Caprecom, la única EPS pública que queda en el país, es la nueva punta que le acaba de aparecer a la crisis de la salud. Esta semana, el director de esa entidad, Mario Andrés Urán, reconoció que tiene problemas de liquidez, pues entre municipios y departamentos le adeudan 481.000 millones de pesos.Esa falta de liquidez ha llevado a Caprecom a no pagarles a clínicas y hospitales por los servicios que le prestan, y en algunos casos tiene retrasos de hasta 180 días en los pagos. La entidad cuenta con tres millones de afiliados del régimen subsidiado en 743 municipios.Debido a su importancia, el gobierno está ayudando a conseguirle 300.000 millones de pesos prestados, mientras que la Superintendencia de Salud advirtió que por ahora no la piensa intervenir.Más allá del grito de auxilio de Urán, que llegó a Caprecom el 21 de septiembre del año pasado como el 'salvador' de la entidad, llama la atención que días antes de convertirse en servidor público se desempeñaba como gerente de asuntos corporativos de Laboratorios Roche, firma que recibió en los últimos tres años cerca de 400.000 millones de pesos en recobros del Fosyga.En la lista de los 15 medicamentos más recobrados hay varios de Roche, entre ellos el Rutuximab, que, según Observamed, recobró entre 2007 y 2010 cerca de 230.000 millones de pesos. Todo un éxito comercial, similar al de otros laboratorios que están desangrando el sistema de salud, y que ahora, como presidente de Caprecom, Urán debería ayudar a frenar.Aunque no admite ningún tipo de conflicto de intereses por ese salto del sector privado al público de un día para otro, Urán dice que los laboratorios no son los que recobran, sino que esa labor es potestad de las EPS. "En Roche nunca fui ordenador de gasto, y ahora no compro medicamentos directamente", dice. Aunque se sabe que fue él quien negoció la venta del Tamiflú, para hacerle frente al virus AH1N1, por unos 15.000 millones de pesos.Médico cirujano, con especialización en Gerencia Hospitalaria y una amplia trayectoria en el sector de la salud, Urán también es recordado porque estando en Roche fue uno de los que promovió una medida que resultó de doble filo para el sistema: la política de importaciones paralelas. Con esta se restringió la opción de que el gobierno de Álvaro Uribe importara medicamentos si sus precios de venta eran menores a los de los laboratorios en Colombia. Es decir, si una droga se encontraba más económica en otro país, las EPS podían adquirirla de manera directa. Fue el entonces ministro de Protección Social, Diego Palacio, quien firmó el decreto que permitía esa posibilidad. Hasta ahí no hay nada raro. Lo que vino después fue lo curioso de esta historia. Según el portal La Silla Vacía, Urán, actuando en nombre de Roche, negoció con el gobierno reducir en 30 por ciento el valor de los medicamentos de su laboratorio si estos eran sacados de dicho decreto gubernamental, situación que fue avalada por Palacio.Es cierto que con esto se redujo casi en una tercera parte el valor que se pagaba por los medicamentos de Roche, pero a cambio el Estado perdió la opción de negociar precios internacionales, lo que, según muchos entendidos, habría disminuido mucho más los costos de los medicamentos de mayor valor, algunos de los cuales son de los más caros del mundo.Ahora, jugando en el lado público, Urán dice estar incómodo con el sistema y agrega que los entes territoriales incumplen las normas y perjudican a todos los afiliados al régimen subsidiado. Caprecom necesita liquidez, y Urán cree que el gobierno nacional debe inyectar recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud a los hospitales públicos, que son la mayor red prestadora. Además, como son los entes municipales los que no han entregado unos recursos que el Fosyga ya les giró, sugiere también acciones de cobro coactivo y disciplinarias para quienes bloquean este flujo de recursos. Cómo cambia la vida. Quien antes buscó beneficios en el lado privado y tuvo éxito comercial, hoy está contra las cuerdas y pidiéndole auxilio al gobierno para que le dé recursos a Caprecom y así salir de la falta de liquidez.