A finales de 2023, el nombre de Andrés Alfonso Miranda Mendoza se volvió tendencia en las redes sociales. Y no era para menos, pues el influencer y modelo, muy reconocido por su paso por el reality del Desafío en su edición de 2022, había sido detenido y cobijado con una medida de aseguramiento por cargos de estafa y fraude.
Miranda Mendoza, más conocido como Tarzán, fue señalado en ese momento por la Fiscalía General de haber prestado sus cuentas bancarias para que se realizara un millonario fraude a los Almacenes ARA, ubicados en Cartagena. Todo esto, con complicidad de un trabajador del banco Davivienda en la capital del Bolívar.
La fiscal quinta especializada de Bogotá indicó que el exparticipante del Desafío tenía conocimiento de todo y se prestó para el fraude, con el fin de recibir un beneficio económico. Por este hecho le imputó los delitos de concierto para delinquir, transferencia no consentida de activos, hurto por medios informáticos, fraude procesal y violación de datos personales.
El Juzgado 39 de Control de Garantías de Bogotá aceptó los argumentos de la Fiscalía y cobijó a Tarzán con detención domiciliaria mientras se adelantaba el proceso judicial. En entrevista exclusiva con SEMANA, Miranda aseguró que no tenía conocimiento ni participación en esos actos y que había sido engañado por una persona cercana.
“Yo simplemente le hice un favor a un amigo, pero nunca supe a qué se dedicaba”, indicó en ese momento. Me pidió que le recibiera un dinero en mi cuenta de Davivienda. Es alguien a quien conocí en Cartagena en medio de un trabajo de publicidad, que es a lo que me dedico. Desde que salí del reality yo hago publicidad en mis redes sociales y ese es el sustento de mi familia. Y temo que eso se vea afectado por esta situación que estoy viviendo”.
Pese a lo publicitado que fue el caso, desde el pasado 15 de marzo el expediente no ha tenido mayores movimientos. En esa fecha, el Juzgado Tercero de Conocimiento de Bogotá ordenó la plena digitalización del proceso judicial. Un mes antes, otro juzgado había dejado en firme la decisión de medida de aseguramiento en contra de cinco personas, entre ellas Tarzán y el trabajador del banco.
Es decir, hasta el momento no se ha presentado el escrito de acusación que se traduce en el llamado a juicio; tampoco se han levantado las medidas privativas de la libertad, no se han firmado ni principios de oportunidad ni preacuerdos, y no se han emitido pronunciamientos de fondo.
Los cargos contra Tarzán
Según la investigación de la Fiscalía, en mayo de 2023 se presentó una transacción extraña en la cuenta de una empresa identificada como El Gran Langostino. Por esto, desde el banco se lanzó una alerta, pues no eran comunes esos movimientos constantes de dinero, y mucho menos los montos de las transacciones.
Un movimiento por cerca de 2.334 millones de pesos prendió aún más las alarmas. La sorpresa aumentó al comprobarse que el dinero se había demorado más en llegar a la cuenta de El Gran Langostino que en ser repartido en varias cuentas corrientes creadas en Cartagena, Valledupar, Sincelejo y Barranquilla.
Como cereza del pastel, el dinero restante se movió por el cobro de dos cheques por valores 150 millones y 200 millones de pesos, respectivamente. Esta acción, según la investigación, buscaba despistar a las autoridades y evitar el fácil rastreo del dinero.
El grado de complejidad hizo sospechar sobre la participación de un trabajador del banco que tuviera el conocimiento de la forma como se realizaban estos movimientos y pudiera acceder a las cuentas. Fue así como se empezó a armar el rompecabezas que terminó con la detención de Rigoberto Ernesto Buendía Alba.
La planeación había sido milimétrica, para lo cual se falsificaron documentaciones tanto de Almacenes ARA como de El Gran Langostino para realizar un pedido ficticio.
¿Y Tarzán? Para la Fiscalía General, una de las cuentas utilizadas para este fraude pertenecía al modelo, quien iba a recibir un porcentaje del dinero que le ingresó.