EAN, Brigitte Baptiste.
Rodrigo Botero, director de la FCDS, cuenta que el país tiene en este instante 338 focos de calor y frente a 2023 se ha presentado un aumento del 200 por ciento en el número de focos en la Amazonia. Y se espera que el fenómeno se agudice en febrero. “En Bogotá se han quemado esta semana unas 26 hectáreas. En la Amazonia esos incendios se están dando multiplicados por 1.000. En cinco años, las llamas han consumido 140.000 hectáreas. Y en cada una de ellas se pierden 600 o 700 árboles maduros con todo el universo de especies que viven allí. Necesitamos hacer un cese al fuego no solo con los grupos armados. Necesitamos un cese al fuego con los bosques y los páramos del país”, agregó Botero, uno de los actuales negociadores de los diálogos con el ELN.
Los expertos coinciden en que las quemas van a empeorar. “Las grandes sequías están produciendo grandes incendios en todos los países del mundo, sin excepción”, explica Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente. Por ahora, Colombia está lejos de estar lista y la enorme diversidad que albergan sus ecosistemas se encuentra en peligro.