A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy 23 de noviembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la muy esperada y pronosticada salida de Danilo Rueda, el Elton John de la paz, como alto comisionado del Gobierno Petro.
Su misión había sido cuestionada de varios frentes. El primero y el principal es que no faltaron quienes como el exfiscal Néstor Humberto Martínez hicieron públicas sus sospechas de que los vínculos de Rueda con el ELN iban más allá de una simple cercanía por funciones de su cargo. Él nunca se molestó en disiparlos.
Pero tampoco faltan quienes creen que el apretón del jefe de negociadores del Gobierno, Otty Patiño, recién nombrado además como nuevo comisionado de Paz, al ELN por el tema del secuestro, al que culminó a una reunión previa al ciclo quinto en México para tratar previamente el tema que tanto irrita a los colombianos, el secuestro habría enfurecido el ELN y este habría llevado a exigir el retiro del cargo del comisionado Rueda.
Mentira o verdad, el funcionario era juzgado como débil y maleable para un cargo que requería una autoridad y un liderazgo que Danilo Rueda no pudo sacar a pecho en su labor casi imposible de adelantar, ocho negociaciones de paz simultáneas con grupos ilegales en el país. Sin olvidarnos de la implementación del acuerdo de paz con las Farc, atrasado en varios críticos frentes, asunto también de su cargo.
Indepaz indica que bajo el ejercicio del comisionado Rueda, solamente este año han ocurrido 86 masacres en medio del programa de la ‘paz total’. Pero, además, la controversia sobre la idoneidad de Rueda comenzó durante la campaña presidencial petrista, en la que fue pillado visitando cárceles del país en compañía del hermano de Petro ofreciendo el perdón social a peligrosos criminales a cambio de su apoyo a un eventual Gobierno de Petro.
Por eso también se llegó a acusar a Rueda por su interés de fomentar más, aparentemente, la confianza de los grupos ilegales que la confianza de los propios colombianos en la propuesta de la tal ‘paz total’. Totalmente desacreditada a esta hora. Rueda no dominaba los canales de comunicación con los medios, por lo cual había frecuentemente que adivinar sus propósitos.
Su última metida de pata fue la invitación a las disidencias de las Farc dizque para instalar la apertura del proceso electoral nacional en Popayán, algo que parece que rueda hizo en compañía de Camilo González, jefe de la Delegación del Gobierno en esa negociación, fuera de libreto oficial.
Lo cierto es que ahora el balón se lo pasaron a Otty Patiño, quien aún aguarda respuesta del ELN sobre reunión previa al ciclo quinto en México para tratar el cese de la Comisión del secuestro por parte del ELN, que el país no perdona por el secuestro del padre del jugador Lucho Díaz, y al cual exige la liberación de otros secuestrados que descaradamente mantiene su poder.
“¿Y acaso de qué vamos a vivir entonces?”, responde el ELN. Y la respuesta es: trabajando, mijitos, como los demás colombianos, y no a cambio de que el Gobierno les ponga comidita en la boca, no podemos convertir este proceso de paz en la creación de una casa de vagos desarmados.
Luego de los votos de pobreza, el grupo por parte de uno de sus líderes, Antonio García, a sabiendas de que además narcotrafican a su antojo, esto se convirtió en una hazmerreír, luego de que supuestamente la negociación con el ELN dizque fueran a demostrar en el laboratorio de la ‘paz total’. Ahora el turno le llegó a Otty Patiño, a vestir el traje de Superman, Otty. Porque la labor que le queda por delante es pura kriptonita.