A pocas horas del anuncio oficial sobre el acuerdo final entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, desde La Habana se empiezan a conocer detalles de los últimos puntos pactados por los negociadores de ambas partes, concretamente el relacionado con la participación política de la guerrilla, una vez hagan su tránsito a movimiento político. Para la implementación de los acuerdos de paz, se acordó un mecanismo expedito en el Congreso colombiano para diseñar las leyes y reformas necesarias para aterrizar los acuerdos de La Habana. Esos debates se adelantarán una vez refrendados los acuerdos, mediante el plebiscito. Allí, las FARC tendrán voceros, tres en la Cámara y tres en el Senado, pero no tendrán voto. En el 2018 las FARC se someterán a las elecciones para el Congreso, aunque se les garantizarán mínimo cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara, diferentes a las circunscripciones especiales de paz que ya fueron acordadas previamente, precisamente, en el capítulo de participación política. Cinco curules, por ejemplo, hoy ostentan en el Senado partidos como el Polo Democrático y la Alianza Verde. Hace un año, las FARC tenían una postura mucho más dura frente a este tema. Sus exigencias incluían la asignación directa de curules en el Congreso de la República por al menos por dos períodos, así como garantizar su participación en Asambleas Departamentales y Concejos Municipales. En el Congreso colombiano han recibido con cautela las informaciones que están saliendo de La Habana, y en su mayoría han preferido esperar al anuncio oficial del acuerdo final antes de reaccionar. Hernán Penagos, representante a la Cámara del partido de la U, ponente del acto legislativo para la paz, le dijo a Semana.com que considera “válida” la posibilidad de ciertas curules para los miembros de las FARC, siempre y cuando se otorguen por un período determinado, para que luego “deban conseguirlas a través del ejercicio democrático”. En el Congreso colombiano aumenta la expectativa por el anuncio oficial, más aún cuando se espera que el propio presidente Juan Manuel Santos radique el contenido de los acuerdos en el Capitolio, ante los presidentes del Senado y la Cámara.