A las 6 y 10 minutos de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel, hoy viernes 16 de febrero, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la no tan insólita adherencia del ELN a los planes oficiales del Gobierno, de incitar la salida de la gente a las calles como método de gobierno para presionar los deseos del monarca.
Igual habría podido ser al revés: que el monarca adhiriera al ELN, lo cual, por momentos, parecería que estuviera pasando, con la alcahuetería de este gobierno con el ELN, que se la pasa firmando acuerdos bilaterales y prorrogándolos, pero a la hora de romperlos no tiene problema, según vayan presentándose las necesidades.
Acabamos de presenciar lo que pasó con el último llamado popular con la Corte Suprema de Justicia, cuyos alrededores se los tomaron para confinarla en su interior en una segunda vergonzosa toma del M-19 a la corporación.
Hoy, que termina un mes antes el receso legislativo del Congreso, se espera que Gobierno y ELN incentiven la salida próximamente de la gente a las calles, de nuevo, para presionar las tres más urgentes reformas del Gobierno: la de salud, la de pensiones y la laboral. Por cierto, a la responsable de esta última, la ministra Gloria Inés Ramírez, la vimos muy entusiasta reforzando las últimas marchas populares.
“Que el pueblo indique cuál debe ser el camino”, dijo tranquilamente alias Gabino, con lo cual a Petro le sale medio el tiro por la culata, porque se trata de que las instrucciones de las marchas sociales futuras, las que debería dar él como presidente, pues las de quien pretende comportarse como presidente ad hoc, alias Gabino apropiándose de las órdenes a la movilización popular.
Alias Gabino, quien por cierto venía enfermo y retirado del grupo, pero quien, al vaivén de los nuevos aires revolucionarios que le está dando el gobierno al ELN, pues Gabino resucitó en vísperas coincidencialmente de la Semana Santa, que culmina con la resurrección de Jesucristo. O sea, en Colombia, vamos de milagro en milagro.
Lea la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy viernes 16 de febrero:
¿Qué opina María Isabel? Decreto de yerros
El Gobierno, con un decreto “de yerros”, aceptó escuchar las críticas que le reprocharon su intención de quedarse con 13 billones de pesos del presupuesto para hacer política. Y a través del decreto de yerros, resucitaron el futuro de la infraestructura nacional, que el Gobierno pretendía manejar al antojo de sus favoritismos políticos, incluyendo, cómo no, al metro de Bogotá, al que Petro le tiene especial inquina.
A las 6 en punto de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel hoy viernes 16 de febrero en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al pobre, pobrísimo crecimiento del PIB en Colombia del 0.6 % que sorprendió a todo el mundo y que fue registrado por el Dane, mientras el ministro de Hacienda, Bonillita, lo registra con una mezcla de resignación y de triunfo, por increíble que suene.
Resignación porque es una cifra que no da para exhibir orgullo, pero triunfo, porque al no ser un crecimiento negativo, por pobre que este sea, Colombia no cae aún en una recesión, por fortuna, claro. Pero la situación coincide con el reciente escándalo, parado por las voces sensatas que se hicieron escuchar en el país, como las de los exministros de Hacienda y expertos que lograron ponerle freno al Gobierno en sus intenciones de apropiarse el presupuesto nacional en 13 billones de pesos para invertirlos en hacer política.
Encima de todo, organismos nacionales e internacionales coincidieron con el Fondo Monetario Internacional en recomendarle a Colombia que reduzca desde ya los planes de gasto, que aumentarán el déficit de la deuda, lo cual representa un riesgo fiscal grande.
Por su desacuerdo con el manejo politizado y poco técnico de la economía, perdimos a un jefe de planeación de lujo, Jorge Iván González, que renunció a su cargo, que quedó en manos del propio presidente Petro. Lo mismo que la jefe de presupuesto del Ministerio de Hacienda, que renunció hace un par de días, Claudia Marcela Numa.
Ambos se tropezaron con la preocupación, con las partidas globales que pretendieron apropiarse el presupuesto para dejar abiertas, con el objeto de ser asignadas bajo el antojo del presidente, que aún piensa que se puede convertir en rey del país.
Precisamente ayer, en Vicky en SEMANA, los exministros de Hacienda Juan Camilo Restrepo y José Manuel Restrepo opinaron que el presidente cree que el presupuesto es una caja menor de barrio que se abre para los amigos y se cierra para los enemigos. También le hicieron una crítica de fondo a Bonilla: “No le sirve a un presidente de un país un ministro de Hacienda que no le sepa decir ‘no’”.
Por fortuna, ayer el Gobierno expidió un decreto de yerros que, como su nombre lo indica, corrige la falta de destino preciso de los dineros públicos que pretendieron agregar como gastos globales sin un destino preciso. El otro camino habría sido corregir el presupuesto en el Congreso, lo cual habría sido mucho más dispendioso.
Por lo pronto, el nuevo decreto salva por fortuna la inversión en infraestructura del país, entre otras cosas, la del Metro de Bogotá, al que ‘Bonillita’, después de sobrevolar en el helicóptero sobre su ruta, estuvo a punto de ponerle conejo. Mientras tanto, el presidente se refugia de esta tormenta con un decrecimiento económico, que ni bajo la pandemia, en la Cumbre de Seguridad de Múnich, donde hablará todo, menos de los graves problemas domésticos de Colombia.