Es cierto que el miedo a la vacuna por varias razones es el mayor reto de la pandemia actualmente. La preocupación de los mandatarios locales ya no está en la ocupación de las UCI o con cuántas vacunas cuentan, sino que ahora tienen que buscar la forma de lograr inmunizar a su población.
Algunos han recurrido a diversas estrategias, unas más polémicas que otras, pero esto ha abierto un enorme debate sobre libertades y derechos y sobre cuáles deben prevalecer: si los individuales de las decisiones que tiene cada persona o la responsabilidad colectiva para evitar rebrotes o nuevas cepas.
La alerta ya está a nivel mundial. Las autoridades han señalado que si no se logra vacunar a una gran parte de la población podría haber nuevas amenazas. Muchos de los miedos o inseguridades de las personas son generados por falsos mensajes o hechos que ya han sido desmentidos por científicos, aunque otros casos son por historias que han conocido de personas que se han enfermado o han fallecido luego de vacunarse, lo cual es un porcentaje ínfimo frente a las vidas que se han salvado.
En Colombia, el caso más polémico fue el de la alcaldesa de Sucre (Sucre), Elvira Julia Mercado, quien decidió decretar un toque de queda para quienes no estuvieran vacunados y no quisieran acudir a los puntos de salud, sabiendo que en ese municipio las vacunas ya están habilitadas para todos los grupos poblacionales, pero aún hay un gran sector que no se quiere inmunizar.
Su propósito era sensato y lleno de buenas intenciones: establecer un filtro para quienes no se quieren vacunar con el fin de cuidar al resto de la población que sí ha acudido responsablemente a los puestos de salud. Sin embargo, el Gobierno anunció que decretará la nulidad de ese decreto porque estaría afectando derechos fundamentales y no es constitucional.
“Será negado bajo los principios: primero que no existe una ocupación superior al 85 % (de camas UCI) en el departamento, ni en el municipio, por tanto no procede ninguna limitación en la movilidad. Entonces, en ese caso no procede. Además, porque los decretos, a nivel nacional, han establecido que cualquier medida de limitación de la movilidad o media de orden público debe llevar el visto bueno del Gobierno nacional”, aseguró el ministro del Interior, Daniel Palacios.
El decreto pretendía que, entre el lunes 2 y el viernes 9 de agosto, quienes no estuvieran vacunados debían quedarse en sus casas, a menos de que quisieran acudir a un punto de vacunación. Para ingresar a los establecimientos comerciales debían presentar su carné de vacunación o no podrían ser atendidos.
Pero este no ha sido el único caso que se ha registrado en el país. El alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, tomó una decisión similar, que si bien no ha causado tanta polémica sí genera algunas dudas por las mismas razones que expresó el Gobierno sobre este tipo de decretos.
Según dijo Cárdenas, en la ciudad se dio la apertura de bares y discotecas, así como de escenarios deportivos con un aforo del 25 %. Sin embargo, lo que causó polémica es que el mandatario estableció que en esos lugares se podrá exigir el carné de vacunación al ingresar.
Esta es una decisión que han adoptado otros lugares, no solo en Colombia, sino en el mundo, y que parece la más sensata, aunque algunos cuestionan la posible vulneración de derechos de las personas para participar de estos eventos. Lo que es cierto es que si bien no se puede obligar a nadie a vacunarse, hay requisitos que se podrían establecer para cuidar de los demás.
En Valledupar, por ejemplo, también ya se habla de implementar el requisito del carné de vacunación para ingresar al Festival Vallenato, uno de los principales atractivos turísticos de la capital del Cesar que se programó este año para desarrollarse entre el 13 al 17 de octubre. La propuesta la hizo el concejal Luifer Quintero y tendrá que ser evaluada por la alcaldía de la ciudad.
Desde el mismo Gobierno ya se ha evaluado la posibilidad de implementar un “pasaporte covid”, como se le conoce a esta medida que se ha dispuesto en otras partes del mundo. La idea es que para ingresar a determinado lugar, o adquirir algún servicio, es necesario presentar el carné de vacunación.
“Si no hay una cobertura aceptable de vacunación, realmente el Gobierno podría tomar medidas de restricción a algunos espacios y actividades a personas que no se han vacunado”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruiz, en Blu Radio.
Lo que se buscaría es trasladar un modelo que se ha implementado en otros países como Francia en donde se presenta un cuarto pico y por eso las autoridades han tomado esa decisión. Quienes no estén vacunados tienen restricciones en el transporte público, restaurantes y cafés, entre otros lugares de público tránsito.
A pesar de lo lógico de la medida esto ha causado dos problemas en ese país que deben ser tenidos como referencia. Por un lado, el movimiento antivacunas ha llamado a protestas que han terminado en fuertes enfrentamientos con la fuerza pública, esto teniendo presente lo que tuvo que vivir el país los últimos meses.
El otro problema es que si bien genera una sensación de seguridad para los sitios y quienes los frecuentan, en Francia ya se prevé que el nivel de concurrencia pueda disminuir y, por lo tanto, las ventas para los establecimientos puedan caer, sabiendo los retos que ha significado para estos lugares recuperarse luego de la pandemia. Además, en Colombia ya se presentan casos de ventas de certificados falsos.
Lo que sucede en Europa servirá como referente para las decisiones que se tomen en Colombia. A pesar de las diferencias hay varios hechos que se pueden prevenir. Allí también ya se presenta el debate sobre derechos fundamentales vulnerados por no permitir el ingreso de alguien a un lugar, y ya hay casos de demandas que han fallado en favor de los ciudadanos.
El reto de lograr la vacunación de los escépticos está ahí y por eso el Gobierno nacional y los mandatarios locales deberán sortear todo tipo de estrategias para incentivar la vacunación en la población, aunque es claro que no pueden obligarla. Algunos comercios y marcas, por ejemplo, han adoptado estrategias como descuentos o incentivos para sectores poblacionales con el fin de que puedan vacunarse y tener otros beneficios más allá de que puedan ayudar a por fin superar la pandemia.