La reforma política que la comisión primera del Senado aprobó en primer debate pretende cambiar las reglas de juego de las elecciones como antídoto contra el clientelismo y la compra de votos, diagnosticados como la raíz de la corrupción política. Para ello, el gobierno y los partidos acordaron eliminar el voto preferente y cerrar las listas de candidatos a corporaciones públicas. Aprovechando ese cambio, varios ponentes liderados por el senador Roy Barreras proponían un auténtico revolcón a las elecciones, al que por el momento el gobierno y el Centro Democrático decidieron oponerse. Lo que quería el senador de la U era que al cerrar las listas de candidatos se implementara el “voto único partidista”, como el que existe en otras democracias, como la española. Proponía que quien encabezara la lista al Senado fuera el candidato presidencial de cada partido político, de esta forma, las elecciones a Congreso serían también la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Esa propuesta pretende que los colombianos solo tuvieran que marcar el logo del partido de sus preferencias en las próximas elecciones, y con un solo tarjetón se pudiera elegir senadores y presidente de la república. En ese sentido, si ese modelo hubiera existido en las pasadas elecciones, el candidato ganador sería el que haya elegido el mayor número de senadores, y los demás candidatos tendrían una curul asegurada en el Congreso. Por ejemplo no solo sería Gustavo Petro el que tendría una curul en el Senado, si no que las cabezas de lista de todos los partidos también tendrían curul, es decir que Sergio Fajardo, Humberto de la Calle y Germán Vargas serían senadores con este modelo a pesar de haber perdido las elecciones presidenciales. “Eso haría más atractiva la lista cerrada”, en criterio de Roy Barreras. Tal propuesta tenía voces en contra. Podría significar que los grupos significativos de ciudadanos, que se inscriben por firmas, no tendrían las mismas garantías para competir en la contienda presidencial al no tener partido político. La ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez consideró que la propuesta supondría un complejo cambio en las elecciones, y que convertirían el sistema democrático colombiano en una especie de sistema parlamentario. Aunque Barreras defendía su propuesta en que sería una de las fórmulas para fortalecer ideológicamente los partidos políticos colombianos tuvo que renunciar a ella (al menos en el primer debate) pero por otro tipo de circunstancias. En la mañana del miércoles, cuando los ponentes de la reforma se reunieron para definir qué se aprobaría en el primer debate, la ministra y los congresistas del uribismo expusieron la razón de fondo: la propuesta de Barreras impediría que Álvaro Uribe pudiera encabezar la lista de candidatos del Centro Democrático al Senado para el 2022 si esa propuesta llegara a aprobarse. Uribe no solo fundó el Centro Democrático sino que encabezó la lista cerrada de candidatos al Senado en las elecciones de 2014, y volvió a encabezarla este año cuando se convirtió en el senador más votado (con algo más de 800.000 votos) en las elecciones parlamentarias del pasado mes de marzo. La postura del uribismo deja en claro que de cara a los comicios del 2022 el Centro Democrático seguiría apostando a su jefe natural como la cabeza de lista, pero si la propuesta de Barreras se aprobara, Uribe tendría que ceder el primer renglón por la sencilla razón de que la Constitución le prohíbe reelegirse de nuevo en la presidencia. Aunque la propuesta del voto partidista único no fue aprobada en primer debate, quedó viva para la discusión del segundo, que tendrá lugar en la plenaria del Senado en aproximadamente 15 días. Pero con la carta destapada por el uribismo, se haría difícil su aprobación. Parece ser un punto de honor del Centro Democrático que no estarían dispuesto a negociar. La reforma política que presentó el gobierno tiene cuatro artículos: listas cerradas para corporaciones públicas, paridad de género en las listas, autonomía presupuestal para el Consejo Nacional Electoral y vigencia. Esta se acumuló con la que presentó primero el liberal Luis Fernando Velasco, también de cuatro artículos: voto desde los 16 años, financiación estatal para los partidos políticos, listas cerradas y vigencia. Según lo aprobado por la comisión primera del Senado, se elimina el Consejo Nacional Electoral y en su reemplazo se crea un tribunal especial que será el encargado de conocer todos los asuntos relacionados con esta materia. También se elimina el voto preferente dándole paso a la lista cerrada para las elecciones, a la democratización interna en los partidos, a la paridad de género y a la financiación preponderantemente estatal de las campañas políticas. Temas álgidos como el voto obligatorio y desde los 16 años, el transfuguismo, el Senado regional, entre otros, no fueron aprobados pero quedaron como constancia para poder discutirlos en debates posteriores en el Congreso. En el proyecto también se aprobó limitar a tres el periodo de los congresistas y otros funcionarios elegidos para corporaciones públicas, que había sido una de las iniciativas impulsadas durante la consulta anticorrupción.