A las 6:00 de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel hoy, jueves 5 de octubre en SEMANA? Pues la opinión va por los lados de la tremenda contravía en la que se encuentran hoy las recomendaciones de la Organización y el Desarrollo Económico (OCDE) y la reforma laboral que planean hacer en Colombia.
Claro que sin necesidad de las advertencias de la OCDE, ya se había dicho esta reforma laboral que tiende a favorecer a los sindicatos y encarecer el trabajo formal en el país, no ayuda en nada a resolver la elevada informalidad laboral que nos afecta, pero la sentencia de la OCDE es más contundente aún: “los altos cargos sobre el trabajo formal sustentan la informalidad laboral en el país”.
“Sustentan la informalidad laboral”. En lugar de una estrategia para fomentar la formalización, se va a encarecer la carga fiscal sobre los ingresos del trabajo formal y nuevamente se evidencia la tendencia de este gobierno a mentir, pues venía de afirmar que la OCDE apoyaba la reforma laboral, lo cual resultó pura paja, porque claramente la OCDE ha identificado que esta reforma laboral encarece el acceso a la formalidad, que es del 60 % de la fuerza laboral del país, una barbaridad.
Pero, aún peor, le cae al programa bandera del Gobierno Petro, el climático diagnosticando, que mientras la deforestación del Amazonas ha aumentado, la información catastral está desactualizada, la informalidad de la tierra es alta y el registro de tierras tan irregular que fomenta la deforestación.
Pues al funcionario encargado de que eso no suceda, el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Gerardo Vega, lo pusieron a bailar en la pista equivocada, a la esencia de su cargo, incluyéndolo en la terna para ser magistrado de la Corte Constitucional.
Al momento de conocerse este concepto de la OCDE, la protagónica ministra de Trabajo, no se había pronunciado ante la eventualidad de que tenga que darle un giro a la reforma para la que saca tanto pecho.
Por lo demás, a un año de su cargo como ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, de fuertes posiciones de influencia sindical, pero hasta hace poco cordial y sonriente, ha ido perdiendo su cara amable, incluso a la toma de la minga de las instalaciones de la Revista SEMANA, pues la condenó, pero le metió su pullazo.
Que es que los periodistas somos incendiarios. Pregunta ministra, ¿acaso su presidente Petro ha pronunciado un solo discurso no incendiario en su ruta presidencial? O sea, si se trata de declaraciones incendiarias, Petro se gana la manguera de oro.