¿Qué estará opinando María Isabel hoy miércoles 29 de mayo en SEMANA? Pues la opinión está francamente preocupada, y lo está porque el sistema de salud en Colombia queda muy, pero muy malherido luego de la solicitud de retiro gradual de la EPS Sura, una de las tres más grandes y mejores del país, del sistema de salud.
Porque como lo había anunciado desde julio del año pasado, simplemente no podía seguir brindando cobertura y servicios ilimitados con recursos limitados que este gobierno no quiso nunca equilibrar. Ayer esta reputada EPS reveló que perdió 360.000 millones de pesos entre 2022 y 2023, lo cual agotó el patrimonio de la entidad y que así no puede operar más, dice.
El sistema prácticamente ya agotó su capacidad de redistribuirse a los usuarios, en este caso cinco millones que atendía Sura, en las escasas EPS que quedan en pie, y que ya no tienen capacidad de absorción. Ahora el balón queda en manos de la Superintendencia de Salud, que tiene 65 días para tomar la decisión de si acepta el desmonte gradual y redistribuye a los actuales pacientes de la EPS Sura o si la interviene, como hizo con Sanitas, y la obliga a operar ahora bajo la batuta del Estado, lo que se ha prestado a discusiones, porque algunos lo equiparan a una especie de expropiación, que venía de un sistema excelente y que ahora quedaría totalmente en manos de un interventor del Estado, con las consecuencias que ya sabemos: que siempre termina en cierre.
Así se va cumpliendo diabólicamente el propósito de este gobierno de estatizar la salud de los colombianos, mientras los maestros son testigos de su propia tragedia y ahora el ministro de Salud sale a negar lo que dijo algunas semanas atrás, de que esa era la semilla de la transformación de la salud de 50 millones de colombianos.
Aunque con muy buena fe, Sura promete que se mantendrá en la prestación del servicio con toda normalidad mientras se produce una entrega coordinada y ordenada de pacientes, la realidad es que lo que va a suceder es que clínicas y hospitales vayan a ir rechazando el servicio a los pacientes de unas EPS sumidas en una profunda crisis financiera que no garantizan que los servicios que prestan les serán pagados, y así vamos.