A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy jueves, 28 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la increíble reacción que en el petrismo han despertado las delicadas denuncias del Canal Caracol sobre la forma en que un narco apodado El Sobrino sufragó y prestó ayuda logística a algunos actos de campaña en el Casanare.
Con audios muy claros, Caracol demuestra que la esposa de alias El Sobrino se entendía con la directora electoral de la campaña petrista en Casanare sobre platas para financiar encuentros políticos y vehículos para facilitar desplazamientos, entre otros, el de la entonces candidata a la Vicepresidencia Francia Márquez.
Eduardo Noriega, director de la Colombia Humana y esposo de la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, es quien ha salido a frentear el tema, luego de aclarar que la esposa del narco alias El Sobrino no tenía ningún rol de coordinación, dirección o delegación de funciones en esa campaña, admitió que la que sí tenía ese papel era Sonia Bernal, que por cierto es actual funcionaria del Ministerio del Interior, y era la que se entendía con la donante, que según las grabaciones de Caracol, llegó a sentirse como “vaca lechera” porque sólo le servía la campaña mientras pudieran ordeñarla para sacarle plata.
¿Pero qué es lo más insólito de la defensa de Eduardo Noriega? Su declaración de que ve con preocupación, no los hechos como pudiera creerse, sino de no creer el número de minutos que le han dedicado en Caracol a este tema.
Y que los fragmentos de audio que aportó el canal no permiten concluir que ingresaron recursos del narcotráfico a la campaña. Aunque admite, no de muy buena gana, que pudo haber laxitud, según le dijo al diario El Tiempo, en el manejo de las personas que apoyaban la campaña en el nivel local.
Pero que si hubo aportes, hay una exageración en su valoración, y que le preocupa que haya cierta intencionalidad política en las acusaciones formuladas por el noticiero y por las redes sociales. Ante la noticia de que a Petro le apareció sobrino, ¿será que su campaña no responde por nada más?
Lea la primera opinión de María Isabel, hoy 28 de septiembre:
¿Qué opina María Isabel? Dios es de izquierda
Cuidando al máximo que a las movilizaciones convocadas y sufragadas por el Gobierno ayer no les apareciera intención de proselitismo electoral, Petro se discurseó en la tarima de la plaza de Bolívar, donde se calcula que reunió a cerca de 30.000 personas, la mitad indígenas que trajeron a pasear a Bogotá. Propuso nuevamente un acuerdo nacional en el que cupieran todos, hasta los ricos, en torno a tres temas: la “verdad”, la educación y la tierra.
A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel, hoy jueves, 28 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a lo que pasó ayer como consecuencia de las movilizaciones que hubo en el país convocadas por el Gobierno Petro.
“Si el pueblo se organiza y se moviliza, a este gobierno no lo van a tumbar, que ni sueñen”, dijo el presidente en su discurso en la plaza de Bolívar, y anunció que esta no será la última movilización del petrismo. En medio de nuevas arengas contra la oligarquía, los ricos y los empresarios, el presidente volvió a insistir en un acuerdo nacional con todos los sectores.
En medio de la multitud que copó la plaza de Bolívar, señaló que esa era la verdadera encuesta, no las que actualmente diagnostican el declive en su popularidad, que no son verdaderas encuestas. Y aseguró que el Gobierno también tiene las suyas, que esas sí son reales, y que no muestran al Gobierno en posición tan precaria, lo cual sugiere que Petro sólo les cree a las encuestas en las que le va bien. Y dijo que, según esas encuestas reales, hoy volvería a ganar la Presidencia.
Eso sí, aunque Gustavo Bolívar hizo una discreta aparición en una calle donde se movilizaban algunos de los manifestantes, Petro se cuidó mucho de que la manifestación de ayer, que reunió a 32.000 personas que -se calcula- llegaron hasta la plaza de Bolívar, y se dice, además, que la mitad compuesta por los indígenas, cuyo paseo a Bogotá promovió y sufragó el Gobierno nacional, tuviera un tinte electoral. Lo más político que se vio en pancartas fue una que decía: “Dios es de izquierda”.
Del resto, Petro dijo que el gran acuerdo nacional al que invitó a los empresarios todos, a los gremios todos, a los partidos políticos todos, a los hombres más ricos del país todos, giraría en torno a tres temas: la verdad, la educación, y la tierra. En su pelea contra la clase dirigente, dijo que la nueva canción de Shakira, su criticado sencillo ‘El jefe’, había dado en el clavo en cuanto a la propuesta del Gobierno sobre la reforma laboral para que no haya en Colombia explotación y acoso por parte de los jefes a sus empleados.
Aunque horas más tarde, la oficina de prensa del artista dijo que nadie tenía autorización para utilizar sus composiciones con fines políticos. Pero Petro, cuidando de que lo acusen de estar haciendo campaña electoral, sólo llegó a decir que este gobierno llegará hasta donde el pueblo quiera, cosa que ya había dicho, lo repitió, y que espera que el próximo gobierno tenga tinte progresista, porque él no se piensa quedar en ese palacio “feo muy feo, frío muy frío, donde asustan” y en el que vive hoy.
Finalmente, habló de la ‘paz total’, según él, ya en proceso de consolidación, aunque la percepción del país sea la contraria, que el orden público está cada vez más amenazado y salido de manos de las autoridades, y como ejemplo, mencionó que el proceso con el ELN está llegando a un punto de no retorno, aunque precisamente esté siendo acusado este grupo guerrillero por hechos recientes de haber violado el cese al fuego bilateral y estar detrás de una enorme exportación de cocaína. También anunció Petro que presentará una nueva reforma, la de los servicios públicos.
Vuelve y juega la pregunta, esto que vimos ayer disfrazado de protesta social, aunque, de principio a fin fue patrocinado y financiado por el Gobierno y además animado con grupos musicales, ¿fue una muestra de fuerza o de debilidad? Eso sí, no lo olviden, “Dios es de izquierda”.