¿Qué estará opinando María Isabel hoy miércoles 17 de enero en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la reaparición flash del ministro de Salud, quien -como digo- reapareció ayer poniéndole ambiguamente el pecho a la escasez de vacunas frente al surgimiento de la nueva cepa del Covid, por la cual el ministro nos pide a los colombianos no preocuparnos, y al aumento de la influenza y de las complicaciones pulmonares entre los colombianos debido, según él, a otro tipo de virus distinto del covid.
Pero digo que su reaparición fue ambigua porque -asegura el ministro- vacunas hay, pero que es que los colombianos no han querido acudir a vacunar a sus hijos con las existentes Sinovac de origen chino. Pero la verdad, verdad, yo no he visto sino un ministro políticamente activista y muy poca campaña del Gobierno en salud para convocar a los ciudadanos a la vacunación masiva, como se veía en el gobierno anterior, con sitios destinados especialmente para tal efecto.
En este gobierno ni se sabe a dónde ir a pedir una vacuna. Las de influenza, por lo que he averiguado, parece que estarán disponibles apenas bien entrado el año. Por el contrario, al ministro Guillermo Alfonso Jaramillo se le ha visto más bien en su actividad favorita, construyendo su campaña presidencial.
Ayer remató embutiendo a un controvertido exfuncionario de salud de la alcaldía de Petro como presidente de la importantísima Nueva EPS, Aldo Cadena, en reemplazo de José Fernando Cardona, quien en los últimos 14 años ejerció impecablemente su cargo.
Cadena es tristemente recordado por haber dejado la EPS Capital Salud con deudas que giraron alrededor de los 600.000 millones de pesos con los hospitales públicos distritales y que tuvieron que ser tapadas por las posteriores alcaldías de Peñalosa y de Claudia López.
Pues la movida con este mismo eficiente funcionario es la que faltaba para acabar con lo que queda del sistema de salud en Colombia tal y como lo conocemos desde hace 40 años. En parte el endeudamiento que este funcionario dejó en Bogotá se debió a la contratación injustificada de la entidad, en ese entonces, de cerca de 800.000 personas, ya comenzaba el petrismo a cooptar la burocracia.
También se habló de miles de autorizaciones de servicios médicos a usuarios que no contaban con la afiliación pertinente. El problema es que esta EPS ya tiene diez millones de afiliados y el plan del Gobierno es que los que están afiliados a la EPS que se vayan cerrando van a terminar en esta Nueva EPS, la punta de lanza para el tránsito hacia la estación de la salud en Colombia, con muy dudosas perspectivas de eficiencia y de éxito.
Pues arrancó con Aldo Cadena esta nebulosa cadena de hechos que muchos colombianos tememos que nos limite la atención a la salud a la que, hoy por hoy, tenemos acceso.