¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes 19 de febrero en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a que nunca un ministro se había parecido más a un fusible que la pobre ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, quien terminó siendo culpada de la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos para Barranquilla.
Cuando la verdad es que esa era una responsabilidad de la primera línea de gobierno, que nos deja la sospecha de que fue allá arriba donde nunca gustaron del evento porque finalmente iba a favorecer a la ciudad y al departamento que maneja la familia gobernante del clan Char, adversario del presidente Petro.
Pues precisamente desde Alemania el mandatario reconoció que la hoy exministra Astrid Rodríguez no es la culpable, que la culpable es la propia organización Panam Sports que, según el presidente cósmico, todo lo hace por plata, porque es un negocio. Entonces ahora resulta que perdimos tan importante sede y tan importante oportunidad para los colombianos porque había que pagar por la franquicia.
¿Qué organización deportiva del mundo, pregunto, empezando por el fútbol, no es un negocio y lo hace por pura caridad? No nos digamos mentiras, aquí la ‘paganini’ fue la pobre fusible de la ministra Rodríguez y el responsable es el alto gobierno, arrancando por el ministro de Hacienda, que no apoquinó el dinero para asegurar la sede, y rematando con el presidente cósmico, que no tuvo la voluntad política.
Y a propósito de Alemania, también desde allá el mandatario colombiano se refirió a los graves problemas, gravísimos, de orden público provocados por el Clan del Golfo, que dejaron cuatro soldados profesionales fallecidos en Antioquia. Aprovechando, precisamente, que en Alemania se celebraba la Conferencia Anual de Seguridad, el presidente Petro transmitió a este grupo armado.
“Si no son capaces de desactivarse y de someterse, serán destruidos”, deben estar muertos del susto los del Clan del Golfo, porque la advertencia viene ni más ni menos que de un posible futuro Premio Nobel de Paz.