A las seis en punto de la mañana, ¿qué se estará preguntando María Isabel, hoy miércoles 13 de marzo, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la que pudo ser, pero no fue, una muy accidentada elección de fiscal general por parte de la Corte Suprema de Justicia en el día de ayer.
La razón fue la renuncia, 10 minutos antes de que se iniciara la sala plena para dicha elección, de una de las ternadas, la polémica Amelia Pérez Parra, quien, de no ser por los inoportunos trinos en redes sociales de su marido, que entendía el proceso contra Nicolás Petro como una persecución y llegó a calificar a la Corte, encargada de elegir de la terna para fiscal, que incluía a su esposa, como una corporación moralmente devaluada, su esposa, Amelia Pérez, habría sido la elegida.
Pues fue la que más votos tuvo en tres de las rondas en las que la Corte intentó ponerse de acuerdo para su elección. La actividad tuiteadora de su esposo la volvió, sin embargo, inelegible, hasta que otra de las ternadas, que despertaba inicialmente suspicacias por su cercanía con el ministro de Defensa, Iván Velázquez, se ganó 18 de los 23 votos que componen la Sala Plena de la Corte.
Dos votos fueron para la otra alternada, Ángela María Buitrago, que estuvo en realidad muy discreta, en el transcurso de lo que pudo haber sido una campaña muy intensa y no lo fue. Uno, para la renunciada Amelia Pérez, que aún estaba en juego, a pesar de su renuncia, que no alcanzó a ser aceptada por su nominador, el presidente, y dos votos más en blanco.
Como las opiniones están divididas entre si la Corte, ante la renuncia de la doctora Amelia, debió proceder a reintegrar la terna, o si más bien ha debido hacer lo que hizo (proceder a la votación), pues el proceso de elección ya estaba en marcha. Habrá lluvia de demandas, eso se anticipa.
La pregunta que queda es ¿Qué buscaba la ternada doctora Amelia con su renuncia?, ¿precisamente eso, desbaratar la terna o victimizarse por lo que llamó el inexistente delito de opinión de un tercero, que resulta ser su marido, o sea, de un segundo más bien, o que se volviera a barajar cuando se dio cuenta de que estaba perdida? Pues no sabemos.
Aunque estaba en pleno derecho de renunciar, quedó muy muy mal haciéndolo 10 minutos antes de que la Corte iniciara el proceso de elección. Con ello, lo que hizo fue hacer el favor de acelerar la elección de la otra competidora, Luz Adriana Camargo, con más de los votos necesarios. Y ella, la doctora Amelia, se fue con escasamente uno, el único que terminó mereciéndose por cuenta de su extraña, y no muy decente, jugada.
Ahora nos falta ver qué tan independiente resultará la elegida, Luz Adriana Camargo, de su recomendador Iván Velásquez, pero ya hubo una buena seña: ella se aparta de la propuesta de Velásquez de traerse a Colombia una comisión internacional de investigación como la que el propio Velásquez presidió en Guatemala, precisamente, acompañado por quien hoy es la nueva fiscal, a quien le deseamos muy buena suerte con los tres millones de procesos abiertos que le esperan en la Fiscalía.