A las seis y diez minutos de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel, hoy martes 12 de marzo, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al rebajón que le dio Estados Unidos a la ayuda que anualmente destina a Colombia, agobiada por el cultivo y tráfico de coca, por la inseguridad en buena parte de su territorio y por la falta de oportunidades y de desarrollo.
Esa cifra pasará ahora a ser de cuatrocientos trece millones de dólares. No es poca, pero es la más baja desde que Joe Biden es presidente de los Estados Unidos. La reducción será en este rubro de un siete por ciento.
Mientras la ayuda para la lucha contra las drogas se reducirá en un quince por ciento, pasando de ciento sesenta millones de dólares a 135 millones, no solo se reduce la ayuda al desarrollo, sino la ayuda para la lucha contra el narcotráfico.
Es decir, la ayuda ha pasado de 453 millones de dólares en 2022 a cuatrocientos trece en 2025, lo que demuestra una clara tendencia a la baja.
Una de las razones que lo explican es que, aparentemente, Estados Unidos se ha convencido de que Colombia está renunciando a la lucha contra el cultivo de coca, en lo cual le cabe algo de razón, aunque el ministro de Justicia ha terciado con su vocecita en la discusión, diciendo que no es cierto que Colombia esté renunciando a la erradicación forzada, fijada para este año en escasamente diez mil hectáreas de coca, sino que la erradicación forzada ha demostrado ser menos eficaz que la voluntaria.
Una ecuación que en el fondo es un poco falsa, porque con esta disculpita se ha abierto en Colombia una tolerancia hasta el cultivo de coca, olvidando que la erradicación forzada puede ser una herramienta disuasiva para el que el campesino se convenza de que le conviene más erradicar y sustituir que insistir en una actividad ilícita que ofrece todo tipo de riesgos.
Pero lo que es claro es que Estados Unidos no ha sido ajeno al mensaje del cambio de este gobierno en política antidrogas, de manera, pues, que ya no hay lugar para lloriqueos.
¿Qué opina María Isabel? Hasta Petro se averguenza por carrotanques
En la posesión del director de la unidad de riesgo, el presidente le encomendó la misión de destapar la corrupción sobre la cual se acumula cada vez más evidencia de que ocurrió en la entidad, con la compra de 40 carrotanques sobrevalorados e inservibles. Puede ser que Carrillo no se enrede en su propia barba.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy martes, 12 de marzo, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al escandaloso caso de los carro tanques para llevar agua a la Guajira. Mientras tanto, la contratación de los pasaportes está varada, simplemente porque al presidente le gusta que en una licitación participe más de un proponente.
Desde luego eso es lo ideal, pero la validez jurídica en caso de que solo se presente un proponente, la valida la ley 80. Pues el presidente está haciendo todo lo que esté a su alcance para que la adjudicación, de ninguna manera, por la vía que sea, así sea todas las legales que se han utilizado, quede en manos de la empresa que hace 40 años ha demostrado que sabe hacer su trabajo.
Y pongo ese ejemplo porque, en cambio, el presidente estuvo apoyando mucho tiempo, lo que lleva su gobierno, al director de la UNGRD, o Unidad de Gestión de Riesgos, Olmedo López, hasta que la corporación que rodea, o la corrupción que rodea su compra, la compra de los carrotanques de marras, ya es demasiado penosa para el gobierno.
Empezando porque la contratación se escogió, se tramitó y se hizo en tiempo récord, el propio escogimiento del ganador duró 11 minutos, pero la cadena de irregularidades que ahora denuncia la Contraloría es larga.
Anuncia apertura de procesos fiscales y embargos por sobrecostos que calculan más de 7 mil millones de pesos, porque los tres proponentes estaban amangualados y, en el fondo, el esquema estaba encaminado a que se lo ganara la oferta más cara, la del señor Roger Pastas Fuertes, pero no parecen ser de Pasta fuerte los carrotanques escogidos, que no resistirán su tránsito por los desiertos de la Guajira.
Pero así lo hicieran, la propuesta que, repito, resultó la más cara, no estuvo acompañada del plan específico sobre cómo se aprovisionarían los camiones de agua. Cómo será la situación de mala que hasta el presidente le dio pena y ayer, en la posesión del barbudo nuevo director de la unidad de riesgo, Carlos Carrillo, Petro le recomendó la misión de destapar la aparente catástrofe de corrupción que hoy afecta a la entidad, lo que ocurrió bajo sus propias narices, porque Petro, pues, no tiene barbas, no fue bajo sus barbas, cuando encomendó al señor Olmedo López lo que Petro llama el cambio.
Ojalá que las barbas del nuevo director no se le enreden en las llantas de los inservibles, sobrevalorados e inútiles carrotanques comprados por este gobierno para resolver la orden constitucional de la corte respectiva de llevar agua a la Guajira.