¿Qué estará opinando María Isabel hoy jueves 29 de junio en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la evolución que ha tenido el Gobierno colombiano en su reacción frente al ataque en Ucrania contra tres compatriotas que departían tranquilamente en una pizzería de Kramatorsk, ciudad ucraniana, porque ha venido de ser sumamente tibio a irse calentando.
El primero en reaccionar fue el comisionado de paz, Danilo Rueda, en cuyo comunicado de un solo renglón para condenar el ataque, únicamente expresó que el compromiso debe ser defender la vida como norte en todas las decisiones. Este mensaje provocó críticas, porque evidentemente el comisionado de paz no era el funcionario indicado para pronunciarse ante los hechos que casi les cuestan la vida al excomisionado Sergio Jaramillo, al escritor Héctor Abad y a la periodista corresponsal de guerra Catalina Gómez.
Entonces vino un mensaje más fuerte de la Cancillería, condenando, ahí sí, en lo que llamó el inaceptable ataque de las fuerzas rusas a un blanco civil. Y al final fue el propio presidente Petro el que pidió a la Cancillería que emitiera nota diplomática de protesta contra Rusia, porque el ataque contra civiles, entre ellos tres colombianos indefensos, viola los protocolos de la guerra.
Recordemos que Petro viene a decir que eso de Ucrania es una guerra que se inventó Europa, ¿no? Aunque en una cosa se equivoca el mandatario colombiano, esta es una invasión que Rusia intenta hacer a Ucrania, no una guerra convencional. Pero como dicen, algo es algo y peor es nada, porque el mandatario colombiano ha insistido tercamente en asumir una actitud neutral ante semejante agresión que ha condenado prácticamente todo el planeta.
Tuvieron que estar en peligro de muerte estos tres colombianos ilustres para que Petro protestara contra la muerte de civiles, que por cierto han sido miles de parte de Putin y su ejército ruso. Pero el colmo de los colmos fue el de la embajada rusa en Colombia, que en general ha llegado en el pasado hasta a mostrarse hostil con la libertad de prensa en el país, tal vez porque no están acostumbrados a que aquellas ejerzan; en particular, lo fueron contra La W Radio sencillamente porque la embajada rusa no estuvo de acuerdo con alguna entrevista que hizo el medio.
Pero la reacción en el caso del atentado contra los tres colombianos no parece ser solamente de burla, sino que efectivamente fue de burla, y de una gran ironía. Según dijo el vocero de la embajada, y aunque expresa pesar por los acontecimientos de Kramatorsk: “No es este lugar apropiado para degustar platos de cocina ucraniana”, haciendo mofa obviamente a que los colombianos estaban comiendo era pizza, que es lo que venden en las pizzerías en el mundo entero.
Y en el colmo de los colmos, advierten a los colombianos en general que se abstengan de visitar territorios que son lugares de acciones bélicas, porque este fue un acto imprudente. Y encima de todo, la embajada rusa en Colombia insiste en que el ejército ruso sólo ataca objetivos militares en Ucrania, negando entonces la autoridad de este hecho.
Increíble cómo esta aventura de tres colombianos, que terminó en tragedia para 12 fallecidos y más de 60 heridos, ha puesto al desnudo más detalles de las vibraciones rusas en Ucrania, que convierte en blanco militar hasta una pizzería, donde había incluso niños, que figuran cuatro de ellos entre los muertos. Barbarie que esta vez ni Petro pudo ignorar. Es que la culpa, óigame bien, resultó ser ahora de los colombianos.