Iván Márquez se dirigió a los negociadores de paz del Gobierno con afecto, los llamó “amigos del Gobierno”. Tres años, diez meses y seis días atrás, en Noruega, el comandante guerrillero había sacado de casillas a Humberto de la Calle, cuando los trató de adversarios, posaron como víctimas y hasta apostaron por cambiar el modelo económico, y advertían que la meta sería la Constituyente. Entre el Iván Márquez del 18 de octubre del 2012, cuando se instalaron las negociaciones en Noruega, y el que se dirigió al país desde La Habana este miércoles para anunciar el fin de la guerra hay mucha diferencia.“Creo que hemos ganado las más hermosa de todas las batallas (…). Hemos cerrado el acuerdo de paz más anhelado de Colombia. (…)Hemos concluido la guerra de las armas a la discusión de las ideas”. Así empezó Márquez su discurso. Luego dio su versión de los acuerdos, en sus seis puntos. “Hemos cumplido la tarea”. Anunció que en próximos días serán sometidos a la Conferencia nacional guerrillera, la máxima instancia de decisión de esa guerrilla, para someter al veredicto lo que llamó la obra política de La Habana”. Márquez también les envió un mensaje de amor a los guerrilleros presos y sobre todo en el exterior: “Albergamos la esperanza de tenerlos muy pronto construyendo la nueva Colombia, en libertad".Al pueblo colombiano le dijo que lo abrazaba “con toda la fuerza de nuestro corazón”, reconoció que como en toda guerra, más aún una de larga duración, se cometen errores “y se afecta involuntariamente a la población”.Habló de sueños, de esperanzas y hasta de representar al pueblo para exigir respuestas del Gobierno.Exigió verificación no sólo para la guerrilla, sino también para el Gobierno, en materia de acuerdos de reincorporación en lo político, lo económico, y en garantías de seguridad.Vea el documento completo de los acuerdos firmados entre el Gobierno y las FARC.Pero también envió varios mensajes. Sugirió que se debe abrir campo al gran acuerdo político nacional posplebiscito, y para ello agitó a las fuerzas vivas para que "pensemos un nuevo marco de convivencia política y social que garantice la tranquilidad de las generaciones futuras".Al gobierno de Estados Unidos le dedicó un mensaje particular. Le pidió que siga respaldando los esfuerzos de Colombia, pero se declaró a la espera de gestos propios de la bondad del pueblo norteamericano: “Quedamos a la espera de Simón Trinidad”, preso en una cárcel norteamericana.Instó al ELN a que ojalá “pueda encontrar el camino para que la paz de Colombia sea completada”; “Gratitud eterna a Cuba, la patria de Martí” y a Venezuela por su aliento permanente “a su hermana Colombia” en la concreción a los acuerdos de paz. “Gracias, presidente Nicolás Maduro, por continuar la obra de Hugo Chávez”.Márquez, aquel guerrillero que causó indignación hace tres años cuando no reconoció a las víctimas, se tomó la licencia de rendirles un homenaje, al acordarse de madres, viudas y familias colombianas. “Les pido unamos manos para decir ¡nunca más!, ¡nunca más!” Volvió a dirigirse a sus amigos del Gobierno, y a Humberto de la Calle, al que había ofuscado aquel 18 de octubre del 2012 en Oslo, le dijo: “del cónclave de La Habana ha salido humo blanco, habemus paz”. Esta vez, De la Calle le dio un aplauso.