Después de 70 años, estudios e inagotables polémicas, finalmente una empresa china construirá el Metro de Bogotá. La histórica firma del contrato, sin embargo, no significa que los ciudadanos disfrutarán pronto de la megaobra. Se estima que el sistema de transporte masivo funcionará desde finales de 2026, si no se interpone ningún contratiempo. Eso sería una verdadera proeza en un país donde los proyectos de infraestructura tardan más de lo normal, por líos de diseños o por escándalos de corrupción. Ejemplos de lo anterior hay muchos. Entre los más emblemáticos aparece el túnel de La Línea, que completa 10 años en obra. Ni qué decir de la Ruta del Sol, con la que hace veinte años el país está tratando de mejorar la conexión entre el centro y la costa Atlántica. Otro caso es el de la vía Mulaló-Loboguerrero, una carretera estratégica para el puerto de Buenaventura que, por múltiples razones, no ha comenzado pese a que el contrato quedó firmado en 2015. En esa lista también está el proyecto de Hidroituango.
El Metro de Bogotá no ha estado exento de contratiempos. El alcalde Enrique Peñalosa quería dejar el 30 por ciento de la obra construida al final de su mandato. No lo logró por las dificultades de la licitación, pero al final alcanzó a adjudicar la obra. El gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, ha tenido que sortear varias demandas. Esta semana, la Contraloría publicó un informe en el que advertía que podría haber sobrecostos porque no se guarda relación directa entre lo establecido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) vigente respecto a la primera línea. El órgano de control también afirmó que el proyecto no cuenta con una evaluación completa del costo total, que incluya los estudios y gastos realizados antes de que la Alcaldía decidiera hacer el Metro elevado y no subterráneo. En agosto, luego de recibir 30 hectáreas de suelo, comenzará la construcción del Patio Taller en el sector de El Corzo, en Bosa. Ante la polémica que desató el informe, el vicecontralor general, Ricardo Rodríguez, explicó que no se encontraron indicios de corrupción y que las observaciones son de tipo administrativo y gerencial. La propia alcaldesa Claudia López salió en defensa de la obra: “Cinco juzgados han fallado diciendo que no hay corrupción en el Metro de Bogotá, respondiendo a denuncias de Hollman Morris y del concejal César García”. También aseguró que ella personalmente estará al frente del proceso para que no se pierda ni un solo peso.
La primera línea del Metro Bogotá es la obra más importante de Colombia. Tendrá una inversión de 22,3 billones de pesos, de los cuales la Nación pondrá el 70 por ciento y la ciudad el 30 restante. Para lograrlo, se han comprometido recursos del erario público a 30 años. Esta obra tendrá 24 kilómetros, con 16 estaciones y 28 edificios de acceso. La ruta se inicia en Bosa, en el suroccidente de la ciudad, donde se ubicará el Patio Taller. Avanza hasta el portal Américas para llegar a la Avenida Caracas con calle 78. Se espera que con su desarrollo se generen 135.000 empleos.
¿Qué verán los ciudadanos este año? La Empresa Metro y los constructores deberán firmar el acta de inicio de la obra a más tardar en junio. En agosto, luego de recibir 30 hectáreas de suelo, comenzará la construcción del Patio Taller en el sector de El Corzo, en Bosa, desde donde los trenes se alistarán todas las noches para salir a operar en la mañana. La alcaldesa Claudia López ha dicho que habrá que tener paciencia porque, sin duda, los años que vienen traerán más trancones. Para este año también están programadas 21 obras de traslado de redes de acueducto y alcantarillado, seis de traslado de redes y torres de energía de Codensa, 11 de gas natural que hará Vanti, 30 trabajos de redes a cargo de ETB y 29 de Telefónica. Este año también se terminarán de demoler 212 inmuebles prioritarios y necesarios para comenzar a construir el viaducto. Todavía falta para que los pasajeros puedan ver el sueño del Metro de Bogotá hecho realidad. Por ahora, la alcaldesa Claudia López ha dicho que habrá que tener paciencia porque, sin duda, los años que vienen traerán más trancones, aunque por una buena causa.