A las 6 de la mañana, ¿qué opina María Isabel, hoy miércoles primero de noviembre, en SEMANA? La opinión gira en torno al empalme entre los alcaldes de oposición al Gobierno elegidos el domingo pasado y los alternativos que ocupan sus cargos hasta el 31 de diciembre de este año.
Un gran ejemplo lo dieron Carlos Fernando Galán y Claudia López, que luego de darse un caluroso abrazo, se remangaron y comenzaron a empalmar con gran voluntad de que no se rompa hasta donde se puede, una continuidad entre los proyectos planeados y ya puestos en marcha de la alcaldesa en la ciudad, a quien ya jocosamente apodan la reina de la polisombra por la cantidad de obras que inició al tiempo en la ciudad.
Pero este ejemplo de cordialidad muy probablemente no se repetirá en muchas ciudades del país, salvo en Barranquilla, donde el repitente elegido alcalde Alex Char seguramente tendrá un grandioso, por decir lo menos, empalme con el actual alcalde Jaime Pumarejo, de su misma corriente política. Esa continuidad que, entre otras, ha logrado que Barranquilla brille por su progreso y por haberse convertido en una de las ciudades más bonitas, más acogedoras y más progresistas, ahí sí, para utilizar el término correcto, del país.
Pero lo que será, por ejemplo, en Cali y Medellín nadie lo puede predecir. ¿Qué sucederá, por ejemplo, entre Fico Gutiérrez y el reino de Daniel Quintero en la capital antioqueña, donde este hizo y deshizo con la estructura administrativa y empresarial de la ciudad y donde incluso su esposa mandaba, como si hubiera sido electa democráticamente en paquete?
No la veo fácil para Fico. Tampoco para Alejandro Eder en Cali, que siendo un alcalde electo con gran sensibilidad social, tendrá que empalmar con Jorge Iván Ospina, que permitió que la ciudad se volviera aches y erres en las protestas sociales sin ningún control, y que incluso permitió rebautizar calles y convertir lugares de la ciudad en íconos de la revuelta. ¿Qué tanto permitirá Ospina a Eder hacer un empalme para asumir las riendas de esta ciudad cuyo rumbo actual nos preocupa tanto?
Lo mismo podemos preguntar sobre Cartagena con William Dau, un alcalde que con fama de loquito por sus frecuentes salidas verbales fuera de tono y su manejo totalmente errático de la ciudad, lo convirtieron muchas veces o en el hazmerreír de los habitantes de La Heroica o en su terror por el futuro de la ciudad.
Prueba de lo difícil que será el empalme con su sucesor, Dumek Turbay, es que Dau salió muy irrespetuosamente a celebrar el Halloween, ni corto ni perezoso, disfrazado con una camiseta que decía Dumek, una máscara con el rostro del nuevo alcalde y cargando en la mano una bolsa con el signo pesos. ¿Habrase visto una mayor falta de respeto y el augurio de que el empalme será tormentoso? Estos ejemplos demuestran que el país está fracturado: la gran obra, por lo menos la primera palpable, por ahora, del régimen de Gustavo Petro Urrego.