Dos años de conversaciones secretas. Tres años, diez meses, seis días y miles de horas de negociación en La Habana –las últimas 70 de trabajo ininterrumpido– tuvieron que pasar para que se produjera la noticia más esperada por varias generaciones de colombianos.Este miércoles, a las 7:00 de la noche, por primera vez un gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC sellarán un acuerdo definitivo para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado. Por eso, este 24 de agosto, ya empieza a ser llamado el día de la firma de la paz.Le puede interesar: A buen ritmo avanza el ‘cónclave‘ en La HabanaPor lo menos así lo calificó el equipo negociador de las FARC. Hacia las 8 de la noche de este martes, publicaron una fotografía en la que aparecían junto a los negociadores del Gobierno. Desde Jesús Santrich a Timoleón Jiménez, desde el general (r) Óscar Naranjo hasta Humberto de la Calle, los congresistas Iván Cepeda y Roy Barreras, unos más efusivos que otros, pero todos sonrientes. “El día se acerca. #Vamos por la paz”, fue la leyenda y la etiqueta que acompañó la fotografía, la cual fue calificada de histórica.
Ese fue el momento en que los negociadores del Gobierno y las FARC dieron por concluido lo sustancial de los acuerdos. Sólo faltan “pequeños temas técnicos” por resolver, los cuales ocuparán la jornada de trabajo de este miércoles. En la noche se darían por concluidas las negociaciones y será el momento en que todo quedará acordado. Los últimos asuntos por resolver fueron la amnistía y la participación política de las FARC, pero se desconoce el sentido de lo pactado.También puede leer: Iván Cepeda: El facilitadorNo habrá acto simbólico, como sucedió el 23 de septiembre del 2015 cuando se acordó el capítulo de justicia transicional, y el 23 de junio, día en que el Gobierno y las FARC acordaron un cese bilateral al fuego definitivo. Aunque todo parecía indicar que el 23 sería de nuevo el número cabalístico, el destino quiso que el 24 de agosto los negociadores anuncien el acuerdo final.Sin embargo, minutos después de aquella fotografía, Jesús Santrich pareció bajar la euforia del optimismo. Primero desmintió que se hubieran finalizado las negociaciones, pues aún restaban temas delicados, y posteriormente pidió “no ensillar sin traer las bestias”.En Colombia, varios congresistas recibían la noticia visiblemente emocionados. Por ejemplo, el presidente del partido de la U, Armando Benedetti, confesó estar al borde de las lágrimas: “Nunca pensé en vida ver que los comandantes de las FARC fueran a firmar la paz con un gobierno colombiano”. Claudia López, del Partido Verde, dijo que sería una “bendición” que este miércoles se firmara el acuerdo definitivo. “Después de 52 años de conflicto seremos la primera generación que pueda vivir sin FARC y sin guerra con las FARC”.Para el mayor crítico del proceso de paz, el senador Álvaro Uribe, la fotografìa tiene otra lectura; un acuerdo con el terrorismo.
También a la expectativa, en Bogotá, estará el presidente Juan Manuel Santos, quien se jugó su capital político en este proceso de paz. Confió en que las negociaciones serían cuestión de meses, pero finalmente conseguirá uno de sus principales objetivos, la firma de un acuerdo con las FARC.Le recomendamos: Plebiscito y amnistía: el dilema del huevo o la gallinaTan pronto como este acuerdo se firme en la Habana, Santos quedará habilitado para enviar al Congreso la convocatoria del plebiscito, el mecanismo adoptado por las partes para que el pueblo colombiano refrende el acuerdo final. En ese momento se publicará el contenido definitivo de los acuerdos.