¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes, 12 de febrero, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al calificativo de “decentes” que usa el presidente cada vez que se refiere a la terna de candidatos a fiscal que el Gobierno le presentó a la Corte Suprema, por algunos de cuyos nombres la Corte aún no se decide, entre otras, porque indudablemente se ha sentido presionada y apurada.
Un ministro que también merecería el calificativo “decente” es el del Interior, Luis Fernando Velasco. Lamentablemente, este ministro decente ha caído en una especie de servilismo, de hacerle la segunda al Gobierno en las mentiras que el presidente viene montando para restarle gravedad a la toma violenta de las inmediaciones y los alrededores del Palacio de Justicia para sitiar a la Corte por segunda vez por parte del M-19, al que representa este gobierno.
La primera mentira de este ministro decente, haciéndole la segunda a su presidente, es que las investigaciones por posible financiación indebida a la campaña presidencial de Petro, que no merecería nunca calificativo distinto de normales, tienen por objeto sacar el presidente Petro de su cargo. Pura paja.
La otra mentira es que está bien que la popocha Fecode, que tiene plata para regalar a las campañas, no fue la que siguió a la Corte, cuando sabemos que Fecode estuvo metida en esos incidentes.
La tercera mentira es que los magistrados renunciaron a su protección, comunicándole al presidente que ellos no se sentían confinados dentro de sus oficinas, sino que preferían quedarse adentro, no porque no los dejaran salir, sino porque estaban trabajando y preferían seguir haciéndolo.
Una cuarta mentira es que la Corte descalifica esta terna de mujeres porque en un acto de misoginia y porque no pertenecen a la élite judicial, la Corte ha retrasado su elección.
La quinta mentira es que esta movilización fue espontánea del sindicalismo, pero a la hora de sitiar a la Corte, no saben dónde esconder a Fecode, ni negar el hecho de que la movilización fue incitada por el propio presidente Petro días atrás, como una muestra de que tiene munición social para presionar al país y a sus instituciones.
La sexta mentira es que al Gobierno no le interesa presionar a la Corte porque no es torpe, cuando es todo lo contrario, supertorpe. Provoca los excesos de protesta popular y a punta de mentiras como que quieren tumbar al presidente y después intenta tapar eso con más mentiras.
La séptima mentira es que las candidatas a fiscal, decentes según Petro, y yo no lo pondría en duda, son independientes, eso sí lo pongo en duda, porque la verdad es que las tres pertenecen a los círculos del ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien se suponía que iba a ser el fiscal.
No más mentiras, por favor. Porque, como si fuera poco con lo que pasó, posteriormente, ante la Federación de departamentos, el presidente Petro en su discurso ha salido a reiterar —y que fue televisado, además, como una alocución presidencial— que el gobierno del cambio solicita a la ciudadanía estar preparada a la movilización general por la decencia y por el derecho al voto.
Que sepamos hasta ahora, sin embargo, en Colombia no se ha prohibido ni la decencia, ni el derecho al voto. El que lo niegue estará ejerciendo el deporte favorito del Gobierno: mentir.