Una difícil situación vivió el miércoles la tripulación de un helicóptero del Ejército que fue impactado con arma de fuego por parte de organizaciones criminales que delinquen en la región del departamento de Córdoba. Los hechos se presentaron por el sector de Puerto Libertador, donde la aeronave fue impactada por proyectiles de arma de fuego de largo alcance.
Las imágenes obtenidas por SEMANA muestran la violencia del ataque: uno de los vidrios principales, el de la cabina de la tripulación, terminó con un agujero, lo que obligó a la aeronave a buscar la base más cercana para aterrizar. El helicóptero Huey II, según confirmaron fuentes militares, se encontraba realizando una misión de abastecimiento de suministros para las tropas.
En la aeronave averiada, según confirmaron las fuentes militares, viajaban dos pilotos y dos tripulantes, quienes resultaron ilesos, mientras que la aeronave tuvo que regresar a Puerto Libertador para aterrizar de emergencia.
Los hechos violentos se presentaron en medio de las infortunadas noticias que ha tenido en el último año la fuerza pública con el tema de los helicópteros: cuatro se han siniestrado. El caso más reciente fue el de la Policía del departamento de Antioquia, en hechos que son materia de investigación.
Este año, otro accidente de un helicóptero de la fuerza pública ocurrió en la frontera con Panamá, donde una aeronave se precipitó a tierra. Hay que mencionar que, en estos dos accidentes, el de Antioquia y el de Panamá, ocho uniformados fallecieron. En los dos casos, los policías y militares muertos fueron cuatro.
En el caso de la frontera con Panamá, fallecieron cuatro militares y otros tres resultaron heridos. Dentro de los fallecidos está el mayor Karol Felipe Murillo, quien era el piloto de la aeronave. El uniformado nació en el municipio de Manizales, departamento de Caldas, el 15 de junio de 1986. Llevaba 17 años de servicio y había ingresado a la Escuela Militar en enero del año 2006. Tras sus resultados académicos y pruebas físicas, ascendió a subteniente en diciembre de 2008; era del Arma de Aviación, piloto de ala rotatoria, profesional en ciencias militares, y actualmente se desempeñaba como piloto de pruebas del helicóptero UH-60 Black Hawk.
“Él se estaba desempeñando como piloto del helicóptero UH-60 Black Hawk. Se le habían otorgado cinco distintivos, entre los que se destaca el curso preparador de instructor y Congreso Latinoamericano de Cuidado Primario, así como condecoraciones y reconocimientos como medalla de Bicentenario de la Campaña Libertadora”, indicó el Ejército.
Para el caso de la Policía, se informó en su momento que los fallecidos fueron el mayor Juan Carlos Morales, capitán César Andrés Rodríguez y los subintendentes Rafael Antonio González y Féder Alejandro Celis.
La aeronave Black Hawk, de matrícula PNC-0614, había despegado de la ciudad de Medellín con destino al municipio de Tuluá (Valle del Cauca), en la mañana del jueves 22 de febrero, donde se le practicaría un mantenimiento. Luego, la aeronave perdió comunicación con la base, y campesinos de la zona que se comunicaron con la institución aseguraron haber escuchado un fuerte estruendo.
SEMANA conoció que, tras varios minutos de maniobras, la aeronave fue hallada siniestrada.