Viral sigue siendo en redes sociales la muerte de Tato, el un Schnauzer de 14 años que, según indicó su dueña Valentina Bautista, fue entregado muerto por el personal de la guardería canina Boston School, ubicada en La Calera, municipio de Cundinamarca.

El perro estuvo allí, según contó su dueña, desde el pasado viernes 29 de abril hasta el lunes 2 de mayo.

En una entrevista con SEMANA TV, Valentina Bautista detalló que los encargados de llevar a Tato hasta su hogar informaron que su otra mascota, un Bull terrier de 9 años, había sido el responsable de atacar a su perro, cuando compartían el mismo guacal.

“Me encuentro con la triste noticia que mi perrito estaba muerto. Llaman a la policía porque el personaje que me entrega las mascotas me dice que no saben nada ni de los perros ni de la guardería. Cosa que es mentira porque es el dueño del lugar. Llevaron los perros para hacer exámenes y saber quien lo atacó, se dan cuenta que lleva más de 12 horas muerto y que mi otro perro no lo atacó. Nunca más me dieron la cara”, dijo Valentina, quien interpuso la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación y dejó claro que sus perros eran casi hermanos, porque convivieron casi una década bajo el mismo techo y nunca se registró un hecho de violencia entre ellos.

Sin embargo, SEMANA entabló comunicación con el lugar en donde se registraron los hechos (Boston School) para conocer su versión y, vía WhatsApp, respondieron: “Buenos días, siguiendo las recomendaciones jurídicas de las personas que me están asesorando no atenderé la entrevista teniendo en cuenta que ningún medio de comunicación es una autoridad que nos permita esclarecer lo sucedido”.

También dejaron claro que están trabajando en su defensa por las acusaciones de la familia Bautista Galvis, las cuales consideran que han empañado su buen nombre y el de la empresa. Incluso denuncian constantes amenazas.

“Adicional, nuestro esfuerzo está enfocado en recolectar las pruebas de lo sucedido para presentar ante la autoridad competente y solicitar protección ante las amenazas recibidas”, concluyeron en un comunicado que publicaron en sus redes sociales oficiales.

En él, además, afirman que “la persona que contactó el servicio fue un funcionario de una veterinaria ubicada en el barrio Acapulco y por respeto a los datos personales no difundimos su dirección por este medio”.

Concluyen que inicialmente se cercioraron de que ninguno de los animales, especialmente el Bull terrier, presentara problemas de comportamiento, para evitar algún tipo de pelea dentro de la guardería, a lo que les respondieron que no.

Todo, por ahora, quedará en manos de las autoridades competentes.