A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel, hoy viernes 18 de agosto, en SEMANA? Pues, la opinión gira en torno a los dineros que, según confirma la Fiscalía, fueron aportados por Odebrecht, la multinacional brasileña, a las campañas de Oscar Iván Zuluaga, caso que se encuentra en judicialización, y de Juan Manuel Santos, al que, por ahora, no se le había podido comprobar nada.
Sobre Zuluaga, pues ya se sabe todo, Odebrecht le ayudó a pagar los millonarios honorarios del publicista brasileño Duda Mendoza, y que hasta viajó a Brasil para gestionar dicho pago, que fue de 3.045 millones de pesos. Pero aunque recuerdo haber escuchado en su momento al entonces fiscal Néstor Humberto Martínez afirmar que el dinero que dio Odebrecht había entrado a ambas campañas, y lo dijo claritico, “ambas campañas”, la gran sorpresa de la Fiscalía actual que nos produce, es que se atrevió a tasar los aportes que dio Odebrecht a la campaña Santos en 3.540 millones de pesos.
Para ser sinceros, yo no veo al expresidente Santos recibiendo sobornos personalmente en su bolsillo y técnicamente eso no es lo mismo a que en una campaña, lo cual también es muy reprochable, si ocurre por debajo de cuerdas, pues se reciban aportes millonarios.
En el caso de la campaña de Santos, parte de este dinero logró ocultarse tras el pago supuesto de unas encuestas que jamás se realizaron. Además, de que no he escuchado el antecedente de una encuesta que haya costado algo parecido a un millón de dólares, ni que el encuestador hubiera visitado puerta a puerta a todos los habitantes de un país. Pero sí resulta incierto el escenario que le esperaría al nobel de paz con estas nuevas imputaciones, con cifras en mano de la Fiscalía, que dice haberlas obtenido mediante inteligencia financiera, todo alrededor de las adiciones de la Ruta del Sol II, que se habrían firmado con la multinacional brasilera.
Se sabe que los 33 presuntos implicados serán llamados a imputación de cargos por interés indebido en la celebración de contratos, muchos de ellos de la ANI, cuya intervención implicó aplazamientos injustificados en el cumplimiento de la obra, modificación de las formas de pago y ajustes al cronograma de dicha obra.
En cuanto al presidente Santos, su responsabilidad por su calidad de aforado, sería juzgada por la llamada Comisión de Absoluciones de la Cámara, de la que, como sabemos, nunca sale nada. Pero independientemente de que el expresidente haya estado lejos, como estoy segura, de embolsillarse ese dinero, de resultar cierto que la suma entró a su campaña y no se registró, no deja de ser un dolor de cabeza en cuanto a su prestigio internacional como premio nobel de paz.
Lea la primera opinión de María Isabel, hoy 18 de agosto:
¿Qué opina María Isabel? ¿Qué hacer ante un temblor?
Todos nos hemos hecho la misma pregunta, y más desde los 45, entre temblores y réplicas, ocurridos desde ayer al medio día. ¿Nos quedamos quietos? ¿Nos metemos bajo una mesa o el quicio de una puerta? ¿Corremos a la calle al ritmo de las espeluznantes alarmas? Los expertos en manejo de estrés dan consejos respetables pero muy difíciles de poner en práctica a la hora del temblor. Lo universalmente más aconsejable es no tomar ascensores, no correr y tener listo su kit para temblores.
A las 6 en punto de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel hoy viernes 18 de agosto en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a los 53, entre temblores y réplicas, que llevamos sintiendo y sufriendo en Colombia desde ayer al mediodía. Y la pregunta de siempre es ¿qué hacer cuando tiembla? En lo que a mí respecta, me quedo tan paralizada, tan congelada, pensando precisamente en qué hacer, que al final pasa el temblor sin que yo haya hecho absolutamente nada.
Pero las opiniones de los expertos respetables todas desde luego, pues tienen su lado irónico, porque si pensamos en ponerlas todas en práctica, lo que producen es risa nerviosa. Veamos.
Lo primero que recomiendan es respirar profundamente: uno, dos, tres, cuatro, cinco. ¿Quién puede concentrarse en la respiración cuando la tierra se mueve y los objetos comienzan a caerse de las paredes y muebles, para no hablar de cuando lo que se cae son pedazos de la casa?
La segunda recomendación es repetir frases positivas y tranquilizadoras para controlar el pánico. Ante un hecho como un temblor o un terremoto, frente al cual el ser humano es tan frágil, indefenso e impotente, tener la calma para ponerse a pensar en lo feliz y lo sabrosa que es la vida o en derrotar la gran incertidumbre de esto adónde va a parar es muy difícil.
Lo tercero es estar entrenado previamente en técnicas de manejo del estrés para enfrentar el pánico: implicaría tomar una cátedra de por vida en manejo de estrés, para que sus barreras no se rompan ante un temblor. Y la cuarta recomendación es mantener un diálogo interno positivo con discurso interno que lo tranquilice a uno y recordar que se puede enfrentar la situación. Para ello, recomiendan concentrarse dizque en un objeto específico para distraer la sensación de pánico. ¿Fijar la atención como en qué objeto, a ver?, ¿en el cuadro que baila sobre la pared o en la lámpara colgante que amenaza con descolgarse del techo?
La última gran pregunta es si salir corriendo a la calle al ritmo de las alarmas sirve o permanecer quietico en el interior del recinto donde se encuentre es lo más recomendable, y solo salir de la calle como recomiendan algunos técnicos cuando haya pasado el temblor, para evitar ahí sí un derrumbe, porque se le puede caer a uno encima del recinto donde se encontraba.
Admiro a alguien que pueda seguir tantas recomendaciones de calma ante un temblor. Las más cumplibles que se han escuchado es no tomar ascensores, que eso sí es universal, no correr, porque además del mareo que produce el temblor y de que el piso se le está corriendo a uno, se puede caer y ahí sí, paila, y tener preparado un kit para temblores que incluya linterna, radio, pilas, curitas, vendas, aguas, latas de atún, dinero en efectivo y un botiquín de primeros auxilios.
Mientras tanto, si le sirve de consuelo, piense que el temblor más largo del mundo duró la bobadita de 10 minutos en 1960. ¡10 minutos! En Valdivia, Chile, y causó tsunamis con olas hasta de 25 metros de altura. Más bien, si quiere mantener la calma en un temblor, borre este último dato de su disco duro.