Este martes, 3 de diciembre, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) confirmó un brote de influenza aviar altamente patógena en el municipio de Acandí, ubicado en el departamento del Chocó, en la región del Pacífico colombiano.

Este brote, que afectó a aves en una finca de traspatio en zona rural, generó alerta en las autoridades sanitarias y agropecuarias del país. El ICA, tras recibir el informe sobre el brote, realizó de inmediato las pruebas correspondientes a las aves de la zona afectada para confirmar la presencia del virus y determinar su alcance.

La entidad explicó a través de un comunicado que fue identificada “la presencia del virus de influenza aviar altamente patógena A (H5) - Clado 2.3.4.4b”.

El brote en Acandí no es aislado, ya que la gripe aviar ha ido aumentando en varias regiones del mundo, lo que ha llevado a las autoridades colombianas a intensificar los esfuerzos para prevenir la propagación de la enfermedad.

“En este momento está activo el plan de contingencia para la atención de influenza aviar y se conformó un equipo de atención integrado por epidemiólogos, médicos veterinarios y técnicos pecuarios que se ha concentrado en la Oficina Local de la institución en el municipio de Acandí, para iniciar las acciones de control y erradicación de la situación sanitaria detectada”, detalló Paula Cepeda, gerente general (e) del ICA.

Ante esto, las autoridades también han instado a la población local a evitar el contacto directo con aves silvestres o domésticas que presenten síntomas sospechosos y a seguir las recomendaciones de bioseguridad para reducir los riesgos de contagio.

“En el predio identificado como positivo, se establecieron medidas cuarentenarias con el fin de mitigar el riesgo de propagación de la enfermedad a otras zonas del departamento de Chocó o del país”, puntualizó Cepeda.

El ICA, tras recibir el informe sobre el brote, realizó de inmediato las pruebas correspondientes a las aves de la zona afectada. (Imagen de referencia). | Foto: Semana

La gripe aviar es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a las aves y es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae, la misma que genera la influenza humana. Aunque en su mayoría afecta a las aves, este virus ha captado atención mundial debido a su capacidad para transmitirse a los seres humanos en casos excepcionales.

La transmisión del virus a los humanos generalmente ocurre a través del contacto directo con aves infectadas, especialmente aves silvestres migratorias, así como por la exposición a superficies y ambientes contaminados con heces de animales infectados.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que están en contacto cercano con estas aves, como trabajadores de granjas avícolas o personas que manipulan aves de corral, son más susceptibles a contraer la enfermedad.

A pesar de que la tasa de mortalidad del virus en los humanos es relativamente baja y muchos infectados se recuperan con el tiempo, la influenza aviar ha sido objeto de un estudio intenso debido a su potencial para causar brotes más graves y de rápida propagación.

El virus de la gripe aviar y el ganado infectado por virus de cepa rara, como pollos y aves de corral, como riesgo para la salud para el brote de infección global y el concepto de control de enfermedades o símbolo de seguridad pública agrícola. | Foto: Getty

Cuando la enfermedad es transmitida a los seres humanos, los síntomas pueden variar considerablemente. En su forma más leve, los afectados pueden presentar síntomas típicos de una infección respiratoria, como fiebre, tos y malestar general.

Sin embargo, en casos más graves, la enfermedad puede evolucionar a condiciones severas, como neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), shock y, en algunos casos, la muerte. Estos factores son los que han llevado a la OMS a monitorear de cerca los brotes de gripe aviar, dada su capacidad para generar una crisis de salud pública a nivel global.

Este brote de gripe aviar de alta patogenicidad registrado en 2024 es el primero del año. El último incidente similar ocurrió a finales de 2023, cuando alrededor de un centenar de aves fallecieron en la Isla Gorgona, en el Pacífico colombiano.