La escena de terror que vivieron 10 personas privadas de la libertad, en el sitio donde se supone eran custodiados por la Policía, quedó en las declaraciones de las propias víctimas. En los testimonios en poder de la Fiscalía, la Procuraduría y la misma Policía se reconstruye una violación masiva que ocurrió en la estación de Policía Chambacú, en la ciudad de Cartagena.
Ahora, y por razones de transparencia, es la Procuraduría la que asumió la investigación, a través del poder preferente, en materia disciplinaria, mientras las víctimas esperan la actuación de la Fiscalía en este macabro caso, con 10 víctimas y sus violadores plenamente identificados en las mismas celdas que compartían con los abusados.
En poder de SEMANA están las declaraciones que entregaron los privados de la libertad que fueron, supuestamente, abusados en medio de una irónica celebración, con música, trago y drogas, en plena estación de Policía. Los detalles son aterradores. Las víctimas fueron anunciadas por los violadores y de uno en uno pasaron a una celda destinada a los vejámenes.
“Que los metieron en la última celda y ahí los mantenían encerrados. Comenta que se cometieron actos y vejámenes sexuales (acto sexual abusivo, acceso carnal violento) contra unos de sus compañeros, que a varios de sus compañeros los apuñalaron con cucharas metálicas que convirtieron en puñal; que él como pudo se defendió y se protegía con los brazos y evitó que lo puñalearan”, señala el texto con la denuncia.
La Procuraduría, luego de su visita a la estación de Policía, aseguró que implementarán tres acciones, que incluyeron escuchar las denuncias de los afectados, de los abusados el pasado 30 de agosto, cuando ocurrió la violación masiva, según las familias y los documentos que fueron aportados a la investigación.
“Se designó una agencia especial para intervenir en el proceso penal que adelanta la Fiscalía con ocasión de estos hechos y se ejerció el poder preferente de la investigación disciplinaria que ya adelantaba la Policía, a través de la inspección general, con el fin de ser asumida por la Procuraduría para los derechos humanos”, explicó el delegado para la Defensa de los Derechos Humanos, Javier Sarmiento.
Las víctimas y sus familias insisten que la Policía no se pronunció y prometió explicar los avances de la investigación. Ahora resulta que es la Procuraduría la que asume la investigación del caso, pero de parte de la institución uniformada hasta la fecha no hubo una respuesta clara de lo ocurrido.
“Que todo se dio porque una de las personas del comité, el viejo Edwin (a quien describe como gordo y es el del comité), alias Cabe (a quien describe como uno gordo tatuado), alias Iguillo. Comenta que ellos fueron los que planearon todo y que en pocas palabras fueron los coautores de todas estas conductas punibles descritas, que fueron más de 15 los que los atacaron, torturaron”, señala la denuncia en poder de SEMANA.
Lo que falta es conocer las decisiones que salgan de la Fiscalía, pues lo descrito por las víctimas constituye un grave delito, abusos sexuales y masivos, en el interior de una estación de Policía y bajo la custodia de varios uniformados; lo peor, en medio de una fiesta inundada de licor y drogas. Pero nadie vio nada.