Hace unos días, el alcalde electo de Bogotá, Gustavo Petro, aseguró que la movilidad será una prioridad en su administración. En ese sentido, el próximo mandatario de la capital señaló que eliminará gradualmente la medida de restricción vehicular, denominada pico y placa."Desmontar la medida de forma progresiva y así evitar el caos", explicó Petro tras asegurar que junto al desmonte de la restricción se tomarán medidas para evitar las horas pico y crear zonas de descongestión, lugares en los que se aplicarían políticas para mitigar los trancones. El próximo burgomaestre rechazó el aumento de tarifas para el transporte público. "Las zonas integradas de transporte público donde circulan 5 millones de personas deben funcionar sin aumentar las tarifas", precisó. Las estrategias en movilidad anunciadas por el nuevo alcalde de los bogotanos entrarán en discusión cuando se concrete la reforma al Sistema Integrado de Transporte Público, lo cual sucederá en los próximos seis meses. Mientras tanto, el anuncio sobre el futuro del pico y placa ya tiene sus adeptos y opositores. Semana.com consultó con dos expertos sobre qué tan viable y conveniente resultaría desmontar progresivamente la medida. Fernando Rey, profesor de Ingeniería Civil de la Universidad Santo Tomás, recordó que la actual administración implantó la medida de pico y placa mientras se desarrollaban las obras de la Fase III de Transmilenio y el plan de pavimentación a través de la unidad de mantenimiento de malla vial. En ese sentido, el experto precisó que el compromiso de la Alcaldía de Bogotá era que en la medida en que se avanzaban las obras y se entregaban al servicio de la ciudad, se iría desmontando la restricción vehicular. Para Rey, el pico y placa es una "medida restrictiva de choque que no debe ser permanente y se toma en caso de emergencia". Rey indicó que si la medida se deja de forma permanente, tras la conclusión de la calle 10 y la 26, y el puente de valorización de la 100, "se está promoviendo la compra de más vehículos para que la gente evada la medida". "La medida del pico y placa puede tender a desaparecer y así no caer en lo que ocurrió en México y en Santiago de Chile, donde se presentó la explosión de la compra de vehículos", recordó. El profesor agregó además que la restricción también "afecta la productividad de la ciudad y no permite que se produzcan bienes y servicios en la proporción que se quisiera". Según Rey, entre las alternativas de solución a la ausencia de la medida resultaría "justo" levantar la restricción para hacerla válida desde las 6 hasta las 9 de la mañana, y desde las 4 hasta las 7 de la noche. En ese caso, el docente añadió que deben realizarse mediciones en los ejes de la ciudad más cargados de tránsito en las horas pico. "La medida debe levantarse y modificarse respecto de la hora y no a las aréas de la ciudad. No se trata de que se levante el pico y placa en el sector de Ciudad Kennedy, Suba o en el centro, y en el resto de la ciudad se mantenga, ya que no hay autoridad que controle ese tipo de medidas", explicó. El experto aseguró que una vez se consolide la reforma al Sistema Integrado de Transporte Público, puede considerarse como estrategia para mejorar la movilidad, "escalonar" la hora de ingreso y salida de los colegios y universidades, como ocurrió en el Distrito. Rey rechazó la posibilidad de que la medida se incorporé los días sábado: "poner la medida un sábado es matarle el comercio a Bogotá", reclamó. Por su parte, Ricardo Montezuma, director de la Fundación Ciudad Humana, explicó que la suspensión de la medida de restricción puede ser buena o mala dependiendo de lo que la reemplace. "Puede ser buena si se reemplaza por un sistema de cobro de peajes, como en Londres, Estocolmo o Singapur. Este sistema consiste en que hayan zonas de la ciudad a las que para entrar o salir hay que pagar. Pero puede ser negativo si no se hace nada", precisó el docente. Ante el respaldo que tendría en la ciudadanía el pago de peajes, Montezuma manifestó que los bogotanos deben apoyar las propuestas de su mandatario: "la ciudadanía votó masivamente por un alcalde que tiene que tomar decisiones de choque en los primeros seis meses de su administración". Según el experto, el pico y placa no fracasó: "la medida tenía un fin pero hay que ir evolucionando y es lógico que cambiemos de medida". Montezuma recordó que la medida tiene 13 años y que sólo cumple tres años con el horario de restricción extendido para las 24 horas, una determinación del alcalde mayor suspendido Samuel Moreno. "Es una decisión absurda. El pico y placa se hizo para que el carro se use de otra manera y no para que se deje en la casa". "Petro tiene la buena intención. La medida también se podría aplicar por sectores, por ejemplo, ponerla en el corredor de la séptima", concluyó Montezuma.