Las cámaras de seguridad del edificio donde queda la oficina de Hernán Franco, el auditor asesinado por sicarios cerca del Parque de la 93, fueron fundamentales para establecer e identificar a los autores materiales de este crimen. Allí mismo se observa como su escolta trata de reaccionar al ataque y hasta persigue a los asesinos.
Se trata de Carlos Andrés Fuentes, que además de servir de escolta de la víctima, era el conductor, el encargado de llevarlo desde su casa hasta la oficina y en ese trayecto logró escuchar con quién estaba hablando su jefe y el tono de la conversación hasta que los disparos acabaron con su vida.
En las declaraciones que conoció SEMANA y que advierten en detalle el contexto y la situación que padecía Hernán Franco tras algunos problemas con los clientes de una empresa arrocera, se entiende las dificultades por las que estaba pasando, el temor que sentía por su seguridad y la necesidad de conjurar el peligro.
Entre las declaraciones está justamente la de quien servía como escolta, el hombre que aparece en los videos de seguridad sacando un arma traumática en un intento por defender a su jefe cuando el sicario ya le había disparado. Carlos Andrés también aparece en los videos de cámaras de seguridad de edificios cercanos al lugar de los hechos cuando persiguen a los asesinos, finalmente es él quien logra capturar al conductor de la motocicleta.
El escolta le dijo a los investigadores que su jefe estaba hablando con una persona que identificó plenamente y que el tono de la conversación era bastante fuerte. Hubo gritos hasta insultos durante el recorrido desde la casa de la víctima hasta su oficina y fueron los disparos los que interrumpieron la conversación.
Además, el conductor también advirtió que observaba bastante intranquilo a su jefe, preocupado, y en algunos momentos le habría expresado sus inquietudes en temas de seguridad. Las discusiones con los clientes de la empresa arrocera eran constantes y hasta de acuerdo con las mismas declaraciones, surgieron amenazas en su contra.
Los testimonios dejan clara la incertidumbre que tenía Hernán Franco en materia de seguridad y hasta aseguran, quienes declararon en la Fiscalía, cambió algunas rutinas durante su recorrido. Incluso al ingresar al edificio donde se encontraba su oficina, todo lo hacía para anticiparse a cualquier situación que dejara en riesgo su seguridad.
Los investigadores adelantaron inspecciones, recuperaron pruebas y escucharon en declaración a más de 10 personas, la mayoría cercanos a Hernán Franco y que entregaron información de relevancia para el proceso. Entre los testigos está su secretaria, sus asesores familiares y hasta la empleada de servicio.
SEMANA conoció que ya se anticipan decisiones de parte de la fiscalía a partir de los elementos de prueba que fueron recaudados que, luego de ser analizados por los investigadores, ayudarán a fijar responsabilidades y tomar las determinaciones correspondientes.