¿Qué estará opinando María Isabel hoy martes, 5 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión va directo a declarar que sin Asperger o con Asperger, Gustavo Petro Urrego es un genio.
Logró cambiar el tema de las declaraciones de su hermano, por un lado, y el polémico reencauche de Laura Sarabia en el departamento de Prosperidad Social, por el otro. La fórmula fue proponer que como hay tanto colado en el TransMilenio, el transporte público sea gratis, pero pagado por los colombianos, o por lo menos por algunos colombianos a través de los recibos de la luz.
Tan genio que puso a discutir al país si es conveniente la creatividad del sistema, cómo se debe calcular la tarifa que engrosará el ya carísimo pago de la energía en Colombia y si ello desestimulará el uso de otros recursos de transporte no contaminantes como la bicicleta.
La propuesta de Petro, entre otras cosas, consagra una filosofía que ha instalado este gobierno, si los jóvenes matan paguémosles para que no maten, si el ELN está alzado en armas contra el Gobierno, pues pactemos con ellos un cese al fuego bilateral para que el Ejército no los enfrente con acciones ofensivas, y si los usuarios del TransMilenio se cuelan en los buses, pues no les cobramos el servicio.
Mientras tanto, de las delicadas declaraciones de Juan Fernando Petro, el presidente salió de taquito con un: “Algo le pasa a mi hermano, quedé boquiabierto, no entiendo la extraña relación de mi familia con los medios de comunicación”, que, dicho sea de paso, son el nuevo blanco favorito de los ataques presidenciales.
Y negó rotundamente que algún día le hubieran decretado médicamente el síndrome de autismo conocido como Asperger, ¿pero qué no negó el presidente de las declaraciones de Juan Fernando Petro?, ¿qué fue lo que ni siquiera se atrevió a desmentir? En la próxima sección de Opina María Isabel se los diré, pero definitivamente Petro Urrego: un genio.
Lea la segunda opinión de María Isabel Rueda de hoy martes 5 de septiembre:
¿Qué opina María Isabel? Lo que no desmintió Petro
¿Qué le pasa a mi hermano? Eso declaró el presidente Gustavo Petro, negando rotundamente que alguna vez le hubieran diagnosticado síndrome de Asperger. Pero sobre otras dos gravísimas revelaciones de Juan Fernando, no dijo ni “mú”.
¿Qué estará opinando María Isabel, hoy martes 5 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión va sobre lo que el presidente salió a negar y lo que ni siquiera se tomó el trabajo de desmentir de las declaraciones de su hermano Juan Fernando Petro al programa Los informantes, mediante la excelente reportería de la Nena Arrázola.
Lo del síndrome de Asperger que su hermano aseguró que les fue diagnosticado en la adolescencia a los dos hermanos Petro con mayores, digamos, fuerza, en el actual presidente, pues este lo negó rotundamente; entre otras cosas, no es una condición que inhabilite a quien afecta llevar una vida prácticamente normal, funcional, con responsabilidades y retos.
Pero sí limita el relacionamiento social de quien tiene ese síndrome del espectro autista, lo que explicaría por qué el presidente a veces parece como si en sus intervenciones públicas se perdiera en divagaciones en las que no mantiene los pies sobre la tierra.
Pero de las declaraciones de Juan Fernando Petro, la posibilidad de que el presidente tenga el síndrome de Asperger es lo menos delicado, porque dos afirmaciones adicionales sí prenden todas las alarmas sobre el comportamiento ético de este gobierno durante la campaña y actualmente, y son gravísimas.
La primera, que no le mereció al presidente ningún desmentir es que el famoso Pacto de la Picota, que finalmente sí existió, en el que participó tanto el hermano del presidente como el actual encargado de la paz, Danilo Rueda. Segun esto, el entonces candidato Gustavo Petro obtuvo un millón de votos para su triunfo; esta revelación es inaudita. La otra es que el Cartel de Sinaloa hizo un pacto con el Clan del Golfo que consistiría en pagarle una suma millonaria para que comprara terrenos a la lata en el Urabá.
Estas dos revelaciones deberían ser motivo de gran controversia en el país, pero no solamente el presidente no se tomó el trabajo desmentirlas, sino que rápidamente introdujo un tema para hacer un cambio de canal, un cambio de chip, proponiendo gratuidad en el transporte público a cambio de un recargo en la tarifa de los servicios de luz ya de por sí impagables.
El asunto es que tan grave que las denuncias sobre la campaña Petro no las hace un adversario político del presidente, sino su propio hermano en muy poco tiempo. Antes la mancuerna del presidente, Armando Benedetti, le cobraba a la nueva directora del DPS Laura Sarabia, recién posicionadita, que ella no le había compensado con un Ministerio del Interior o el de Defensa que se hubiera levantado 15.000 millones de pesos para la campaña.
Y poco tiempo antes, también había explotado el escándalo de Day Vázquez y su exesposo Nicolás Petro, pero los casos de Juan Fernando Petro y de Nicolás hacen caer como de un andamio el viejo adagio de que “todo queda en familia, no en esta familia”.