Luego de disponer la captura del senador Mario A. Castaño, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema “lo someterá a indagatoria como presunto cabecilla de una organización criminal, por concierto para delinquir, interés indebido en celebración de contratos, peculado, concusión y estafa”.

De esta manera, el alto tribunal confirmó de manera oficial en su cuenta de Twitter que, tras la captura del congresista Castaño, el expediente que reposa en manos de la sala de instrucción sigue vigente.

Fue en marzo que la Corte Suprema aclaró que se le abría investigación penal y se llamaba a indagatoria, específicamente “por concierto para delinquir agravado, como presunto líder de red criminal creada para obtener porcentajes de contratos manipulados de varios departamentos”.

Las pruebas son contundentes. En primer lugar, la Fiscalía General le imputó a Daniela Ospina, pareja del senador, el delito de estafa agravada, esto al considerar que ejerció presión indebida sobre 16 personas para que aceptaran un contrato de prestación de servicios en diferentes entidades públicas, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Contraloría General, la Procuraduría General, el Sena, entre otros. Todo esto a cambio de entregar una comisión al senador y hacerle proselitismo político.

Cabe recordar que SEMANA accedió en exclusiva al expediente en contra de Castaño. Según la Fiscalía, no hay duda de que se trata de una banda criminal conformada en torno al dirigente que aspiraba, cuando se conocieron los audios, a su tercer período, y quien “en virtud de los cupos indicativos viabilizó la financiación de proyectos al interior de entidades del orden nacional y se interesó de manera indebida, junto con su grupo delincuencial, en varios proyectos y contratos”.

En este caso puntual, investigadores interceptaron las llamadas telefónicas de Castaño y sus presuntos cómplices, donde se evidencia un interés indebido por todo tipo de contratación con entidades locales, regionales y nacionales. Los hechos vendrían ocurriendo desde 2018.

En el Congreso, recientemente, Castaño presidió entre 2019 y 2020 la poderosa Comisión Cuarta del Senado, donde se tramitan las leyes orgánicas de presupuesto. En 2021 fue el coordinador ponente del presupuesto de la Nación para 2022.

Mediante una comunicación entre Castaño y uno de sus hombres más cercanos, Juan Carlos Martínez, a quien los investigadores señalan como su hombre de confianza, ambos se jactan delante de dos mujeres porque se apropiaron de la prórroga de un contrato de licores en el Chocó que, según confiesan, les dejaría utilidades anuales por 15.000 millones de pesos y durante 15 años.

En la llamada, Martínez les cuenta a las mujeres, a petición del senador, anécdotas en torno a cómo se concretó ese negocio. “Este hijueputa llega, y se va a hacer un negocio, y le digo: ¿Mario y qué va a hacer? Dijo: no, voy a prolongar lo de licores, eso me deja por ahí de 15 a 20 mil millones por año, y yo: ah ‘hp’, ¿y eso por cuánto? Dijo: por 15 años… no, pues… y sale de allá y le digo: ¿cómo le fue? Y me dijo: bien, hermanito. ¿Y le renovaron eso? Dijo: sí, me renovaron eso y me dieron el tránsito, y yo: eh, no joda hijueputa, o sea que usted queda lleno y pide postre”.