El texto del Presupuesto estaba siendo discutido de manera simultánea en las plenarias de Senado y en Cámara. Lo que se acostumbra es que la plenaria que apruebe primero la norma, espera al resultado que se dé en la otra cámara con el fin de establecer si es necesaria una comisión de conciliación sobre el texto final; esta instancia es necesaria cuando, por ejemplo, en Cámara se aprueba un texto distinto al aprobado en Senado.Ese fue el caso esta vez: la Cámara de Representantes dio su aval al texto, incluyendo unas modificaciones. Sin embargo, acto seguido, se convocó a sesiones para el próximo martes y se levantó la sesión.Le recomendamos: Las cifras para entender por qué marchan las universidades públicasDe esta forma, el Senado de la República quedó con una única opción: aprobar el texto de la Cámara, porque la ley de presupuesto tenía que quedar lista para sanción presidencial antes del 20 de octubre.Según el senador Richard Aguilar, este fue un gesto “no muy decoroso” por parte de los representantes, pues el Senado, si aprobaba otro texto, tenía que convocar a conciliación, texto que sería aprobado cuando volviera a sesionar la Cámara el próximo martes. Entonces, el plazo para aprobación del Presupuesto ya se habría vencido y entonces quedaría aprobado el proyecto original que radicó el Gobierno; a esto se le llama un caso de dictadura fiscal, evento que nunca ha ocurrido en la historia legislativa de Colombia.“Tanto la oposición como los independientes quedamos atónitos. La Cámara aprobó el Presupuesto y no tuvo la delicadeza de esperar al Senado y citó para plenaria el próximo Martes. Yo creo que por eso el Ministro Carrasquilla estuvo desde temprano en la Cámara”, comentó el senado Aguilar.Le sugerimos: Mentiras y verdades sobre el presupuesto de las universidades públicasDestacó que dejaron por fuera dos de sus propuestas: la venta de las centrales de abastos y un artículo que enviaba recursos adicionales para el sector de pesca. Igualmente informó que la Cámara incluyó cuatro nuevos artículos, cuyo contenido no quedó claro a la hora de la aprobación en Senado.Según Aguilar, se quedaron por fuera 70 proposiciones que tenía listas el Senado para ser discutidas. “Aprobar el Presupuesto en Senado a pupitrazo no es un buen mensaje para los colombianos”, insistió.El Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se mostró satisfecho con el proceso legislativo y destacó que los recursos para educación aumentarán, según sus cuentas, en prácticamente $2,5 billones frente al Proyecto de Presupuesto radicado inicialmente.Igualmente hay $160,2 billones para funcionamiento, esto es 9,3% más frente el Presupuesto de 2018. La inversión creció 20% al pasar a $46,8 billones. Otros rubros importantes son salud y protección social que recibirán $32,3 billones e inclusión social y reconciliación, $11,7 billones. Para la implementación de la paz hay $2,6 billones y unos recursos adicionales para la nivelación salarial de los empleados del Legislativo.Puede interesarle: Fecode gana pulso: gobierno retira proyecto que afectaba presupuesto para educaciónLa aprobación presupuestal representa un importante triunfo político para el Presidente Duque y los resultados de la votación de la norma ponen en evidencia este hecho: en la Cámara de Representantes hubo 113 votos a favor y 18 en contra, mientras que en el Senado hubo 68 votos positivos y 18 negativos.Los datos son relevantes si se tiene en cuenta que se trata de un presupuesto desfinanciado, lo que en técnica legislativa implica que hay que conseguir recursos adicionales por la vía de una ley de financiamiento que genere nuevos recursos para cubrir el faltante. De acuerdo con las cifras del Gobierno, el desfinanciamiento de este Presupuesto es de $14 billones.Así que si los congresistas aprobaron el Presupuesto, es claro que están comprometidos con avalar las normas necesarias para conseguir esos recursos adicionales.Vea también: Más plata para obras en las regiones: presupuesto de regalías sube 63 %Esa es la discusión que se viene ahora mismo; todo indica que el gobierno se la va a jugar por modificaciones en el impuesto del IVA, lo que en un primer momento generó mucha oposición, inclusive entre los miembros de la bancada oficial, tal como lo puso en evidencia el propio senador Álvaro Uribe, cuando señaló que no acompañaría al Gobierno en caso de proponer modificaciones en el gravamen al valor agregado.El problema que tiene ahora el Congreso es que una reforma tributaria sin tocar el IVA probablemente no va a recaudar lo suficiente para cubrir el faltante.