En el cúmulo de contratos y que son objeto de verificación de la Contraloría y ahora de la Fiscalía, está uno que llamó la atención de los entes de control y que fue revelado en exclusiva por SEMANA en el llamado Cartel de la Aerocivil. Se trata de un proceso contractual por casi 300 millones de pesos destinado a la compra de unas sillas ergonómicas en Bogotá.
En total son 23 sillas en una compra que se autorizó en plena pandemia, en octubre de 2020 y que se supone serán entregadas en su totalidad en el mes de diciembre de este año. Cada silla, en promedio está por un valor superior a los diez millones de pesos y en los requerimientos, de ese mismo contrato, están las características que, visto por algunos expertos, no tiene nada especial.
Incluso, al revisar los requerimientos que son parte del proceso contractual llama la atención algunos que parecen una burla y otros demasiado obvios, pero en términos generales ninguno resulta especial para argumentar semejante valor, que en el mercado y bajo esos mismos requerimientos, no supera un millón de pesos.
Por ejemplo, en los requerimientos de diseño, se advierte que debe ser innovador y elegante, que cumpla con normas de ergonomía. Esto mientras en las condiciones de ergonomía, advierten que “el espaldar debe proporcionar apoyo a la espalda del usuario en cualquier posición”. Otro requerimiento que llamó la atención dentro de las condiciones de este contrato, es que el “tapizado de las sillas no debe motivar el resbalarse del asiento”.
Al consultar con la propia Aerocivil sobre este contrato, el entonces director encargado de la entidad, Francisco Ospina, aseguró que lo único que hicieron fue seguir las recomendaciones que entregó la administradora de riesgos profesionales y esas condiciones se ubicaron en la ficha técnica del contrato y de ahí salieron tres proponentes.
El contrato, según Ospina, se entregó a través de una subasta inversa, que en teoría les permite a las entidades del Estado escoger la oferta más económica con las condiciones previstas en el contrato. El asunto que llama la atención es que a nadie le parecieron costosas las sillas de casi 11 millones de pesos.
La Fiscalía aseguró que el escándalo por el llamado Cartel de la Aerocivil, que destapó SEMANA en su reciente edición, será una investigación priorizada y liderada por la vicefiscal Martha Mancera, junto con un equipo de fiscales de la dirección anticorrupción de la entidad. De acuerdo con el propio fiscal Francisco Barbosa, en el primer trimestre del próximo año se tendrían resultados de estas indagaciones.
“Nos pusimos en contacto con los diferentes actores. La vicefiscal general habló con el ministro de transporte para entregar las denuncias respectivas, ya tenemos un grupo de trabajo con el cual se van a abordar estas investigaciones a través de la dirección nacional anticorrupción y como en los diferentes casos hablamos con resultados y este es un caso en el cual habrá resultados rápidamente durante el primer trimestre del próximo año”, dijo el fiscal.
El polémico contrato de las sillas de casi 11 millones de pesos, que fueron destinadas a los controladores de la torre y el centro de control en la ciudad de Bogotá, será parte de ese listado de contratos que son objeto de verificación, no solo de la Fiscalía, sino de la Contraloría y la Procuraduría.