Tras la contundente revelación de SEMANA frente a la existencia de reuniones a puerta cerrada entre las víctimas del secuestro y funcionarios de la JEP, al parecer para preparar un libreto para ser presentado en las audiencias públicas sobre secuestro, todo en favor de las Farc, la Procuraduría General de la Nación envió a este tribunal de justicia transicional una dura carta en la que rechaza que no se le haya invitado a estos encuentros.
En la misiva, dirigida a la magistrada de la JEP, Julieta Lemaitre, el Ministerio Público señala que existe “falta de comunicación” y que en varias ocasiones se hacen estas reuniones secretas “sin que se nos haya citado”.
“En repetidas oportunidades hemos sido informados por parte de representantes de víctimas sobre la existencia de reuniones para discutir aspectos del Macro caso 01 (secuestro), sin que se nos haya citado”, indica la comunicación, firmada por Jairo Acosta Aristizábal, procurador delegado con Funciones de Coordinación de Intervención para la Jurisdicción Especial para la Paz.
No se puede olvidar que la Procuraduría desempeña un papel clave en este procesos, pues tiene como rol constitucional el ser garante del orden jurídico y de los derechos de las víctimas, así como brindar acompañamiento a todos los intervinientes dentro del proceso.
“Es indispensable que se nos convoque y se nos informen de los espacios de diálogo que se tenga con las víctimas, aun cuando no se trate de audiencias judiciales en estricto sentido”, indica la carta, conocida por este medio.
Acosta argumenta que el Ministerio Público representa dentro del proceso a varias poblaciones: primero, a todas las víctimas que no fueron identificadas por el Estado o a lo largo de la instrucción del macro caso; segundo, a todas las víctimas que, aún estando identificadas, no fueron acreditadas o reconocidas porque por cualquier razón no pudieron o no quisieron participar del trámite judicial ante a JEP, y tercero a los colectivos sin reconocimiento en el sistema pero sujetos de reparación.
El tono de la misiva, si bien se maneja dentro de un lenguaje institucional y en el marco del respeto, contiene fuertes cuestionamientos al actuar de la JEP.
Y cierra con una dura frase: “De estimar que no procede nuestro concurso en estos espacios le ruego me lo haga saber a través de una decisión motivada”.
Desde que entró en funcionamiento la JEP, se ha visto a los exlíderes de las Farc pasando al banquillo para responder por varios delitos. Lo que pocos saben es que, tal como lo reveló SEMANA, detrás de las sentidas audiencias con reflectores y cámaras, hay poca libertad y espontaneidad, lejos del verdadero sentido de ofrecer un perdón sincero a las víctimas que aliviane su dolor. Se ha convertido en una obra de teatro. Un libreto escrito por la JEP.
Este medio tiene detalles de un encuentro al que fueron citadas las víctimas, en el que había psicólogos de la JEP, abogados, asistentes de magistrados y otros funcionarios.
Lina Rondón, psicóloga del tribunal, presidió el encuentro, que duró más de seis horas. El libreto inició así, para “romper el hielo”, como si se tratara de niños de colegio y no de víctimas del conflicto: “Queremos que se paren y vengan al centro los que se casaron con su primer novio o novia”, dijo Rondón. Las víctimas se miraron sorprendidas.
Uno de los asistentes, visiblemente incómodo, exigió respeto. “Perdónenme lo que les voy a decir… no quiero ser impertinente, pero no estoy de acuerdo con esto, ni esta manera de preparación de la audiencia. Quiero saber cuál es el enfoque y qué esperan ustedes de nosotros. No quiero hacer estas cosas”.
“Estamos frente al acuerdo de paz. Las Farc hicieron el gran negocio que es dejar la guerra, obtienen unos privilegios a cambio de no volver a matar ni secuestrar. Pero a mí no me pidan más, no me interesa ser amigo de ellos, esto es doloroso”, afirmó en el encuentro Sigifredo López, el único sobreviviente de los diputados del Valle secuestrados por las Farc y posteriormente asesinados.
Las víctimas que se habían prestado inocentemente para el juego psicológico de responder preguntas optaron por guardar silencio. Otra más se sumó al reclamo con una frase lapidaria: “No es grato verles la cara a estos tipos, no lo es”. La discusión se tornó más tensa: “Los viejos perdonamos, pero los hijos de los secuestrados les dicen de frente ‘asesinos y cobardes’. No quiero menospreciar ni ser grosero con lo que ustedes han preparado. Pero no quiero formar parte”.
Todo esto ocurría mientas con la disculpa de una amenaza a su seguridad para los exlíderes de las Farc, se aplazó para después de elecciones las confesiones que iban a hacer ante la JEP en el caso de secuestro.
Estas palabras de molestia quienes fueron afectados directamente por el conflicto reflejan no solo indignación sino que ponen en evidencia el cansancio ante lo que sería una puesta en escena. Una psicóloga proponiéndoles un juego a víctimas y familiares de secuestrados, que lo único que esperan es la verdad, mientras se cancela la audiencia en la que esperaban ser escuchadas y conocer todo lo sucedido. Una burla.