¿Qué se estará preguntando María Isabel hoy miércoles 13 de marzo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la situación de la reforma de la salud, que está en cuidados intensivos y con pocas posibilidades de sobrevivir; si hoy fuera votada, estaría muerta y condenada, si no al infierno, pues a su archivo.
Pero aún falta la discusión en la Comisión Séptima del Senado, y con la descarada mermelada que reparte este gobierno, cualquier cosa puede pasar, hasta que resucite la reforma. Aunque si finalmente no lo hace, el presidente Petro amenaza con implantar a la fuerza, sin consenso, con autoridad dictatorial, porque después de marchitar a las EPS ahora las señala de que no son sostenibles.
A lo cual este gobierno indudablemente ha colaborado, no pagándoles a tiempo y tampoco lo suficiente. La amenaza concreta del Gobierno, o del presidente Petro, es que si la reforma a la salud no está aprobada antes del 20 de junio, el Gobierno entrará a “actuar”, ¿qué significará eso, “actuar”?
Por lo pronto, hay dos ponencias, la que reforma la salud y la que propone su archivo por inconveniente, que resolvieron apoyar nueve de los 14 miembros de la Comisión Séptima. El presidente, contradictoriamente, dice dejar en manos del Congreso el futuro de la reforma, pero lo amenaza con entrar a actuar si no la aprueba.
Mientras tanto, el ministro de Salud, feliz, viajando por todo el país en su propio avión alquilado mediante un contrato que nos costará a los colombianos la bobadita de mil millones de pesos, ¿cuántos centros de salud podría construir el ministro con esos recursos? Y eso que no le han contabilizado los aviones que alquiló o pidió prestados durante la campaña de presidencial.
Es la doble moral que rodea a esta reforma a la salud, que no les da confianza ni a los pacientes ni a los profesionales de la rama y que, obviamente, tiene desconcertadas a las EPS, que andan en pleno de espiral.
Lea la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy miércoles 13 de marzo:
¿Qué opina María Isabel? La extraña renuncia de una ternada a fiscal
A escasos diez minutos de que la Corte Suprema se instalara en sala plena para la elección de fiscal, la ternada Amelia Pérez presentó su renuncia. Además de ser un irrespeto a la Corte, ¿qué pretendía, desbaratar la terna cuando se vio perdida? Pues si eso buscaba, le salió el tiro por la culata. Porque su decisión impulsó la elección, con más votos de los que necesitaba, de otra de las ternadas, la hoy nueva fiscal general de la nación, Luz Adriana Camargo.
¿Qué se estará preguntando María Isabel hoy miércoles 13 de marzo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la que pudo ser, pero no fue, una muy accidentada elección de fiscal general por parte de la Corte Suprema de Justicia en el día de ayer.
La razón fue la renuncia diez minutos antes de que se iniciara la sala plena para dicha elección de una de las ternadas, la polémica Amelia Pérez Parra, que de no ser por los inoportunos trinos en redes sociales de su marido, que entendía el proceso contra Nicolás Petro como una persecución y que llegó a calificar a la Corte encargada de elegir la terna para fiscal, que incluía a su esposa, como una corporación moralmente devaluada, su esposa Amelia Pérez habría sido la elegida.
Pues fue la que más votos tuvo en tres de las rondas en la que la Corte intentó ponerse de acuerdo para su elección. La actividad tuiteadora de su esposo la volvió, sin embargo, inelegible hasta que otra de las ternadas que despertaba inicialmente suspicacias por su cercanía con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se ganó 18 de los 23 votos que componen la Sala Plena de la Corte.
Dos votos fueron para la otra alternada, Ángela María Buitrago, que estuvo en realidad muy discreta en el transcurso de lo que pudo haber sido una campaña muy intensa y no lo fue. Uno para la renunciada Amelia Pérez, que aún estaba en juego a pesar de su renuncia, que no alcanzó a ser aceptada por su nominador, el presidente, y dos votos más en blanco.
Como las opiniones están divididas entre si la Corte, ante la renuncia de la doctora Amelia, debió proceder a reintegrar la terna o si más bien debió hacer lo que hizo proceder a la votación, pues el proceso de elección ya estaba en marcha. Habrá lluvia de demandas, eso se anticipa.
La pregunta que queda es: ¿qué buscaba la ternada doctora Amelia con su renuncia?, ¿precisamente eso, desbaratar la terna o victimizarse por lo que llamó el inexistente delito de opinión de un tercero, que resulta ser su marido, o sea de un segundo más bien, o que se volviera a barajar cuando se dio cuenta de que estaba perdida? Pues no sabemos.
Aunque estaba en pleno derecho de renunciar, quedó muy muy mal haciendo los diez minutos antes de que la Corte iniciara el proceso de elección. Con ello, lo que hizo fue hacer el favor de acelerar la elección de la otra competidora Luz Adriana Camargo, con más de los votos necesarios y ella, la doctora Amelia, se fue con escasamente uno, el único que terminó mereciéndose por cuenta de su extraña y no muy decente jugada.
Ahora nos falta ver qué tan independiente resultará la elegida, Luz Adriana Camargo, de su recomendador Iván Velásquez. Pero ya hubo una buena seña: ella se aparta de la propuesta de Velásquez de traerse a Colombia una comisión internacional de investigación como la que el propio Velásquez presidió en Guatemala, precisamente acompañado por la que es la nueva fiscal, a quien le deseamos muy buena suerte con los tres millones de procesos abiertos que le esperan en la Fiscalía.