Este jueves fue radicado en la Cámara de Representantes un proyecto de ley que busca que un trabajador cuyo animal de compañía doméstico muere, pueda tener dos días de licencia remunerada.

El proyecto fue presentado por el representante a la Cámara del Partido Liberal, Alejandro Carlos Chacón, y establece que el trabajador deberá informar al empleador que dentro de su núcleo familiar existe un animal de compañía doméstico para poder acceder al beneficio.

Para que el proyecto comience a regir en el país como ley, deberá ser aprobado en cuatro debates, tanto en Senado como en Cámara, por lo que se espera que tome su tiempo. Por ahora, comenzará a debatirse en la Comisión Séptima de la Cámara.

De pasar a convertirse en ley, el trabajador deberá entregar una prueba que demuestre el deceso del animal de compañía, pues si se establece que hubo falsificación de esto, podrá ser sancionado.

“El empleador no estará obligado a otorgar la licencia remunerada por luto de dos días por la muerte del animal de compañía doméstico cuando el trabajador no cumpla con lo establecido”, explica el proyecto.

Y es importante tener en cuenta que esta licencia no aplicará para los animales de la fauna silvestre y exótica.

El argumento del autor de este proyecto es que: “El vínculo sentimental entre humanos y animales domésticos de compañía es cada vez más importante para las personas. En consecuencia, cuando el animal fallece se genera una afectación emocional considerable en el ser humano. Razón por la cual es importante que las personas puedan asumir el duelo y sus diferentes etapas, en particular la primera fase, en un tiempo y espacio íntimo en el que compromisos o tareas laborales no inmiscuyan en ese proceso de aceptación y de traumatismo emocional”.

“Sentimiento natural en los momentos de ausencia de un ser querido. Medida idónea para la actualidad donde la mayoría de núcleos familiares son multiespecies. Por otra parte, la iniciativa beneficia a los empleadores en la medida que estos no desarrollarán sus actividades con empleados indispuestos para cumplir con sus obligaciones laborales de manera adecuada, lo que generaría un aumento en el riesgo de accidentes o errores”, agrega.

¿Cómo superar la muerte de una mascota?

Desde hace 100 años la psicología ha abordado el duelo y ha señalado que cualquier tipo de pérdida tiene una respuesta emocional.

El fallecimiento de una mascota no podría ser la excepción. Mientras que las relaciones humanas son difíciles, los animales de compañía, como perros y gatos, han demostrado, especialmente en tiempos de pandemia, su disponibilidad y afecto incondicional. De hecho, un estudio reciente, publicado en el Journal of Veterinary Behaviour, indica que los animales domésticos han representado beneficios para la salud mental, física y emocional de las personas durante el confinamiento.

Cada vez es más frecuente ver familias que les otorgan un lugar privilegiado en el hogar, por lo que cuando mueren se genera una conmoción por la partida de aquel ser que era símbolo de tranquilidad y afecto, que ayudaba a mitigar los momentos difíciles.

Es importante entender el duelo como el tiempo y el conjunto de actividades que se implementan para recuperarse de esa ausencia. Según el doctor Paulo Daniel Acero, psicólogo de la Universidad Nacional y miembro del Colegio Colombiano de Psicólogos, aquellas personas que asumen mejor esos procesos frente al luto tienen la posibilidad de salir fortalecidas y con una mejor perspectiva. “Las lecciones no son iguales para todas las personas, dependen mucho de diferentes factores, como si cuando perdí a ese animal de compañía quedé solo o no y si cuento o no con redes de apoyo. Todo eso va a influir en lo que cada cual extraiga de esa situación”, dice.

Según el estudio Posttraumatic Growth Following the Loss of a Pet, realizado por el departamento de Psicología de la Universidad de Palo Alto, en California, después de perder a una mascota, muchos de los participantes presentaron una mejoría en su capacidad para relacionarse con los demás, más fortaleza personal y mayor apreciación de la vida. Esta y otras investigaciones exponen que los aprendizajes después de este tipo de pérdida están orientados a vivir de una manera distinta y a replantear la exteriorización de las emociones.

Como cada vez se habla más de la cultura del duelo, es decir, ese conjunto de prácticas para dar sentido de estabilidad y seguridad tras una pérdida. La sociedad comienza a reconocer que también es válido lamentarse y dolerse por el deceso de una mascota, en especial cuando los que suelen estar más apegados a ellas son adultos mayores, quienes muchas veces no tienen otra compañía, y los niños. En el caso de estos últimos, es una oportunidad para enseñarles cómo se hace un duelo, pues puede ser su primera experiencia para entender la mortalidad, incluso antes de que pierdan a un ser querido.

“No se trata de reemplazar al animal fallecido”, como explica el doctor Acero, sino de demostrarles que, a pesar de la aflicción, hay maneras para seguir adelante. De no manejarse bien esta situación en los menores, puede dar origen a traumas o problemas de salud mental profundos y de largo alcance.

Para enfrentar la desaparición de ese querido perro o gato no basta con el paso del tiempo. Como en cualquier otro luto, son indispensables actividades que ayuden a cerrar el ciclo de esa relación que ya no forma parte de la cotidianidad. Un ritual de despedida, una carta o recolectar recuerdos pueden servir. Además, es conveniente expresar lo que se está sintiendo, bien sea con personas cercanas, grupos de apoyo o por medio de ayuda profesional. Lo más importante es tener presente que el dolor, el sufrimiento y la muerte son parte de la vida.