Luego del incendio registrado en la cárcel de Tuluá, que dejó 51 muertos, el procurador delegado para la defensa de los Derechos Humanos, Javier Augusto Sarmiento, solicitó de manera urgente e inmediata una gestión coordinada entre la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) y el Fideicomiso Fondo Nacional de Salud (PPL) para atender la situación.
El PPL es el encargado de prestar el servicio de salud tanto intra como extramural de los presos del país. Sarmiento pidió a estas entidades que se atienda a los afectados que tienen secuelas psicológicas o que presentan heridas que no son de gravedad, pero que también deben ser tratadas.
La carta está dirigida a Andrés Ernesto Díaz, director general del Uspec, y a Óscar Marín, presidente del PPL.
“Realizamos un recorrido por el establecimiento penitenciario de mediana seguridad de Tuluá. Escuchamos a la población privada de la libertad que se encontraba en el día de ayer en el pabellón número 8, que por supuesto ya fue reubicada en otros patios y pabellones de este establecimiento”, dijo Sarmiento.
Agregó que escucharon las preocupaciones de los presos. “Casi que al unísono manifiestan la necesidad de fortalecer todo lo que refiere al apoyo psicosocial y a la atención médica y de emergencias”, agregó el procurador delegado.
En ese sentido, en la solicitud hecha por Sarmiento, también se pide una brigada de apoyo psicosocial que tenga un enfoque de salud mental. “Con el fin de atender tanto al personal de cuerpo de custodia y vigilancia como a la población privada de la libertad del establecimiento”, señala.
Dijo que hace el llamado al Uspec y al Inpec para que se fortalezca “a la mejor brevedad” el equipo médico que está acompañando a los detenidos en ese centro penitenciario. Señaló que hay quienes necesitan una simple curación, kits de aseo, cremas para cicatrices y hasta ropa. Además, mientras eran escuchados por los miembros de la Procuraduría, algunos lloraron, evidenciando el apoyo psicosocial que requieren.
Según detalló el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, la hipótesis más clara es que todo el accidente arrancó por una riña entre dos presos, la cual sería la suposición que por ahora tiene más fuerza.
“Uno de los involucrados en la riña prendió fuego a una colchoneta y esto generó el incendio que dejó el trágico saldo”, señaló el ministro Ruiz.
Agregó que el personal del Inpec trató de controlar las llamas, por lo que luego tuvo que intervenir el cuerpo de bomberos del municipio.
El ministro de Justicia señaló que continuarán investigando lo que pudo haber sucedido en el pabellón 8 de la cárcel de Tuluá. “Lamentamos mucho, deseamos que haya paz en la tumba de estas personas. Tenemos por ahora detalles de los primeros lesionados”, dijo.
El ministro Ruiz informó que la Fiscalía continúa las investigaciones para terminar de esclarecer lo sucedido.
Los familiares de las víctimas han estado al tanto de la situación de sus seres queridos.
Incluso, al escuchar el nombre de cada uno de ellos en la lista de fallecidos, varios no pudieron contener las lágrimas tras el dolor que les causó el hecho.
“La Cruz Roja colombiana, seccional Valle del Cauca, en el día de hoy ha prestado el apoyo a todos los familiares de los internos de la cárcel de Tuluá que han tenido inconvenientes o que sufrieron los problemas por el incendio que se presentó”, aseguró Edwin Mejía, director de Gestión del Riesgo Cruz Roja Valle.
Agregaron que hubo 15 voluntarios y empleados, además de vehículos administrativos y de rescate listos para esa tarea. “Se ha montado una carpa de primeros auxilios donde al momento hemos atendido alrededor de diez familiares de los internos”, agregó Mejía.