La pandemia puso en evidencia las deficiencias del sistema de salud en Chocó, que si bien no son nuevas, ahora se traducen en contagios y muertes por covid-19. Se necesita de todo, desde los exámenes básicos hasta las UCI. Antes de ser suspendido por la Procuraduría como gobernador por presuntas irregularidades en contratación durante la pandemia, Ariel Palacios dejó firmado un contrato por 1.600 millones de pesos para dotación de UCI, en el que se debían entregar 10 respiradores, los cuales nunca llegaron. Al preguntarle al gobernador encargado Jefferson Mena si las primeras 10 UCI que tiene el hospital San Francisco de Asís —el único de segundo nivel en la red pública— correspondían a ese contrato de 1.648 millones de pesos, dijo categóricamente que no, que las había enviado el Gobierno nacional. “Esas UCI nunca aparecieron, no sé dónde están”, dijo a SEMANA.

Sin embargo, al revisar los contratos —el original y la modificación— se puede concluir que esos 10 respiradores para UCI no van a llegar, porque así se acordó. Lo que sucedió es que el contrato fue firmado el primero de abril entre la Gobernación de Chocó y Angbiomed, cuyo representante legal es Ángel Córdoba Pinilla, por una duración de 30 días. Según explicó Córdoba, al ver que el tiempo corría y los respiradores eran cada vez más difíciles de conseguir en el mercado, pidió que se excluyeran del contrato, para poder cumplir. “Debido a la demanda no se consiguen en Colombia los ventiladores, por eso se le pidió al gobernador encargado que el ítem de esos ventiladores lo sacaran del contrato y, con base a eso, quedó en 1.200 millones de pesos, y que esa plata (400 millones) volviera a las arcas del departamento. Ya se entregó el 96 % de esos equipos que están en el contrato, solo se está esperando que el Invima entregue las bombas de infusión y ya se entregaría todo”, aseguró a SEMANA el representante de Angbiomed.

Efectivamente, el contrato se modificó para que se excluyeran los 10 ventiladores mecánicos de pedestal y se prorrogó hasta el 30 de julio. Al verificar en el Hospital San Francisco de Asís si el resto de los insumos médicos y el mobiliario para UCI existían, el agente interventor confirmó que sí y señaló que en el informe que entregaron a la Gobernación hay dos faltantes: 10 ventiladores de pedestal y 10 bombas de infusión. Sin embargo, señaló que no se han entregado las facturas de los equipos.

“Tengo las actas de recepción sin costos y valores, porque eso debió haber entrado por el almacén de la Gobernación y luego pasar al hospital, pero se entregaron directamente con actas aquí, sin entregar con facturas. No te podría decir si están infladas o no porque desconozco los valores de esa contratación”, dijo a SEMANA Camilo Eduardo Ramírez Mejía, agente especial interventor de la Nueva ESE Hospital Departamental San Francisco de Asís. Certificación Contrato de Suministro by Semana on Scribd

Sin embargo, este lunes el gobernador encargado denunció que hay camas usadas entre las que entregaron, hasta con 15 años de antigüedad, por lo que pidió a los entes de control investigar. “El aspecto visual de las camas evidencia unas barandas pintadas y el tendido de la cama pintado, lo que demuestra y hace referencia a que son camas remanufacturadas y no camas nuevas. Las camas de ese modelo Advance Hill Room ya no son camas que se fabriquen nuevas, este modelo es de hace 15 años. Las camas, aunque son funcionales, por esta situación no es posible ni procedente hacer entrada formal al almacén y menos hacer uso de las mismas”, explicó. Una de las inquietudes de este contrato era el pago del mismo, debido a que en el contrato original de 1.600 millones de pesos había una cláusula que señalaba que se pagaría un anticipo del 50 %. Según el representante legal de Angbiomed, la Gobernación en un primer momento le dio 800 millones, pero después descontaron 200 hasta quedar en 600 millones de pesos; el faltante se le entregará cuando complete el 100 % de los equipos. “Todos los equipos están trabajando en el hospital. El presidente de la República donó 10 ventiladores, pero esos no trabajan solos, necesitan una cama UCI, colchón, monitores de signos vitales. Eso está funcionando, no nos hemos robado la plata, antes he salido perdiendo porque no sabía que esto iba a ser así con esta pandemia, que todo iba a escasear”, aseguró Córdoba Pinilla. Chocó pasó de no tener ninguna UCI en su red pública a tener 10, y, según las cuentas del Gobierno nacional, próximamente llegarán otras 72, lo cual aunque sigue dejando al departamento entre los más críticos por ocupación, los deja mejor equipados para afrontar la pandemia.