En la clínica de la Policía, en la ciudad de Barranquilla, una historia insólita terminó en capturas. La falsa médica, que estuvo por más de dos años en este centro asistencial, con nombre y título inventado, fue capturada en las últimas horas. No fue la única, otras tres personas, entre ellos dos policías, corrieron la misma suerte.
La falsa médica logró timar a toda una institución y convencer a cientos de pacientes de que estaban en manos expertas. Atendió, recetó y hasta enfrentó urgencias en la clínica. Nadie se percató de la trampa hasta que la supuesta médica se delató en un baño de la clínica. Se le cayó una cédula que tenía su foto, pero con otro nombre.
Los meses pasaron y las sospechas se hicieron denuncias. La mujer se enteró de las advertencias y prefirió huir. Los que se quedaron fueron los funcionarios que se encargaron de contratarla, revisar la documentación, aprobar el contrato y ordenar los pagos. Ellos fueron capturados, pues su error constituye un delito.
Todos en la clínica de la Policía en Barranquilla conocían a la médica con el nombre de Maira Alejandra Zapata. Así aparecía en los contratos y en los constantes diálogos que compartía con el resto de los funcionarios; sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta cuál es su nombre y la forma en que logró engañar a los responsables de su contratación.
Luego de radicar las denuncias, una investigación aterrizó en la Procuraduría. Por solicitud de la misma Policía, se compartió con la Fiscalía, que adelantó las indagaciones y concluyó en las capturas que ahora se advierten. La doctora Maira desapareció cuando las advertencias sobre su presencia en el centro médico alertaron a la Dirección de Sanidad de la Policía.
Todo parecía normal en el desempeño de la doctora Maira. Los pacientes no se quejaban, los supervisores del contrato daban buenas calificaciones y la dinámica en la clínica era tan simple y repetida que a nadie se le ocurrió imaginarse que la encargada de urgencias era la protagonista de una farsa en la que todos cayeron.
Algunos problemas entre funcionarios de la clínica terminaron por revelar la historia de falsedad y otros hechos de carácter administrativo que rápidamente llamaron la atención de los encargados de vigilar y atacar hechos de corrupción, más allá de establecer si la doctora Maira realmente era un fantasma en la clínica de la Policía.
“En el marco de las verificaciones hechas a través de controles internos de la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional, se evidenció una serie de inconsistencias en algunos procesos de contratación de la Unidad Prestadora de Salud (Upres) Atlántico. Así las cosas, se determinó que una profesional de la salud no estaba inscrita en el Registro Único Nacional de Talento Humano en Salud (Rethus), situación que generó una alerta sobre el contrato detallado”, explicó la Dirección de Sanidad de la Policía.
Las investigaciones que anticipó la Policía dieron resultados. Cuatro personas fueron capturadas en las últimas horas, una de ellas la doctora Maira, encargada de protagonizar la historia de engaño que vivieron, sin saberlo, los pacientes y médicos de la Policía.