En su intervención en el foro virtual ‘corrupción en los territorios en tiempos de pandemia’, el procurador general de la nación, Fernando Carrillo, dijo que “el Estado ha sido incompetente en lo que se refiere a redistribución, entrega de ayudas, y eficacia de la política social”.  

El jefe del ente de control señaló que la corrupción es el motor de la violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos, “un arma letal que tiene claramente la capacidad de matar, y la mayor herramienta del autoritarismo y populismo”, por lo que propuso volver de nuevo a las capacidades institucionales del Estado. “Si algo parece como la excepción número 43 de los decretos de aislamiento social es la condición de corrupto o de violento, para hablar de la corrupción y de la forma como han seguido asesinando a los líderes sociales. Eso es lamentable, aquí ninguno de ellos se fue de cuarentena", agregó.  Además, el procurador general aseguró que no es momento de cantar victorias definitivas, porque la batalla contra la pandemia se debe dar a muchas manos, e hizo un llamado a construir un gran acuerdo en el que tendrán que estar trabajadores, desempleados y todos aquellos cuyos derechos pueden ser vulnerados. 

En el foro convocado por la Procuraduría General de la Nación y el Instituto de Estudios del Ministerio Público, Carrillo también advirtió que no se va a regresar a las realidades económicas del pasado, por lo que precisó que el Estado deberá diseñar, no por la vía de estados de excepción, “unas herramientas donde se le dé un vuelco de 180 grados a la política de salud y de redistribución de ayudas”.  Así mismo, el funcionario dijo que en Colombia y América Latina se está viendo el uso permanente y obsesivo de los estados de excepción, e indicó que mandatarios departamentales y municipales han tomado la urgencia manifiesta y la excepcionalidad como “pasaporte o carta blanca para violar todos los principios de la contratación, pagar favores políticos y saldar deudas de campaña (…)”.  El procurador también se refirió al impacto de la pandemia por la covid-19 sobre la descentralización y la planeación en los territorios, y abrió el debate acerca del sentido que tiene poner en marcha el Plan Nacional de Desarrollo y los planes locales, soportados en reglas de juego y cifras que desaparecieron con el inicio del confinamiento a mediados de marzo. 

Por último, manifestó que los “frenos y contrapesos” son el sistema inmune de la democracia y que “la vacuna que permite combatir la pandemia está en la separación de poderes, las libertades de los ciudadanos y la capacidad de defensa y garantías de los derechos”.